miércoles, 29 de julio de 2020

Diccionario CDXXV: Gonfalonero

“De esta manera que la alternancia marka ~ malka corría en boca de los indios, dependiendo de la región en que se encontraron, y solo en virtud de la campaña del Tercer Concilio, teniendo al Inca como su mejor y aprovechado gonfalonero, triunfará la forma más pura, es decir la primera variante.”

Página 327. Voces del Ande. Ensayos de onomástica andina. Rodolfo Cerrón-Palomino, Fondo Editorial PUCP. Lima, Perú - 2008. 


Gonfalonero


1. m. confaloniero.


Confaloniero


De confalonier.

1. m. Hombre que lleva el confalón.


Confalón


Del it. ant. confalone.

1. m. Bandera, estandarte, pendón.

Fuente: Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición.



Video 492: Las mujeres de Amauta. Arte, literatura y política | Biblioteca Nacional del Perú






El Programa de Literatura Peruana es una propuesta académica para hacer un recorrido por nuestra literatura desde el periodo colonial hasta la actualidad. De la mano de reconocidos especialistas haremos un recorrido por los principales periodos, movimientos y autores de nuestra literatura. La presente conferencia titulada "Las mujeres de Amauta. Arte, literatura y política" planteará primero la importancia de la revista Amauta dirigida por José Carlos Mariátegui en la década del 20 del siglo pasado, para luego referirse a las mujeres que participaron en el proyecto artístico, político y cultural de dicha revista. Se esbozará la naturaleza de este aporte a través de la revisión de las colaboraciones que las principales figuras femeninas hicieron a lo largo de sus 32 números: los artículos de Dora Mayer, fundadora de la Asociación pro -indígena del Perú, las contribuciones de las artistas plásticas y críticas de arte, Carmen Saco y Julia Codesido, así como de las escritoras, narradoras, poetas, críticas y ensayistas, Magda Portal y María Wiesse.(1895) de Clorinda Matto.


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martes, 28 de julio de 2020

Cita DXV: El Perú primero




Los maratonistas Cristhian Pacheco y Gladyz Tejeda
ganaron las primera medallas de oro.


El 28 de julio del 2019 amaneció con una resaca deportiva triunfal. Aún estaba en la memoria y en los sentimientos aquella ceremonia inaugural de los Juegos Panamericanos, realizada dos días antes. Esa fiesta sorprendió con la aparición musical a dúo de Juan Diego Flórez con la gran Chabuca Granda. Aquel momento nos ayudó a recorrer la historia peruana desde Caral hasta Machu Picchu e incluyó, luego de muchas horas de ensayo, a Caballos de Paso recorriendo al escenario del Estadio Nacional.

Fueron 6890 atletas de 41 países presentes en 39 deportes. El Perú tuvo el privilegio de tener a 110 medallistas olímpicos compitiendo en nuestra casa.

Ese 28 de julio, hace un año, seguíamos con una sonrisa espectacular tras las medallas de oro de Gladys Tejeda y Cristhian Pacheco en maratón y la de Diego Elías en squash, sumadas a las de plata de Hugo del Castillo y Marcela Castillo en taekwondo y a las de bronce de David Bardalez en pesas y a la dupla Elías-Escudero en squash.


 Inevitable recordar que Perú ganó 41 medallas, 11 de ellas de oro. Fue una organización espectacular, hecha contra todo pronóstico, con escenarios de primer nivel donde todo funcionó a la perfección, donde ningún atleta llegó tarde (con el ‘famoso’ tráfico de Lima ese era un gran temor) y con el hotel y el comedor más grande que ha ofrecido el Perú.

Lo mismo pasó después con los Parapanamericanos, con otra gran demostración de superación y éxito.

¿Qué pasó después? Perú siguió albergando torneos internacionales como los preolímpicos de bádminton y de tenis de mesa, el Iberoamericano de tiro o la Copa del Mundo de pesas.

Un año más tarde, el deporte peruano vive una nueva normalidad y ha comenzado a cosechar sus primeros triunfos internacionales, conviviendo con el COVID, a través de torneos virtuales. Fiorella Cueva ganó un torneo Panamericano en su categoría, la de 49 kilos; y el sábado, Hugo del Castillo, también se impuso en un torneo continental.

El deporte nos da el ejemplo, y lo hace justo cuando se cumplen 199 años de historia republicana. Hay mucho por hacer aún, sí. Hay deportes que necesitan fortalecer sus cimientos, trabajar en forma colectiva y sacar adelante sus disciplinas, pensando en que el éxito alcanzado en Lima 2019 debe superarse dentro de tres años cuando se mire el verdadero crecimiento en la cita de Santiago 2023.

Fuente: https://elcomercio.pe/

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Cita DXIV: ¿Qué significa si tus anticuerpos contra el coronavirus están desapareciendo?





Tu sangre lleva el recuerdo de cada patógeno que ha conocido. Si te contagiaste con el coronavirus, lo más probable es que tu cuerpo también lo recordará. Los anticuerpos son el legado de ese encuentro. Entonces, ¿por qué tantas personas afectadas por el nuevo virus han descubierto que pareciera que no tienen anticuerpos? Culpa a las pruebas.

La mayoría de las pruebas comerciales de anticuerpos ofrecen respuestas directas: sí o no. Dichos exámenes son célebres por entregar falsos positivos, es decir, arrojan resultados que indican que alguna persona tiene anticuerpos cuando, en realidad, no los tiene. Pero, en el caso del coronavirus, el volumen de los anticuerpos cae bruscamente cuando se termina la enfermedad aguda. Por eso, cada vez queda más claro que estas pruebas también pueden producir falsos negativos, obviando los anticuerpos contra el coronavirus que están presentes en el organismo, pero en niveles bajos.

Además, algunas pruebas —incluidas las fabricadas por Abbott y Roche y ofrecidas por Quest Diagnostics y LabCorp— están diseñadas para detectar un subtipo de anticuerpos que no confieren inmunidad y que disminuyen más rápidamente que los anticuerpos que pueden destruir el virus.

Varios expertos afirman que eso significa que la disminución de los anticuerpos, como lo demuestran las pruebas comerciales, no necesariamente representa una disminución de la inmunidad. Los estudios a largo plazo de anticuerpos, destinados a evaluar cuán ampliamente se ha propagado el coronavirus, también pueden subestimar la prevalencia real.

“Estamos aprendiendo mucho sobre cómo cambian los anticuerpos con el tiempo”, dijo Fiona Havers, epidemióloga médica que ha dirigido ese tipo de estudios para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Pareciera que la narrativa sobre la inmunidad al coronavirus ha cambiado constantemente y, en parte, eso se debe a que este virus era algo extraño para los científicos. Pero cada vez está más claro que se comporta como cualquier otro virus.

Así es como generalmente funciona la inmunidad a los virus: el encuentro inicial con un patógeno, generalmente en la infancia, sorprende al cuerpo. La enfermedad resultante puede ser leve o grave, dependiendo de factores como la dosis del virus y la salud del niño, el acceso a la atención médica y la genética.

Una enfermedad leve puede desencadenar la producción de solo unos pocos anticuerpos y una grave, de muchos más. Según Havers, la gran mayoría de las personas que se infectan con el coronavirus presentan pocos o ningún síntoma, y esa gente puede producir una respuesta inmune más leve que quienes se enferman gravemente. Pero, a menudo, una infección menor es suficiente para enseñarle al cuerpo cómo reconocer al intruso.

Después de que termina la batalla, las células en forma de globo que viven en la médula ósea bombean constantemente un pequeño número de asesinos especializados. La próxima vez —y en cada ocasión que sea necesario— que el cuerpo se encuentre con el virus, esas células pueden producir anticuerpos en masa en cuestión de horas. La respuesta mnemotécnica se fortalece con cada encuentro. Ese es uno de los grandes milagros del cuerpo humano.

“Cualquiera que sea su nivel actual, si se infecta, sus títulos de anticuerpos aumentarán”, dijo Michael Mina, inmunólogo de la Universidad de Harvard, refiriéndose a los niveles de anticuerpos en la sangre. “La segunda vez, el virus nunca tendrá ni siquiera una oportunidad”. Una sola gota de sangre contiene miles de millones de anticuerpos, todos al acecho de sus objetivos específicos. A veces, como puede ser el caso de los anticuerpos contra el coronavirus, hay muy pocos para obtener una señal positiva en una prueba, pero eso no significa que la persona examinada no tenga inmunidad al virus. “Incluso si sus anticuerpos disminuyen por debajo de los límites de detección de nuestros instrumentos, no significa que su ‘memoria’ se haya ido”, dijo Mina.

Es posible que un pequeño número de personas no produzca anticuerpos contra el coronavirus. Pero incluso en ese caso poco probable, tendrán la inmunidad celular que incluye células T que aprenden a identificar y destruir el virus. Según varios estudios recientes, prácticamente todos los infectados con el coronavirus parecen desarrollar respuestas de células T. “Esto significa que incluso si el título de anticuerpos es bajo, las personas que fueron previamente infectadas pueden tener una respuesta de células T lo suficientemente buena como para estar protegidas”, dijo Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale.

Sin embargo, las células T son más difíciles de detectar y estudiar por lo que, cuando se trata de inmunidad, los anticuerpos suelen recibir toda la atención. El coronavirus transporta varios antígenos (proteínas o partes de una proteína) que pueden provocar que el cuerpo produzca anticuerpos. Los anticuerpos más potentes reconocen una parte de la proteína espiga del coronavirus, el dominio de unión al receptor (RBD, por su sigla en inglés). Esa es la parte del virus que se acopla a las células humanas. Solo los anticuerpos que reconocen al RBD pueden neutralizar el virus y prevenir la infección.

Pero las pruebas de Roche y Abbott que ahora están ampliamente disponibles, y muchas otras que fueron autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés), buscan anticuerpos contra una proteína llamada nucleocápside, o N, que está unida al material genético del virus. Algunos científicos se sorprendieron al enterarse de esta elección.

“Dios, no me di cuenta de eso; es una locura”, dijo Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Columbia en Nueva York. “Es un poco extraño diseñar una prueba que no busque lo que se piensa que es el antígeno principal”.

La proteína N es abundante en la sangre, y la prueba de anticuerpos produce una señal más rápida y brillante que el examen de anticuerpos contra la proteína espiga. Sin embargo, como las pruebas de anticuerpos se utilizan para detectar las infecciones pasadas, los fabricantes no están obligados a demostrar que los anticuerpos que buscan son aquellos que realmente confieren protección contra el virus. Los funcionarios de la FDA no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre si ambas pruebas apuntan a los anticuerpos apropiados.

Hay otro detalle en esta historia. Algunos estudios sugieren que los anticuerpos contra la nucleocápside viral pueden disminuir más rápido que los del RBD o los de la espiga completa, que son los realmente efectivos. “La mayoría de las personas se someten a pruebas de anticuerpos anti-N, que tienden a disminuir más rápidamente, y por lo tanto, puede que no sea la prueba más adecuada para observar la capacidad neutralizante”, dijo Iwasaki.

En Estados Unidos, millones de personas se han realizado las pruebas de Roche y Abbott. Solo LabCorp ha realizado más de dos millones de pruebas de anticuerpos hechas por ambos fabricantes. Quest confía en las pruebas realizadas por Abbott, Ortho Clinical y Euroimmun. Quest se negó a revelar qué proporción de los 2,7 millones de pruebas que ha utilizado hasta ahora fueron fabricadas por Abbott.

Jonathan Berz, un médico de Boston, dio positivo por el virus a principios de abril, pero se sintió bien, aparte de tener un dolor de garganta. Su esposa se sentía más enferma y, a pesar de varias pruebas de diagnóstico negativas, permaneció convaleciente durante semanas.

“Inicialmente, como familia, dijimos: ‘Oh, desafortunadamente nos enfermamos’”, comentó Berz. “Pero el lado bueno de eso es que vamos a tener inmunidad”. A principios de junio, la pareja y sus dos hijos se hicieron las pruebas de anticuerpos de Abbott que fueron procesadas por Quest. Los cuatro dieron resultados negativos. Berz estaba decepcionado, a pesar de que sabía que la inmunidad es un sistema complejo y que las células T también juegan un papel. 

Como médico en una clínica para la COVID-19, siempre había actuado como si corriera el riesgo de infectarse. Pero, después de ver los resultados de los anticuerpos, dijo que su “nivel de ansiedad acabó de aumentar”. Una vocera de Abbott dijo que la prueba tenía una sensibilidad del 100 por ciento 17 días después del comienzo de los síntomas, pero no proporcionó información sobre la sensibilidad más allá de ese tiempo.

Beatus Ofenloch-Haehnle, quien dirige la investigación de pruebas inmunológicas en Roche, defendió el examen de anticuerpos de la compañía. Su equipo ha rastreado los anticuerpos N en 130 personas que presentaban síntomas leves o no los exhibían y aún no ha detectado una disminución, dijo. “Hay alguna fluctuación, pero no mengua en lo absoluto”, dijo. “Tenemos muchos datos, y ya no confiamos en la teoría”. El anticuerpo N puede ser un representante decente de la inmunidad, agregó Ofenloch-Haehnle.

También mencionó un estudio del sistema sanitario de Inglaterra que sugiere que las pruebas de Abbott y Roche funcionan bien hasta 73 días después del inicio de los síntomas. “Creo que deberíamos tener cuidado antes de llegar a conclusiones precipitadas”, sugirió.

Otros expertos también pidieron precaución. Sin más información sobre el significado de los resultados de las pruebas de anticuerpos, dijeron, las personas deberían hacer lo que hizo Berz: actuar como si no tuvieran inmunidad.

Todavía no hay información definitiva sobre qué niveles de anticuerpos son necesarios para la inmunidad o cuánto tiempo puede durar esa protección. “Creo que nos estamos acercando cada vez más a ese reconocimiento”, dijo Iwasaki.


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lunes, 27 de julio de 2020

Video 491: Nueve similitudes entre nuestra Independencia y la pandemia de COVID-19






Dos eventos históricos separados por casi 200 años tienen muchas características en común. El Dr. Jorge Lossio, director del Instituto Riva-Agüero y docente del Departamento de Humanidades, detecta nueve similitudes entre ambos acontecimientos y los comparte en este video.

Fuente: PUCP

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P. Adolfo Franco, SJ: Comentario para el domingo 26 de Julio

DOMINGO XVII del Tiempo Ordinario
Mateo 13, 44-52 

El tesoro escondido

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 

La perla de gran precio

45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. 

La red

47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,
50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 

Tesoros nuevos y viejos

51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
52 El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Este párrafo del Evangelio nos trae a consideración varias parábolas de San Mateo; todas estas parábolas se refieren siempre al Reino de los Cielos. Describen además reacciones y actitudes que tenemos ante el mensaje del Señor. Dos de ellas (la del tesoro escondido y la de la perla de gran valor) son paralelas: dos situaciones diferentes de la vida pero que ilustran un mismo mensaje.

La parábola del tesoro escondido nos habla de un buscador de tesoros que un día se pone a cavar en un terreno y de pronto empieza a ver un cofre que esconde un tesoro; podemos sentir su emoción en el momento en que comienza el hallazgo. Y cómo se desencadenan una serie de consecuencias y decisiones, a toda velocidad, pues la alegría es enorme. Tapa el tesoro (se supone que no pertenece a nadie), y va a comprar aquel campo. No importa si para poder comprar ese campo tiene que vender todo lo que tiene; porque todo lo que tiene es nada en comparación con ese maravilloso tesoro.

Tres elementos básicamente hay en esta pequeña y emocionante historia: una persona que busca un tesoro, un hallazgo sorprendente de enorme valor, y la venta de todo lo personal para conseguir el tesoro.

Podemos aplicar esto a nuestra propia vida. Todos vamos caminando como buscadores de tesoros; en nuestros sueños hemos imaginado que nos tocaba un premio, que obteníamos un puesto elevado en nuestra profesión, que teníamos un triunfo clamoroso. Y en nuestra vida real, ya no en los sueños, buscamos sobresalir, queremos alcanzar la excelencia, queremos ser el primero en la competencia, un insaciable deseo de progresar, la necesidad de dar plenitud de sentido a nuestras vidas, son todas ellas actitudes que caben perfectamente en la descripción del hombre que va buscando un tesoro. Es el destino del ser humano, el ser un noble buscador de tesoros. El ser humano está destinado a elevarse por encima de lo rastrero.

Pero más allá de cualquier búsqueda de ésas, hay necesidades más hondas; más hondas que el sobresalir y el triunfar. Buscamos la verdad, buscamos el amor y buscamos a Dios. El hombre tiene una sed de verdad: necesita saber lo que es auténtico, lo que tiene consistencia, no simplemente se trata de buscar pequeñas verdades, sino La Verdad: esa afirmación real que hace coherente la vida humana, y el mundo que nos rodea. Buscamos un Amor en el cual pueda descansar nuestro corazón y todo su gran deseo de entrega: el corazón necesita ser entregado, necesita entrar en total comunión. Y buscamos a Dios, porque es el que está detrás de esa Verdad Única que queremos alcanzar; y es el depositario del Amor Total con el que queremos entrar en comunión.

El que busca a Dios termina encontrándolo. El tesoro que buscamos es Jesucristo; El es el Reino de los Cielos. Jesús se convierte en descubrimiento en algunos momentos de la vida. Y esto porque, si nosotros lo buscamos, más nos busca El. El descubrimiento se produce ciertamente para aquel que busca de verdad. Unas veces el descubrimiento viene por una lectura, otras veces en una enfermedad, unos días de reflexión en un retiro. El encuentro se produce de formas muy variadas. Hay algún convertido que lo encontró al ver correr el agua por debajo de un puente, otro lo encontró escuchando un fragmento musical. Lo que es necesario destacar es que el descubrimiento se produce.

Y este descubrimiento ocasiona emoción; la misma emoción que tendría un buscador que encuentra un cofre lleno de monedas de oro. Y mucho más, porque es un tesoro de un valor incalculable. El encuentro con Jesús, el descubrimiento de El como la verdad total de la vida, como el amor puro, produce vibración, conmoción. Se siente la certeza de haber encontrado todo lo que se podía buscar.

Y este encuentro cuestiona a la persona que ha encontrado el tesoro; la persona quiere tener para siempre esa maravilla que ha encontrado, y sabe que tiene que adquirirlo: el descubrimiento ha sido gratuito, Dios se ha hecho encontrar, y ahora hay que retenerlo, para que ese tesoro no se desvanezca y quede en simple recuerdo. Hay que pagar el precio, de algo cuyo valor es infinito, como es Dios. Naturalmente que no tenemos nada en nosotros que sea de valor infinito, pero Dios se contenta con que le demos nuestra vida. Es como el óbolo de la viuda en el templo, a la que Jesús alabó, porque dio todo lo que tenía para vivir. Eso es lo que Dios nos pide para ser el tesoro de nuestro propio corazón, que le demos absolutamente todo. Nos dieron ejemplo los apóstoles, que cuando descubrieron el tesoro, descubrieron a Jesús, dieron todo para seguirlo.

Buscar el tesoro ¡qué importante es! Encontrar el tesoro ¡qué afortunado es el que lo encuentra! Vender todo para adquirir ese tesoro ¡qué gran reto, y qué gran tarea para la vida!


Adolfo Franco, SJ

Letra 398: "El Condor Pasa" y "Virgenes del sol" por Pura Alcantara de Byström

PURA ALCANTARA DE BYSTRÖM

Pura Alcantara de Bystrom | Facebook

"EL CONDOR PASA" Y "VIRGENES DEL SOL"





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CADENA DE LETRAS

domingo, 26 de julio de 2020

Muestra virtual: "Tablas de Sarhua, pervive en el tiempo"





El Centro Cultural Peruano Norteamericano inaugura la muestra virtual "Tablas de Sarhua, pervive en el tiempo" y con mucho gusto les comparte el catálogo respectivo para profundizar en el papel del Arte Popular y en la narración de la historia de una comunidad andina.

Catálogo virtual de la muestra:

Podcast La ContraHistoria: Corea, la guerra olvidada






Hace 67 años, el 27 de julio de 1953, se firmó en Panmunjom, una minúscula aldea del centro de Corea, el armisticio que ponía fin a las operaciones bélicas que habían dado comienzo tres años antes, en junio de 1950, cuando Corea del Norte invadió Corea del Sur. La guerra había tenido un año de máxima actividad y luego se estancó, pero eso no la hizo menos mortífera, al contrario. Tanto en el norte como en el sur se perpetraron infinidad de masacres sobre la población civil. En total murieron entre 2 y 3 millones de coreanos en un país que en aquel entonces rondaba los 30 millones de habitantes. En la guerra de Corea no se empleó armamento nuclear, pero si toda la panoplia de armas modernas que se habían usado en la Segunda Guerra Mundial más algunas nuevas como el helicóptero o los aviones a reacción. El ejército de EEUU envió un contingente de 325.000 hombres equipados con los más avanzados ingenios bélicos. En el otro lado los chinos pusieron sobre el terreno más de un millón de efectivos. La URSS también participó, aunque de un modo mucho más modesto por miedo a una respuesta estadounidense. Pero esta guerra, que comenzó con una invasión, no era como la guerra contra Japón. EEUU intervino liderando un combinado internacional de 22 países que acudieron al llamado de la recién fundada ONU. La guerra mundial estaba muy cerca se temía que el expansionismo chino sucediese al japonés y el soviético al alemán. La guerra al final quedó en tablas y nunca llegó a concluir del todo porque tras el armisticio de Panmunjom no le siguió un tratado de paz definitivo. Las dos Coreas siguen, por lo tanto, casi siete décadas después, técnicamente en guerra. En la frontera entre ambas en torno al paralelo 38 eso mismo es lo que parece. Los dos ejércitos se encuentran a ambos lados de la zona desmilitarizada, que ha permanecido generalmente tranquila desde entonces.  Hoy en La ContraHistoria vamos a ver la guerra de Corea, un conflicto muy localizado y que afortunadamente no escaló, una reliquia de la guerra fría que aún sigue coleando.


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Diccionario CDXXIV: Panteísta

"El mundo andino poseía un sistema de creencias mágico-religiosas en donde mitos, leyendas y rituales se entrelazaban para concebir y alumbrar una religiosidad panteísta y politeísta que marcaba la vida de aquellas sociedades. Era una cosmovisión que difería profundamente de la religiosidad occidental y cristiana que luego trajeron los europeos."

Página 77. La Lima que encontró Pizarro. Gilda Cogorno y Pilar Ortiz de Zevallos. Con la colaboración de Catalina Lohmann. Editorial Taurus. Lima, Perú - 2018.


Panteísta


1. adj. Perteneciente o relativo al panteísmo.
2. adj. Seguidor del panteísmo. Apl. a pers., u. t. c. s.


Panteísmo


De pan-, el gr. θεός theós 'dios' e -ismo.

1. m. Sistema filosófico de quienes creen que la totalidad del universo es el único Dios.

Fuente: Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición.

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LA CADENA DEL DICCIONARIO

Letra 397: Gli anni più belli de Claudio Baglioni

CLAUDIO BAGLIONI

Claudio Enrico Paolo Baglioni (Roma, 16 de mayo 1951) es un cantautor italiano. En su carrera se ha liberado gradualmente de la denominación de cantante puramente melódico, determinada desde sus inicios, convirtiéndose en un artista polifacético e innovador. Todo esto se da por una continua evolución tanto en sus letras como en su música lo que le ha permitido reunir a diversas generaciones, consiguiendo así un vasto público. Su carrera siempre ha estado llena de éxitos y un alto número de ventas como entre otros, el álbum La vita é adesso que se mantuvo en el top de las listas italianas durante 27 semanas, siendo este su álbum más longevo en la lista de éxitos. Se ha definido también como un artista de gran éxito con sus múltiples conciertos y eventos en varios espacios. Baglioni ha vendido más de 55 millones de discos en el mundo, de los cuales 35 millones de álbumes y 20 millones de sencillos.

GLI ANNI PIÙ BELLI

Noi che
sognavamo i giorni di domani
per crescere
insieme mai lontani
e sapere già cos’è un dolore
e chiedere
in cambio un pò d’amore

Noi
occhi di laguna, noi
ladri di fortuna, noi
cavalieri erranti della luna
noi
una bufera di capelli
in aria a far castelli, noi
che abbiamo urlato al vento
per cantare

Noi
gli anni più belli noi
in una fuga da ribelli
un pugno id granelli noi
che abbiamo preso strade per cercare in noi
gli anni più belli

Noi che
volevamo fare nostro il mondo
e vincere
o andare tutti a fondo
ma il destino aspetta dietro un muro
e vivere
è il prezzo del futuro




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CADENA DE LETRAS

Olafo el Amargado (26-Julio-2020)



https://www.comicskingdom.com/hagar-the-horrible/2020-07-26



Hägar the Horrible —rebautizado en español como Olaf el vikingo u Olafo el Amargado— es una tira cómica creada por Dik Browne. Debutó en 136 periódicos de Estados Unidos el 4 de febrero de 1973. Dos años más tarde, el número de periódicos en los que aparecía había aumentado a 600. Su circulación siguió en aumento y en 2010 la tira apareció en 1900 periódicos de 58 países y en 13 idioma.

Dilbert (26-Julio-2020)



https://dilbert.com/strip/2020-07-26



Dilbert es el nombre de una tira satírica creada por Scott Adams que ha aparecido en los periódicos desde 1989, dando lugar a varios libros, una serie animada de TV y numerosos productos relacionados que van desde muñecos rellenos hasta helados. La trama de este cómic se desarrolla en el contexto de lo cotidiano para millones de empleados y oficinistas: políticas de oficina, jefes incompetentes, compañeros de trabajo molestos, asuntos sin sentido, juntas eternas, etc. El mismo tipo de cosas que la gente odia en su trabajo diario son las que provocan las carcajadas en Dilbert.

sábado, 25 de julio de 2020

Cuento julio 2020: Pan, queso y raspadura de Ricardo Palma

TRADICIONES PERUANAS DE RICARDO PALMA

I

El mes de diciembre de 1821 principiaba tomando el ejército español, mandado personalmente por el virrey La-Serna la ofensiva sobre el ejército patriota, a órdenes del bravo general Sucre, ese Bayardo de la América.

Ambos ejércitos marchaban paralelamente y casi a la vista, separados por el caudaloso río Pampas, y cambiándose de vez en cuando algunos tiros. El jefe español se proponía, ante todo, cortar la comunicación de los patriotas con Lima, a la vez que forzar a éstos a descender al llano abandonando las crestas de Matará.

Sucre, comprendiendo el propósito del enemigo, se apresuró a ganar el día 3 la quebrada de Corpahuaico; y habían avanzado camino en ella las divisiones de vanguardia y centro, cuando la retaguardia fue bruscamente atacada por las tropas de Valdez, el más inteligente y prestigioso de los generales españoles. Los patriotas perdieron en esa jornada todo el parque, uno de los cañones que formaban su artillería y cerca de trescientos hombres. El desastre habría sido trascendental si el batallón Vargas, mandado por el comandante Trinidad Morán, no hubiera desplegado heroica bizarría, dando con su resistencia tiempo para que el ejército acabase de pasar el peligroso desfiladero.

¡Triste burla de la suerte! Treinta años después, el 3 de diciembre de 1854, el general D. Trinidad Morán era fusilado en la plaza de Arequipa, en el mismo día aniversario de aquel en que salvó al ejército patriota y con él acaso la independencia de América.

El 8 las tropas realistas, ocupando las alturas de Pacaicasa y del Cundurcunca (cuello de cóndor), tenían cortada para los patriotas la comunicación con el valle de Jauja. Los independientes tomaban posiciones primero en Tambo-Cangallo, después en el pueblecito de Quinua, a cuatro leguas de Huamanga, y finalmente, a la falda del Cundurcunca, Retirarse sobre Ica o retroceder camino del Cuzco era, si no imposible, plan absurdo.

El ejército del virrey se componía de doce batallones de infantería, cinco cuerpos de caballería y catorce cañones. Su fuerza efectiva era de nueve mil trescientos hombres.

Los patriotas contaban sólo con diez batallones, cuatro regimientos de caballería y un cañón que, como recuerdo glorioso, se conservaba hasta 1881 en el museo del cuartel de artillería de Lima. Total, cinco mil ochocientos hombres.

Inmensa, como se ve, era la superioridad de los españoles; pero cada hora que corría sin combatir hacía más aflictiva la situación del reducido ejército patriota en el que, para mayor conflicto, sólo había carne para racionar a la tropa por uno o dos días más.

El general La-Mar se dirigió a una choza de pastores que servía de alojamiento a Sucre. Éste le tendió afectuosamente la mano y le dijo:

-¡Y bien, compañero! ¿Qué haría usted en mi condición?

-Dar mañana la batalla, y vencer o morir -contestó La-Mar.

-Pienso lo mismo, y me alegro de que no haya discrepancia en nuestra manera de apreciar la situación.

Y Sucre salió a la puerta de la choza, llamó a su ayudante y le dio orden de convocar inmediatamente para una junta de guerra a los principales jefes del ejército.

Una hora después, los generales Sucre, La-Mar, Córdova, Miller, Lara y Gamarra, que era el jefe de Estado Mayor, y los comandantes de cuerpo se encontraban congregados a la puerta de la choza, sentados sobre tambores e improvisados taburetes de campaña. 

II

Una ligera noticia biográfica de los principales miembros de la junta de guerra paréceme que viene aquí como anillo en dedo.

Antonio José de Sucre nació en Cumaná en 1793, y desde la edad de diez y seis años se enroló en las filas patriotas. En 1813 mandaba ya un batallón. Desde la batalla de Pichincha empezó a figurar como general en jefe. Siendo, en 1828, presidente de Bolivia, envió su poder a un amigo para contraer matrimonio, en Quito, con la marquesa de Solanda, y ¡curiosa coincidencia! el mismo día, 18 de abril, en que se celebraba la ceremonia nupcial, era Sucre herido, en Chuquisaca, al sofocar un movimiento revolucionario. El gran mariscal de Ayacucho fue villanamente asesinado el 4 de junio de 1830, en la montaña de Berruecos.

D. José de La-Mar nació en Guayaquil en 1777, y fue llevado por uno de sus deudos a un colegio de Madrid. En 1794, entró en la carrera militar e hizo la campaña del Rosellón al lado del limeño conde de la Unión que mandaba en jefe el ejército español. En el sitio de Zaragoza era ya coronel y muy querido de Palafox. Defendiendo un fuerte cayó mortalmente herido, y su curación fu penosísima. En Valencia mandó después un cuerpo de cuatro mil hombres y, tomado prisionero, el mariscal Soult lo remitió al depósito de Dijón. En 1814, Fernando VII lo ascendió a general y lo envió al Perú con alto destino militar. En 1823 elevó su renuncia ante el virrey La-Serna, y aceptada por éste y desligado de todo compromiso con España, tomó servicio en favor de la causa americana. Presidente constitucional del Perú, en 1828, fue derrocado por la más injustificable revolución, y murió desterrado en San José de Costa Rica, en 1830.

El granadino José María Córdova nació en 1800, y en 1822 era general de brigada en premio de su bravura en Boyacá y otros combates. En el mismo campo de Ayacucho fue ascendido a general de división, y cuando acompañando a Bolívar en su paseo triunfal hasta Potosí, el vecindario del Cuzco obsequió al libertador una corona de oro y piedras preciosas, éste no la aceptó y la puso sobre la cabeza de Córdova. La guerra civil se enseñoreó de Colombia en 1829, y Córdova fue asesinado después de una derrota.

Agustín Gamarra nació en el Cuzco en 1785, y aunque sus padres pretendieron hacer de él un teólogo, abandonó el colegio y sentó plaza de cadete en el ejército español, alcanzando en él hasta comandante. Proclamada en 1821 la independencia, tomó servicio con los patriotas, que lo reputaban, después de Sucre y La-Mar, como el militar más competente en materia de organización, disciplina y estrategia. Entrado ya el Perú en el régimen constitucional, fue perenne perturbador del orden y vivió siendo siempre o presidente o conspirador. Tuvo gloriosa muerte en el campo de batalla de Ingavi, en 1840.

III

La junta de guerra decidió por unanimidad de votos dar la batalla en la mañana del siguiente día.

Terminada la sesión, Sucre llamó a su asistente y le dijo: «Sirve las once a estos caballeros».

Y volviéndose a sus compañeros de junta, añadió: «Conténtense ustedes con mis pobrezas, que para festines tiempo queda si Dios nos da mañana la victoria y una bala no nos corta el resuello».

Y el asistente puso sobre un tambor una botella de aguardiente, un trozo de queso, varios panes y una chancaca.

-¡Banquete de príncipes golosos! -exclamó Córdova.

-No moriremos de indigestión -dijo La-Mar, poniendo una rebanada de queso dentro de un pan y cortando con el cuchillo un trocito de chancaca.

A este tiempo el coronel O'Connor, primer ayudante de Estado Mayor, se acercó a Sucre, preguntándole:

-Mi general, ¿quiere usía dictarme el santo y seña que se ha de comunicar al ejército?

-¡Ahítate, glotón! Pan, queso y raspadura(5) -continuó diciendo La-Mar y pasando a Miller la ración que acababa de arreglar.

-¡Pan, queso y raspadura! -repitió el gallardo inglés aceptando el agasajo-. ¡Very well! ¡Muchas gracias!

Sucre se volvió hacia Miller, y le dijo sonriendo:

-¿Qué ha dicho usted, general?

-¡Nothing! ¡Nada! ¡Nada! Pan, queso y raspadura...

-Coronel O'Connor, ahí tiene usted el santo, seña y contraseña precursores del triunfo.

Y sacando Sucre del bolsillo su librito de memorias, arrancó una página y escribió sobre ella con lápiz:

PAN, QUESO Y RASPADURA

 Tal fue el santo, seña y contraseña del ejército patriota al romperse los fuegos en el campo de Ayacucho.
IV

La batalla de Ayacucho tuvo, al iniciarse, todos los caracteres de un caballeresco torneo.

A las ocho de la mañana del 9 de diciembre el bizarro general Monet se aproximó con un ayudante al campo patriota, hizo llamar al no menos bizarro Córdova, y le dijo:

-General, en nuestro ejército como en el de ustedes hay jefes y oficiales ligados por vínculos de familia o de amistad íntima: ¿sería posible que, antes de rompernos la crisma, conversasen y se diesen un abrazo?

-Me parece, general, que no habrá inconveniente. Voy a consultarlo -contestó Córdova.

Y envió a su ayudante donde Sucre, quien en el acto acordó el permiso.

Treinta y siete peruanos entre jefes y oficiales, y veintiséis colombianos, desciñéndose la espada, pasaron a la línea neutral donde, igualmente sin armas, los esperaban ochenta y dos españoles.

Después de media hora de afectuosas expansiones regresaron a sus respectivos campamentos, donde los aguardaba el almuerzo.

Concluido éste, los españoles, jefes, oficiales y soldados, se vistieron de gran parada, en lo que los patriotas no podían imitarlos por no tener más ropa que la que llevaban puesta.

Sucre vestía levita azul cerrada con una hilera de botones dorados, sin banda, faja ni medallas, pantalón azul, charreteras de oro y sombrero apuntado con orla de pluma blanca. El traje de La-Mar se diferenciaba en que vestía casaca azul en lugar de levita. Córdova tenía el mismo uniforme de Sucre y, en vez de sombrero apuntado, un jipijapa de Guayaquil.

A las diez volvió a presentarse Monet, a cuyo encuentro adelantó Córdova.

-General -le dijo aquél-, vengo a participarle que vamos a principiar la batalla.

-Cuando ustedes gusten, general -contestó el valiente colombiano-. Esperaremos para contestarle a que ustedes rompan los fuegos.

Ambos generales se estrecharon la mano y volvieron grupas.

No pudo llevarse más adelante la galantería por ambas partes.

A los americanos nos tocaba hacerlos honores de la casa, no quemando los primeros cartuchos mientras los españoles no nos diesen el ejemplo.

En Ayacucho se repitió aquello de: A vous, messieurs les anglaises, que nous sommes chez nous.

 V

A poco más de las diez de la mañana, la división Monet, compuesta de los batallones Burgos, Infante, Guías y Victoria, a la vez que la división Villalobos formada por los batallones Gerona, Imperial y Fernandinos, empezaron a descender de las alturas sobre la derecha y centro de los patriotas.

La división Valdez, organizada con los batallones Cantabria, Centro y Castro, había dado un largo rodeo y aparecía ya por la izquierda. La caballería, al mando de Ferraz, constaba de los húsares de Fernando VII, dragones de la Unión, granaderos de la Guardia y escuadrones de San Carlos y de alabarderos. Las catorce piezas de artillería estaban también convenientemente colocadas.

Los patriotas esperaban el ataque en línea de batalla. El ala derecha era mandada por Córdova y se componía de los batallones Bogotá, Voltíjeros, Caracas y Pichincha. La división del general Lara, con los batallones Vargas, Rifles y Vencedores, ocupaba el centro. La-Mar, con los cuatro cuerpos peruanos, sostenía la izquierda. La caballería, a órdenes de Miller, se componía de los húsares de Junín y de Colombia y de los granaderos de Buenos Aires.

Cada batallón de la infantería española constaba de ochocientas plazas por lo menos, y entre los patriotas raro era el cuerpo que excedía de la mitad de esa cifra.

Sucre, en su brioso caballo de batalla, recorría la línea, y deteniéndose en el centro de ella, dijo con entonación de voz que alcanzó a repercutir en los extremos:

-¡Soldados! De los esfuerzos de hoy pende la suerte de la América del Sur. ¡Que otro día de gloria corone vuestra admirable constancia!

Y espoleando su fogoso corcel, se dirigió hacia el ala que ocupaban los peruanos.

La-Mar, el adalid sin miedo y sin mancilla, alentó a sus tropas con una proclama culta, a la vez que entusiasta y breve, y que ni la historia ni la tradición han cuidado de conservar.

Los batallones contestaron con un estruendoso ¡viva el Perú!, y rompieron el fuego sobre la división Valdez que había tomado ya la iniciativa del combate. Era en esa ala donde la victoria debía disputarse más reñidamente.

Entretanto la división Monet avanzaba sobre la de Córdova, y el coronel Guas, que mandaba el antiguo batallón Numancia, cuyo nombre cambió Bolívar con el de Voltíjeros, dijo a sus soldados:

-¡Numantinos! Ya sabéis que para vosotros no hay cuartel. ¡Ea! A vencer o morir matando.

Sucre, que acudía con oportunidad allí donde su presencia era necesaria, le gritó a Córdova:

-General, tome usted la altura y está ganada la batalla.

El valiente Córdova, ese gallardo paladín de veinticuatro años, por toda respuesta se apeó del caballo y, alzando su sombrero de jipijapa en la punta de su espada, dio esta original voz de mando:

-¡División! ¡De frente! ¡Arma a discreción y paso de vencedores!

Y dando una irresistible carga a la bayoneta, sostenido por la caballería de Miller que acuchillaba sin piedad a los húsares de Fernando VII, sembró pronto el pánico en la división Monet.

Sospecho que también la historia tiene sus pudores de niña melindrosa. Ella no ha querido conservar la proclama del general Lara a la división del centro, proclama eminentemente cambrónica; pero la tradición no la ha olvidado, y yo, tradicionista de oficio, quiero consignarla. Si peco en ello, pecaré con Víctor Hugo; es decir, en buena compañía.

La malicia del lector adivinará los vocablos que debe sustituir a los que yo estampo en letra bastardilla. Téngase en cuenta que la división Lara se componía de llaneros y gente cruda a la que no era posible entusiasmar con palabritas de salón.

-¡Zambos del espantajo! -les gritó-. Al frente están los godos puchueleros. El que manda la batalla es Antonio José de Sucre que, como saben ustedes, no es ningún cangrejo. Conque así, apretarse los calzones y..... ¡a ellos!

Y no dijo más, y ni Mirabeau habría sido más elocuente.

Y tan furiosa fue la arremetida sobre la división Villalobos, en la cual venía el virrey, que el batallón Vargas no sólo alcanzó a derrotar el centro enemigo, sino que tuvo tiempo para acudir en auxilio de La-Mar, cuyos cuerpos empezaban a ceder terreno ante el bien disciplinado coraje de los soldados de Valdez.

Secundó a Vargas el regimiento húsares de Colombia, cuyo jefe, el coronel venezolano Laurencio Silva, cayó herido. Llevado al hospital y puesto un vendaje a la herida, preguntó al cirujano:

-Dígame, socio... ¿Cree usted que moriré de ésta?

-Lo que es morir me parece que no; pero tiene usted lo preciso para pasar algunos meses bien divertido.

-¡Ah! Pues si no muero de ésta, venga mi caballo, que todavía hay jarana para un cuarto de hora y quiero estar en ella hasta el conchito. Y con agilidad suma, sin escuchar las reflexiones de su amigo el cirujano, saltó sobre el caballo y volvió a meterse en lo recio del fuego.

¡Qué hombres, Cristo mío! ¡Qué hombres! Setenta minutos de batalla, casi toda cuerpo a cuerpo, empleando los patriotas el sable y la bayoneta más que el fusil, pues desde Corpaguaico, donde perdieron el parque, se hallaban escasos de pólvora (cincuenta y dos cartuchos por plaza), bastaron para consumar la independencia de América.

VI

A las doce del día el virrey La-Serna, ligeramente herido en la cabeza, se encontraba prisionero de los patriotas, y ¡lo que son las ironías del destino! en ese mismo día, a esa misma hora, en Madrid, el rey D. Fernando VII firmaba para La-Serna el título de conde de los Andes.

La rivalidad entro Canterac, favorito del virrey y jefe de Estado Mayor de los españoles, y Valdez, el más valiente, honrado y entendido de los generales realistas, influyó algo para la derrota. El plan de batalla fue acordado sólo entre La-Serna y Canterac, yal ponerlo en conocimiento de Valdez tres horas antes de iniciarse el combate, éste murmuró al oído del coronel del Cantabria, que era su íntimo amigo:

-¡Nos arreglaron los insurgentes! Ese plan de batalla han podido urdirlo dos frailes gilitos, pero no dos militares. Los enemigos nos habrán hecho flecos antes de que lleguemos a la falda del cerro, y aun superado este inconveniente, no nos dejarán formar línea ordenada de batalla. En fin, soldado soy y mi obligación es ir sin chistar al matadero y cumplir, como Dios me ayude, con mi rey y con mi patria.

-¿Qué hacer, mi general? -contestó el jefe del Cantabria estrechando la mano de su superior-. ¡Caro vamos a pagar las francesadas de Canterac!

Desbandada su división que, en justicia sea dicho, se batió admirablemente, Valdez descabalgó y, sentándose sobre una piedra, dijo con estoicismo:

-Esta comedia se la llevó el demonio. ¡Canario! De aquí no me muevo y aquí me matan.

Un grupo de sus soldados, de quienes era muy querido, lo tomó en peso y consiguió transportarlo algunas cuadras fuera del campo.

A la caída del sol, Canterac firmaba la capitulación de Ayacucho, y tres días más tarde dirigía a Simón Bolívar esta carta, que acaso medio siglo después trajo a la memoria Napoleón III al rendirse prisionero en Sedán:

«Excmo. Sr. libertador D. Simón Bolívar: Como amante de la gloria, aunque vencido, no puedo menos que felicitar a vuecelencia por haber terminado su empresa en el Perú con la jornada de Ayacucho. Con este motivo tiene el honor de ofrecerse a sus órdenes y saludarle, en nombre de los generales españoles, su afectísimo y obsecuente servidor que sus manos besa. -José de Canterac.- Guamanga a 12 de diciembre de 1824».

VII

A las dos de la tarde, fatigado por la sangrienta al par que gloriosa faena del día, llegó el general Miller a la puerta de la tienda de Sucre, donde sólo encontró al leal asistente.

-Pancho -le dijo el alegre inglés-, dame un traguito de algo que refresque y un bocado para comer.

El asistente le contestó:

-Mi general, dispense usía si no le ofrezco otra cosa que lo mismo de ayer: un sorbo de aguardiente, pan, queso y raspadura.

-Hombre, guárdate la raspadura y tráeme lo demás, que para raspadura basta con la que hemos dado a los godos.
 

Ricardo Palma (Lima, 7 de febrero de 1833 - Miraflores, Lima, 6 de octubre de 1919) fue un escritor romántico, costumbrista, tradicionalista, periodista y político peruano, famoso principalmente por sus relatos cortos de ficción histórica reunidos en el libro Tradiciones peruanas. Cultivó prácticamente todos los géneros: poesía, novela, drama, sátira, crítica, crónicas y ensayos de diversa índole. Sus hijos Clemente y Angélica siguieron sus pasos como escritores.

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