domingo, 30 de junio de 2024

Meme 30/06: Los Picapiedra ¿Esto es el Gran Cañón?

 

 

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Libro: Ana Frank ¿Qué habría pasado sí hubiera sobrevivido al Holocausto? Auschwitz nunca olvidar

 

 

1945. Ana Frank es una joven de dieciséis años que ha sobrevivido a los campos de concentración, pero su madre y su hermana no tuvieron la misma suerte. De milagro, Ana logra reunirse con su padre, Pim, en la recién liberada Ámsterdam, y el reencuentro abre la esperanza de una nueva vida para ellos. Pero no será nada fácil: Ana está confundida y es presa de los terribles fantasmas del reciente pasado que no le permiten ver hacia delante. Como si el dolor no fuera suficiente, su amado diario está perdido y su sueño de convertirse en escritora parece lejano y sin sentido. Mientras que Ana lucha por superar los crueles recuerdos, deberá encontrar la fuerza para perdonar y recuperar la fe en sí misma y en los demás.

 

¿QUIÉN ERA ANA FRANK?

Los primeros años de Ana

Ana Frank nace en Fráncfort del Meno. La hermana de Ana, Margot, es un poco más de tres años mayor. Las cosas no van bien en Alemania: hay poco trabajo y mucha pobreza. Al mismo tiempo, Adolf Hitler  obtiene más y más seguidores con su partido. Hitler odia a los judíos y los culpa de todos los problemas en el país. Asimismo, juega con los sentimientos antisemitas que prevalecen en ese momento. Debido a este odio a los judíos y la mala situación económica, los padres de Ana, Otto y Edith Frank deciden mudarse a Ámsterdam. Otto comienza allí una compañía que se dedica al comercio de pectina, una sustancia para la prepación de mermelada. 

La Alemania nazi invade los Países Bajos

Ana se adapta rápidamente y se siente como en casa en los Países Bajos. Aprende el idioma, encuentra amigas y va a una escuela holandesa en el vecindario. Su padre trabaja arduamente en la compañía, pero no le es fácil comenzar una nueva vida. Otto intenta establecer un negocio en Inglaterra, pero no lo consigue. Finalmente, encuentra una solución, sumando al comercio de pectina, la venta de hierbas y especias. El 1 de septiembre de 1939, Ana tiene en ese momento 10 años, la Alemania nazi invade Polonia: la Segunda Guerra Mundial ha comenzado. No mucho tiempo después, el 10 de mayo de 1940, los nazis también invaden los Países Bajos. El ejército holandés se rindió cinco días después. De a poco, pero seguros, los ocupantes introducen numerosas leyes y regulaciones que dificultan la vida de los judíos. Los parques, cines y tiendas, entre otras cosas, están prohibidos para los judíos. Debido a estas reglas  a Ana se le permite ir cada vez a menos lugares. Su padre pierde el control de su compañía, porque los judíos ya no pueden ser propietarios de compañías. Todos los niños judíos, incluida Ana, deben ir, separados, a una escuela judía.

Ana debe esconderse en la Casa de atrás

Así los nazis van avanzando lentamente cada vez más. Los judíos deben usar una estrella de David y hay rumores que todos los judíos deben abandonar los Países Bajos. Cuando Margot recibe un aviso el 5 de julio, 1942 para presentarse a trabajar en la Alemania nazi, sus padres desconfían. No creen que se trate de trabajo y deciden esconderse al día siguiente.  Pasan a la clandestinidad para escapar de la persecución. En la primavera de 1942, en la Casa de atrás de su compañía en la calle Prinsengracht 263, el padre de Ana comenzó  acondicionar un escondite,   Recibe ayuda de sus viejos colegas. No mucho tiempo después llegan cuatro personas más para esconderse en la Casa de atrás.  El lugar es un poco apretado, Ana debe andar sigilosamente y, muchas veces, tiene miedo. 

Ana escribe sus diarios

Para su decimotercer cumpleaños, Ana recibe un diario como regalo y todavía no se ha escondido,. En los dos años que se esconde, Ana escribe sobre lo que ocurre en la Casa de atrás, pero también sobre lo que siente y piensa. Además, escribe cuentos, comienza una novela y escribe citas en su Cuaderno de frases buenas, que copia de los libros que lee. Así es como la escritura la ayuda a que el tiempo transcurra.  Cuando el ministro de educación del gobierno holandés desde Inglaterra, a través de Radio Orange, hace un llamado a guardar diarios y documentos de guerra, a Ana se le ocurre la idea de reescribir sus diarios sueltos en una sola historia con el título Het Achterhuis (La Casa de atrás).

El escondite es descubierto

Ana comienza con la reescritura de su diario, pero antes de que termine, los oficiales de policía la descubren y arrestan junto con los demás escondidos, 4 de agosto de 1944. La policía también arresta a dos de los protectores.  Hasta el día de hoy, no se sabe cuál fue el motivo para la incursión policial. A pesar de dicha incursión, parte de los escritos de Ana son conservados: dos protectoras salvan a los papeles antes que la Casa de atrás sea vaciada por los nazis.

Ana es deportada a Auschwitz

Los escondidos están primero en la oficina de la policía de seguridad alemana (Sicherheitsdienst), de ahí pasan a la prisión en Ámsterdam y el campo de tránsito Westerbork, hasta que los nazis los trasladaron al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. El viaje  en tren dura tres días, allí Ana se encuentra con más de otros mil prisioneros, en un vagón totalmente abarrotado, para transporte de animales. Hay poca comida y agua y solo un barril como retrete. A su llegada en Auschwitz, los médicos nazis realizan una selección y deciden quién puede realizar trabajos forzados. Aproximadamente unas 350 personas que fueron trasladadas con Ana son asesinadas, directamente a su llegada, en las cámaras de gas. Ana es enviada al campo de trabajo para mujeres con su hermana y su madre. Otto, en cambio, va a un campamento de hombres.

Ana fallece en Bergen-Belsen

A principios de noviembre de 1944, Ana es  trasladada nuevamente.  Junto con su hermana, es deportada al campo de concentración de Bergen-Belsen. Sus padres permanecen en Auschwitz. Las condiciones en Bergen-Belsen también son miserables: casi no hay comida, hace mucho frío y Ana, al igual que su hermana, contrae fiebre tifoidea. En febrero de 1945, ambos fallecen a consecuencias de esa enfermedad, primero Margot, poco después Ana. De todos los escondidos, solamente Otto sobrevivió a la guerra. Es liberado de Auschwitz por los rusos y, durante su largo viaje de regreso a los Países Bajos, toma conocimiento que su esposa Edith ha fallecido. En los Países Bajos recibe la noticia que Ana y Margot tampoco sobrevivieron.

El diario de Ana se vuelve mundialmente famoso

 Los papeles que se conservan del diario de Ana causan una profunda impresión en Otto. Así lee que Ana quería convertirse en escritora o periodista y que tenía la intención de publicar las historias sobre la vida en la Casa de atrás.  Los amigos convencen a Otto para que publique el diario y, el 25 de junio de 1947, Het Achterhuis (conocido en español como El Diario de Ana Frank) es publicado en una edición de 3.000 ejemplares. Y desde entonces no se detiene: el libro se traduce a cerca de 70 idiomas, se escribe una obra de teatro y una película. La gente de todo el mundo se familiariza con la historia de Ana y en 1960 el escondite se convierte en un museo: la Casa de Ana Frank. Otto permanece estrechamente involucrado, tanto con la organización como con el museo Casa de Ana Frank hasta su muerte en 1980: él espera que los lectores del diario tomen conciencia de los peligros de la discriminación, el racismo y el antisemitismo.

Fuente: https://www.annefrank.org

 

DAVID R. GILLHAM

Es autor de City of Women, una novela en la que trata el papel de las mujeres en la Segunda Guerra Mundial y que se convirtió en bestseller del NYTimes. Annelies es su segunda novela.

 

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Autor(es): David R. Gillham

Editorial: Planeta

Páginas: 496

Tamaño: 15 x 23 cm.

Año: 2024

 

Macanudo (30-Junio-2024)

 

 

FuenteMacanudo

Macanudo es una serie de historietas que desde 2002 publica Liniers (Ricardo Siri) en el diario La Nación de Argentina. La historieta tuvo su génesis en Bonjour, que fue publicada en el suplemento NO de Página/12 desde 1999 hasta 2002.​ Actualmente se publica en el Diario Perú 21 en Perú y en el diario La Nación, gracias a haber sido presentada al editor del mismo por Maitena. Tras ello, el alcance de las historietas de Liniers se catapultó de modo que a 2014 ya existen diez libros publicados sobre Macanudo.​ El humor que caracteriza a la tira es fresco, inocente, inteligente y bizarro. Las tiras deben ser leídas con detenimiento hasta sus detalles, ya que en Macanudo como en el arte a veces hay que elegir entre entender o sentir. Macanudo es frecuentemente percibido como una puesta al día de Mafalda (de Quino) en los 60, por el tipo de humor y sobre todo por uno de sus personajes protagónicos, Enriqueta. En un chiste nombra a Mafalda, diciendo que fue su primer libro, y en una entrevista Liniers dijo que si hubiera sabido que los lectores iban a tomar a Enriqueta como una modernización de Mafalda, hubiera hecho a Enriqueta varón.

Olafo el Amargado (30-Junio-2024)

 

 

Hägar the Horrible —rebautizado en español como Olaf el vikingo u Olafo el Amargado— es una tira cómica creada por Dik Browne. Debutó en 136 periódicos de Estados Unidos el 4 de febrero de 1973. Dos años más tarde, el número de periódicos en los que aparecía había aumentado a 600. Su circulación siguió en aumento y en 2010 la tira apareció en 1900 periódicos de 58 países y en 13 idiomas.

sábado, 29 de junio de 2024

Cita DCCLI: El "milagro" del Pacocha, cómo un joven oficial de la Armada peruana salvó a sus compañeros de una muerte segura en el fondo del mar

 

 
La actuación del teniente Roger Cotrina Alvarado salvó muchas vidas.  

 

En la mañana del 26 de agosto de 1988, el submarino BAP Pacocha de la Armada peruana navegaba tranquilamente de regreso a la base naval de El Callao tras completar unos ejercicios de rutina. Ninguno de los 49 tripulantes a bordo de aquel buque de 94 metros se imaginaba que estaban a punto de vivir una pesadilla. Uno de los oficiales a bordo era un joven teniente ingeniero llamado Roger Cotrina Alvarado. No sospechaba que aquel día la vida le pondría a prueba y se convertiría en un héroe. Recordó su epopeya para el programa Outlook del Servicio Mundial de la BBC.

"Eran sobre las 6 pm y el submarino navegaba tranquilamente en superficie. Yo había terminado mi cena cuando sentimos un golpe tan violento que me hizo saltar del asiento y golpear la cabeza contra el techo. Lo que oímos fue, más que un choque, una explosión"

Todos los sistemas del Pacocha comenzaron a fallar. La electricidad, la radio, el timón… La confusión se adueñó de los oficiales al mando del buque.

En aquellos años, Perú vivía el conflicto entre el Estado y la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y lo primero que pensó Cotrina fue que habían sufrido un atentado o un sabotaje.

"Llegué a la sala de mando y me dijeron: 'hemos chocado'. 'Pero ¿con qué?', pregunté yo".

Cotrina conocía bien el Pacocha. Encariñado con él, había estudiado al detalle a ese veterano submarino que había tenido una vida anterior como USS Atule al servicio de la Armada de Estados Unidos, para la que fue construido en plena Segunda Guerra Mundial.

Aun así no tenía respuestas para lo ocurrido. Ni tiempo para buscarlas.

Un pesquero fue el causante

Un incendio se había desatado en la proa y el pánico cundía a bordo. Los marineros se habían puesto sus máscaras antigás para protegerse del humo y corrían frenéticamente en medio del caos reinante.

Ninguno lo sabía entonces, pero el causante de todo había sido un pesquero japonés llamado Kiowa maru. Equipado con un casco reforzado para romper el hielo del Ártico, al chocar con el Pacocha había causado un boquete de dos metros en su sala de máquinas.

El capitán del Kiowa Maru navegó aún unas millas antes de detenerse a evaluar sus propios daños y reportar que había chocado contra un objeto que no supo identificar, pero no avisó a las autoridades navales peruanas, sino a los propios jefes de su empresa en Lima, con lo que la Marina de guerra de Perú tardó horas en saber que el Pacocha se encontraba en serios apuros.

A bordo, Cotrina sintió cómo el submarino comenzaba a irse a pique.

"Se inclinó hacia atrás. Sentí como si estuviera sobre un caballo que dobla sus patas traseras antes de saltar".

Quiso correr hacia la sala de mandos para alertar al capitán, Daniel Nieva, de que el submarino se hundía, pero se encontró con que el agua estaba ya inundando el interior del submarino a través de la escotilla principal.

Las olas inundaban la popa, y la proa era ya la única parte de la cubierta que no estaba bajo el agua.

Algunos de los marineros comenzaron a lanzarse al agua para tratar de salvarse a nado. No era fácil. Braceaban desesperados para escaparse de la succión provocada por el hundimiento del submarino, herido ya de muerte.

Cotrina estuvo a punto de hacerlo también, pero algo le hizo cambiar de opinión.

"Pensaba '¿qué debo hacer? Necesito salvarme, pero soy un oficial y tengo la responsabilidad de ayudar a salvarse a los que quedaron dentro. No puedo abandonarlos'.

"Recé y le pedí a Dios que salvara mi vida si actuaba con valor. Y decidí trepar de regreso al interior del submarino. Aquella resultó ser la decisión más importante que he tomado en mi vida", recordó, años después.

Se adentró de nuevo en el submarino y se las arregló para llegar hasta la sala de mando, donde informó al capitán de la situación.

Este le ordenó volver sobre sus pasos y dar indicaciones de abandonar la nave a todos los demás.

La inclinación del submarino era ya tanta que resultaba cada vez más difícil mantenerse en pie.

"Entonces empezaron a caer cosas. Una máquina de escribir, herramientas de metal, los platos de la cocina, todo empezó a caer y golpear. Era como estar a bordo del Titanic".

En medio de la lluvia de objetos, Cotrina avanzó hacia la proa y la sala de torpedos, lanzando a gritos las órdenes del capitán. Para entonces, la única luz era la de la alarma roja que se encendía intermitentemente.

Era la señal para el llamado cierre Alfa. Quienes no habían logrado salir, debían quedarse donde estaban, asegurarse de cerrar todas las escotillas y esperar.

El objetivo de esa medida de emergencia es minimizar la entrada de agua y asegurar la conservación de un bien muy escaso en un submarino que se hunde: el oxígeno.

"Regresaba hacia la sala de torpedos y otros tripulantes se me iban uniendo. Íbamos cerrando todas las escotillas a nuestro paso", rememora Cotrina.

"Les dije que se pusieran los chalecos salvavidas y se aprestaran a abandonar la nave. Para entonces ya resultaba imposible mantenerse en pie".

Ayudó a salir a cuatro, pero entonces empezó a colarse el agua de mar por la escotilla.

"Me di cuenta de que a partir de ese momento sería imposible escapar".

Un electricista que intentaba escapar había quedado atrapado. Ni él lograba salir ni se podía cerrar la escotilla con él atascado.

Cotrina le empujó para que pudiera salir y a continuación cerró la escotilla.

Un potente chorro de agua lo lanzó violentamente y se golpeó contra el borde de la cámara que contenía los torpedos. Pensó que aquello era el final.

"Todo oscureció y vi pasar mi vida entera delante de mis ojos", contó. "Sentí cómo abandonaba mi cuerpo y entonces vi esa famosa luz".

Desde afuera, los marinos que habían tenido tiempo para abandonar el buque vieron la proa en posición totalmente vertical antes de desaparecer definitivamente bajo un agua burbujeante.

"Un teniente que vio el submarino hundirse me contó después que estaba asistiendo a la muerte de todos los que habíamos quedado dentro".

Cuando porfiaba por incorporarse tras el golpe recibido, en medio del estruendo del agua que se colaba en el interior del submarino, vio la escotilla cerrarse de un portazo. Cotrina no tiene dudas: "Eso fue un milagro".

Habían pasado apenas siete minutos del choque con el pesquero japonés.

Cuando recuperó la lucidez, el joven oficial trató de mantener la cabeza fría y entender la situación.

Se dio cuenta de que era el oficial de más alto rango al cargo y toda la tripulación dependía de él.

"Pensaba que el capitán había logrado escapar, pero luego supe que había muerto en el naufragio. Había trepado hacia la escotilla principal para intentar cerrarla, pero el mar lo envolvió y se ahogó cuando intentó escapar".

Para Cotrina, fue un acto heroico que les dio una oportunidad a los demás de sobrevivir, al impedir que más agua entrara en el submarino.

En la sala de torpedos, Cotrina empezó a hacer cálculos sobre cuánto tardaría la presión del agua en provocar el colapso total de la estructura del submarino y la muerte de todos sus ocupantes.

Consultó a sus subordinados a qué profundidad estaban. 42 metros, le respondieron. Volvió a preguntar y la respuesta fue la misma.

Eso quería decir que el submarino había llegado al fondo del mar, por lo que la presión había dejado de ser una amenaza.

Los oficiales reunieron a la tripulación en la sala de torpedos para hacer recuento. Eran 22. El resto habían logrado escapar o perecido con el buque.

"Dios me había dado la oportunidad de salvarme. Ahora mi tripulación debía tener la misma oportunidad", se dijo.

Cotrina, sobrevenido oficial al mando, reunió a a los subordinados que habían quedado como él atrapados en el submarino y les lanzó un mensaje de optimismo. "Nos van a rescatar", les dijo.

La tripulación acogió con júbilo sus palabras de aliento. "Así se habla, capitán", le decían, pero él sabía que los problemas no habían terminado.

Muchos de los hombres estaban adiestrados en tareas de servicio. Eran cocineros, asistentes, etc. Ninguno era miembro de las fuerzas especiales y nueve de ellos ni siquiera sabían nadar.

Estaban a 42 metros bajo el agua, el oxígeno se acababa y el submarino tenía abiertas varias vías de agua.

Unos cálculos decisivos

No tenían agua potable ni comida, y estaban todos apiñados casi a oscuras en la sala de torpedos.

En tan adversas circunstancias, el ingeniero Cotrina se puso a hacer números. Estuvo enfrascado más de cuatro horas en unos cálculos que solo él entendía.

Los marineros creían que se había vuelto loco, pero él sabía que eran cruciales para que todos salvaran la vida. Trataba de determinar la situación exacta del Pacocha y con cuántas horas de oxígeno contaban.

Concluyó que el submarino estaba tan inundado que ya era imposible reflotarlo. Su única posibilidad de sobrevivir pasaba por abandonar el buque antes de que el oxígeno se agotara.

"Si estábamos a 42 metros de profundidad, era factible escapar".

Pero sus compañeros no estaban de acuerdo. Recordaban que en unos ejercicios habían visto morir a un marinero intentando salir a flote a solo 15 metros de profundidad. Preferían esperar a que la Armada peruana los rescatara.

Roger Cotrina sabía que el tiempo no estaba de su lado.

Pasaron unas horas más, con los tripulantes intentando mantener la calma. Hasta que ésta se vio interrumpida por unos golpes en el casco del buque.

"Al principio pensé que [los ruidos] los provocaba el submarino hundiéndose en el fondo marino, pero eran demasiados rítmicos". Parecía como si alguien estuviera golpeando el casco del submarino.

Entre la esperanza y la incredulidad, los náufragos respondieron golpeando también ellos el casco.

El júbilo se desbordó cuando obtuvieron una reacción a su respuesta.

"Los buzos de la Armada nos habían encontrado y, al oír ruido dentro del submarino, comprendieron que estábamos vivos", relató.

"Estallamos de alegría. Les gritaba '¡¿lo ven, muchachos?! ¡Les dije que nos encontrarían!'".

Empezaron entonces a comunicarse con los rescatadores. Cotrina envió un mensaje a través del tubo de presurización del submarino.

Les explicó la situación a sus mandos. Les contó cuántos hombres había en el Pacocha y pedía que los buceadores les hicieran llegar víveres y, lo más crítico, botellas de oxígeno para respirar.

Recibieron una respuesta también por escrito. Las autoridades peruanas habían pedido colaboración a Estados Unidos, que se comprometió a enviar unos sofisticados equipos que permitirían sacarlos del submarino.

Pero Cotrina sabía que la llegada de ese material a Perú y su carga en un buque adecuado que los transportara hasta la zona del hundimiento podía llevar días y ellos no tenían tanto tiempo.

Cotrina había calculado que tendrían oxigeno para 48 horas, pero solo habían pasado siete y ya empezaban a sentir dificultades para respirar.

"Para cuando llegaran los estadounidenses solo iban a encontrar cadáveres", temía Cotrina.

Poco después, las cosas se complicaron aún más.

"El hombre de guardia me avisó de que había un incendio en la sala de baterías".

Cotrina ordenó sellar el compartimento y le dijo al marinero que no le contara a nadie lo ocurrido para evitar que cundiera el pánico.

Vio a través del cristal cómo el fuego se sofocaba por la falta de oxígeno. Pero ese era el mismo oxígeno que él y sus hombres necesitaban para seguir con vida.

Ya solo quedaba aire en la sala de torpedos.

La última posibilidad

"El incendio lo cambió todo. A las 6 am, de nuevo me costaba respirar y concluí que debíamos iniciar los preparativos para nuestra salida".

Reunió a la tripulación para explicarles lo crítico de la situación y que su única posibilidad de sobrevivir pasaba por la evacuación. También envió un mensaje informando de su decisión a sus superiores en la superficie.

"Respondieron que estaba autorizado a actuar según mi criterio en función de las circunstancias en el submarino".

Ya no había alternativa. Había que escapar a nado. 42 metros a pleno pulmón a través de las frías aguas del Pacífico peruano.

La reacción instintiva hubiera sido bracear desesperadamente hasta alcanzar la superficie, pero las cosas eran más complicadas y Cotrina supo mantener la cabeza fría para explicarles a sus hombres que, pese a la urgencia, debían proceder con calma.

"Teníamos que usar los chalecos salvavidas, pero había que inflarlos solo una tercera parte de su capacidad. Existía el peligro de que si el chaleco no tenía bastante aire, no bastaría para llegar a la superficie, pero si estaba totalmente inflado, flotaríamos demasiado rápido y nuestros pulmones podrían reventar.

"Teníamos que poner exactamente la cantidad de aire requerida para que el chaleco se inflara lentamente mientras emergíamos a la superficie”, recordó Cotrina.

Dispuso que los hombres abandonarían la nave en grupos de entre tres y cinco. El primero entró en la cámara de evacuación. Los demás miraban con angustia cuando Cotrina ordenó abrir las compuertas para que entrara el agua y los vio partir con el corazón encogido. Otros a bordo no creían en el plan.

"'¿Qué hace, capitán? Los va a matar', me decían".

Cotrina había acordado que los buzos de rescate golpearían cinco veces el casco si los integrantes del primer grupo llegaban con vida a la superficie. De lo contrario, significaría que no lo habían logrado.

Pasaron unos minutos eternos en un pesado silencio. Hasta que… toc, toc, toc, toc, toc. Los golpes de los buceadores lo confirmaron. Lo habían logrado.

No había tiempo que perder. Era el turno de los demás.

Un segundo grupo evacuó. Luego un tercero. Decidieron que Cotrina saldría en el penúltimo, para poder guiar desde la superficie el rescate de los últimos tres marinos.

"Tomé una gran bocanada de aire. Pasaron 10 segundos, 20, 30, y podía ver la luz del sol cada vez más cerca. Finalmente, pude ver chispazos de luz y claramente la superficie, pero sentía que no lo iba a lograr".

Casi sin aliento, asomó por fin a la superficie. "Fue como respirar por primera vez y la mejor bocanada de aire que he respirado en mi vida".

El teniente Cotrina fue trasladado de inmediato a recibir atención médica.

Sufría un caso agudo del llamado síndrome de descompresión, un peligroso mal que aqueja a los buceadores que emergen demasiado rápido sin dar tiempo a que los pulmones expulsen al ritmo adecuado el nitrógeno acumulado durante la inmersión.

"Me dolía todo y apenas podía hablar, pero solo podía pensar en los tres que todavía quedaban abajo".

Finalmente, 24 horas después de la colisión con el pesquero japonés, los tres últimos tripulantes del Pacocha llegaban a la superficie y eran rescatados.

El "milagro" del Pacocha se había consumado.

El capitán y el segundo de a bordo en el pesquero japonés fueron condenados por homicidio involuntario y pagaron prisión en Perú antes de ser extraditados a Japón.

El teniente Cotrina pasó 23 días hospitalizado. Una vez recuperado regresó al servicio en la Armada peruana.

Nueve de los 49 tripulantes del submarino murieron en el naufragio, entre ellos el capitán.

El resto, nunca olvidó su hazaña.

Fuente: https://www.bbc.com

Por: Redacción. Role, BBC News Mundo

 

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Libro: Los robots del futuro. Un reto para la inteligencia artificial. Un paseo por el cosmos

 

 

La evolución tecnológica ha caracterizado el progreso de la humanidad, un progreso que se desarrolla a un ritmo cada vez más acelerado, y así persistirá en el futuro. La robótica constituye una ciencia y una tecnología que representa un elemento muy relevante del período reciente de este desarrollo tecnológico, y hasta ahora ha contribuido muy significativamente en el progreso económico y social conseguido. Este libro pretende ofrecer unos conocimientos básicos que permitan fundamentar criterios que faciliten una respuesta a la cuestión que se plantea: hasta dónde puede llegar el desarrollo de la robótica? 

 

ROBOT

Un robot es una entidad virtual o mecánica artificial. En la práctica, esto es por lo general un sistema electromecánico que, por su apariencia o sus movimientos, ofrece la sensación de tener un propósito propio. La independencia en sus acciones hace que sus acciones sean la razón de un estudio razonable y profundo en el área de la ciencia y tecnología. La palabra puede referirse tanto a mecanismos físicos como a sistemas virtuales de software, aunque suele aludirse a los segundos con el término de bots.​

No hay un consenso sobre qué máquinas pueden ser consideradas robots, pero sí existe un acuerdo general entre los expertos y el público sobre que los robots tienden a hacer parte o todo lo que sigue: moverse, hacer funcionar un brazo mecánico, sentir y manipular su entorno y mostrar un comportamiento inteligente, especialmente si ese comportamiento imita al de los humanos o a otros animales. Actualmente podría considerarse que un robot es una computadora con la capacidad y el propósito de movimiento que en general es capaz de desarrollar múltiples tareas de manera flexible según su programación; así que podría diferenciarse de algún electrodoméstico específico.

Aunque las historias sobre ayudantes y acompañantes artificiales, así como los intentos de crearlos, tienen una larga historia, las máquinas totalmente autónomas no aparecieron hasta el siglo XX. El primer robot programable y dirigido de forma digital, el Unimate, creado por George Devol, fue instalado en 1961 para levantar piezas calientes de metal de una máquina de tinte y colocarlas.

Los robots domésticos para la limpieza y mantenimiento del hogar son cada vez más comunes. No obstante, existe una cierta ansiedad sobre el impacto económico de la automatización y la amenaza del armamento robótico, una ansiedad que se ve reflejada en el retrato a menudo perverso y malvado de robots presentes en obras de la cultura popular. Comparados con sus colegas de ficción, los robots reales siguen siendo limitados.


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Autor(es): Josep Amat y Alicia Casals

Editorial: RBA

Páginas: 156

Tamaño: 16 x 23,5 cm

Año: 2021

Libro: Kerabán el testarudo. Biblioteca Julio Verne

 

 

EN EL CUAL VAN MITTEN Y SU CRIADO BRUNO SE PASEAN, MIRAN Y HABLAN SIN COMPRENDER NADA DE LO QUE VEN

El día 16 de agosto, a las seis de la tarde, la plaza de Top-Hané, en Constantinopla, tan animada de ordinario por el movimiento y el bullicio de la multitud, se hallaba a la sazón silenciosa, triste y casi desierta. No obstante, todavía presentaba un hermoso aspecto vista desde lo alto de la escalera que desciende hasta el Bósforo; pero se echaba de menos los personajes para completar el cuadro, pues tan sólo alguno que otro extranjero pasaba por allí para subir con rápido paso por las estrechas, tortuosas y sucias callejuelas, que, obstruidas casi siempre por amarillentos perros, conducen al arrabal de Pera. Allí se encuentra el barrio reservado a los europeos, cuyas casas, construidas de blanca piedra, se destacan sobre el negro tapiz formado por los cipreses de la colina.

La mencionada plaza resulta siempre pintoresca, aun sin la variedad de toda suerte de trajes de los que por ella pasean, y que animan, por decirlo así, el efecto de su primer término; la mezquita de Mahmud, de esbeltos minaretes; la linda fuente de estilo árabe, falta hoy el techadillo que antes le cubría; tiendas en las que se venden pastas y bebidas de mil clases; escaparates en los que se confunden variadas frutas, sobresaliendo entre ellas las curgas, los melones de Esmirna y las uvas de Escutari, que contrastan con los planos canastillos de mimbre de los vendedores de perfumes y de rosarios, y por fin, los innumerables caiques o barquillas pintarrajeadas, cuyo doble remo bajo las cruzadas manos de los raidjis, más bien que batirlas, parece que acarician las azuladas aguas del Cuerno de Oro y del Bósforo al irse acercando a la escalera de que ya hemos hecho mención.

¿Dónde se encontraban a dicha hora los acostumbrados paseantes de la plaza de Top-Hané; los persas de elegante gorro de astracán; los griegos luciendo con gracia sus plegadas enagüillas; los circasianos, vestidos casi siempre de uniforme militar; los georgianos, que han permanecido rusos por el traje, aun más allá de sus fronteras; los arnautas, cuya piel, curtida por el sol, aparece bajo el escote de sus bordadas chaquetas, y, por fin los turcos osmanlíes, esos hijos de la antigua Bizancio y del viejo Estambul, dónde se hallaban?

Primeros parrafos de Kerabán el testarudo

 

Kerabán el testarudo (Kéraban-le-Têtu) es una novela del escritor francés Julio Verne aparecida por entregas en la Magasin d'Éducation et de Récréation desde el 1 de enero (volumen 37, número 433) hasta el 15 de octubre de 1883 (volumen 38, número 452) y publicada en dos tomos el 1° de junio y el 6 de septiembre de 1883. Un tozudo turco se niega a pagar un peaje para atravesar el Bósforo y para llegar al otro lado decide rodear el mar Negro. La historia es un paralelo con "La vuelta al mundo en 80 días", aparecida en 1873, diez años atrás.

 

JULIO VERNE

Jules Gabriel Verne, conocido en los países hispanohablantes como Julio Verne​ (Nantes, 8 de febrero de 1828-Amiens, 24 de marzo de 1905),​ fue un escritor, dramaturgo​ y poetafrancés, célebre por sus novelas de aventuras​ y por su profunda influencia en el género literario de la ciencia ficción.​ Nacido en una familia burguesa, estudió para continuar los pasos de su padre, Pierre Verne, como abogado pero muy joven decidió abandonar ese camino para dedicarse a la literatura.​ Su colaboración con el editor Pierre-Jules Hetzel dio como fruto la creación de Viajes extraordinarios, una popular serie de novelas​ de aventuras escrupulosamente documentadas y visionaria entre las que se incluían las famosas De la Tierra a la Luna (1865), Veinte mil leguas de viaje submarino (1870), La vuelta al mundo en ochenta días (1872), La isla misteriosa (1874) o Dos años de vacaciones (1888).​ Ya antes había publicado Cinco semanas en globo (1863) y Viaje al centro de la Tierra (1864). Es uno de los escritores más importantes de Francia y de toda Europa gracias a la evidente influencia de sus libros en la literatura vanguardista y el surrealismo,​ y desde 1979 es el segundo autor más traducido en el mundo, después de Agatha Christie.​ Se le considera, junto a H. G. Wells, uno de los «padres de la ciencia ficción».​ Fue condecorado con la Legión de Honor en 1892​ por sus aportes a la educación y a la ciencia.

 

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Autor(es): Julio Verne

Editorial: Colección Hetzel. RBA

Páginas: 398

Tamaño: 17 x 24 cm.

 

Libro: Rashomon. Maestros del fantástico

 

 

Era un frío atardecer. Bajo Rashomon, el sirviente de un samurai esperaba que cesara la lluvia. No había nadie en el amplio portal. Sólo un grillo se posaba en una gruesa columna, cuya laca carmesí estaba resquebrajada en algunas partes. Situado Rashomon en la Avenida Sujaltu, era de suponer que algunas personas, como ciertas damas con el ichimegasa o nobles con el momiebosh, podrían guarecerse allí; pero al parecer no había nadie fuera del sirviente. Y era explicable, ya que en los últimos dos o tres años la ciudad de Kyoto había sufrido una larga serie de calamidades: terremotos, tifones, incendios y carestías la habían llevado a una completa desolación. Dicen los antiguos textos que la gente llegó a destruir las imágenes budistas y otros objetos del culto, y esos trozos de madera, laqueada y adornada con hojas de oro y plata, se vendían en las calles como leña. Ante semejante situación, resultaba natural que nadie se ocupara de restaurar Rashomon. Aprovechando la devastación del edificio, los zorros y otros animales instalaron sus madrigueras entre las ruinas; por su parte ladrones y malhechores no lo desdeñaron como refugio, hasta que finalmente se lo vio convertido en depósito de cadáveres anónimos. Nadie se acercaba por los alrededores al anochecer, más que nada por su aspecto sombrío y desolado.

Primer párrafo de Rashomon

 

El autor es probablemente el más conocido y admirado del Japón del siglo XX. En este libro se recogen sus mejores cuentos, cargados de la magia de Oriente y cerca de la mejor tradición literaria occidental. Ryunosuke Akutagawa es fundamental para entender la revolución cultural que se dio en su país a principios del siglo XX y no hay mejor manera de acercarnos a la obra de este excepcional escritor que a través de algunos de sus mejores relatos, como es, sin duda alguna, Rashomon.

Rashōmon (羅生門?)​ es un cuento del escritor japonés Ryūnosuke Akutagawa inspirado en las historias de Konjaku Monogatarishū. La historia se publicó por primera vez en 1915 cuando el autor tenía veintitrés años, en la revista Teikoku Bungaku (Literatura imperial), fundada por estudiantes de la Universidad Imperial de Tokio. El cuento toma su título de la puerta de Rashōmon, la más grande de las dos puertas de la ciudad japonesa de Kioto durante la era Heian, la cual a su vez fue nombrada por la obra de teatro nō de 1420, Rashōmon.

 

RYUNOSUKE AKUTAGAWA

(芥川 龍之介 Akutagawa Ryūnosuke, Kyōbashi, Tokio, Japón, 1 de marzo de 1892 - ibídem, 24 de julio de 1927) fue un escritor japonés, perteneciente a la generación neorrealista que surgió a finales de la Primera Guerra Mundial. Sus obras, en su mayoría cuentos cortos, reflejan su interés por la vida del Japón feudal. La locura de su madre le condicionó psicológicamente para toda la vida; siendo un niño enfermizo y nervioso que leía libros incesantemente en las bibliotecas públicas. Considerado como el "padre de los cuentos japoneses", el Premio Akutagawa, uno de los más prestigiosos de Japón, fue nombrado en su honor.​ Akutagawa se suicidó a la edad de 35 años por sobredosis de barbital.

 

MÁS INFORMACIÓN


Autor(es): Ryunosuke Akutagawa

Editorial: RBA

Páginas: 

Tamaño: 14 x 18.5 cm 

Año: 2023

 

Libro: Personalidad. Lo que nos hace únicos. Biblioteca de psicología

 

 

Indaga sobre los diferentes aspectos de la psicología de la personalidad, intentando dar respuestas a preguntas como “¿A qué nos referimos cuando hablamos de personalidad?¿Nacemos con una personalidad o se va construyendo?”, entre otras.

 

COLECCIÓN BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA

Un innovador proyecto editorial desarrollado por expertos de primer nivel y presentado de forma amena y divulgativa.

  • Cómo somos: Teorías de la personalidad - La inteligencia -l Las emociones - La memoria
  • Cómo nos relacionamos: Las relaciones afectivas - Liderazgo - Sexualidad - Comunicación no verval - Motivación
  • Cómo superar los obstáculos: Depresión - Resilencia - Duelo - Estrés - TDAH
  • Cómo cambiamos: Psicología del desarrollo - El aprendizaje

La colección completa está compuesta por 60 entregas. 


ENTREGAS

  1. Inteligencia emocional. Aprender a gestionar las emociones - Autor: PABLO FERNÁNDEZ-BERROCAL
  2. Psicopatía. El espectro del mal - Autor: VICENTE GARRIDO
  3. Personalidad. Lo que nos hace únicos - Autor: MARÍA DEL SOL FORTEA SEVILLA
  4. Inteligencia. Integrando nuestras capacidades mentales - Autor: ROBERTO COLOM
  5. Comunicación no verbal. El lenguaje más allá de las palabras - Autor: NÚRIA JAR
  6. Resiliencia ¿Cómo me levanto después de caer? - Autor: MARISA SALANOVA
  7. Psicología del pensamiento. El arte de razonar mejor - Autor: PABLO FERNÁNDEZ-BERROCAL
  8. Duelo. Cómo afrontar la pérdida - Autor: CRISTINA JENARO
  9. Violencia. Una visión actual desde la Psicología - Autor: LUIS MOYA
  10. Psicología del aprendizaje. No tan distintos del perro de Pavlov - Autor: JUAN M. ROSAS
  11. Emociones. Lo que da calidez a nuestras vidas - Autor: ENRIQUE G. FERNÁNDEZ-ABASCAL
  12. TDAH. Mitos y realidades del déficit de atención - Autor: RAFA GUERRERO
  13. Cómo decidimos. Afrontar el azar y la incertidumbre en la toma de decisiones - Autor: JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ SELVA
  14. Adolescencia. La edad de los grandes cambios - Autor: JAVIER URRA
  15. El estrés y la ansiedad. Cómo resolver las alteraciones emocionales - Autor: ANTONIO CANO
  16. Experimentos de psicología. La construcción de una ciencia - Autor: JOSÉ RAMÓN ALONSO
  17. Psicología del envejecimiento. La vejez como oportunidad - Autor: JOSE MIGUEL LATORRE POSTIGO
  18. Psicología y arte. Bienestar psicológico y expresión artística - Autor: ANA MARÍA ULLÁN
  19. Depresión. Cómo comprenderla y superarla - Autor: JOSÉ RAMÓN ALONSO
  20. Sexualidad. Lo que necesitas saber para vivirla plenamente - Autor: LAURA MORÁN
  21. Disonancia cognitiva. El arte de la autojustificación - Autor: ALEJANDRO MAGALLANES SANJUAN
  22. Relaciones afectivas. ¿Tú me quieres? - Autor: MARIA BELEN GUTIERREZ BERMEJO
  23. Psicología Infantil. Un GPS para orientarse en el desarrollo hasta la edad adulta - Autor: MARÍA VICTORIA DEL BARRIO
  24. Liderazgo. Acercando el futuro a las personas - Autor: ÁNGEL BARRASA NOTARIO
  25. Psicología laboral. Rendimiento y Bienestar - Autor: JOSÉ-MARÍA LEÓN PÉREZ
  26. Ciberpsicología. Cómo pensamos, sentimos y actuamos en la era digital - Autor: NOELIA FLORES ROBAINA
  27. Memoria. Recordar y olvidar - Autor: EMILIO GARCÍA GARCÍA
  28. Conducta alimentaria. Más allá del cuerpo y la comida - Autor: MARC RUIZ DE MINTEGUIA
  29. Trastornos de la personalidad. Cuando el puzzle de la vida no encaja - Autor: MARÍA SUCH DE LORENZO-CÁCERES
  30. Adicciones. Cuando se persiste en conductas de consecuencias negativas - Autor: EMILIO AMBROSIO
  31. La mente social. Una mirada desde la Psicología - Autor: LUIS GÓMEZ JACINTO
  32. Nuestra herencia animal. La importancia de la historia evolutiva en el comportamiento - Autor: MARTA IGLESIAS Y ENRIQUE TURIÉGANO
  33. Psicoterapia. La ayuda psicológica eficaz - Autor: MIGUEL A.VALLEJO PAREJA Y LAURA VALLEJO-SLOCKER
  34. Los sentidos y la percepción. La construcción de la realidad - Autor: FRANCISCO CLARO IZAGUIRRE
  35. Acoso escolar. Cómo la convivencia y el bien común nos transforman - Autor: NURIA MANZANO SOTO Y DANIEL TURIENZO
  36. Movimientos sociales. Una psicología de los individuos y las organizaciones - Autor: DARIO PÁEZ
  37. Motivación ¿Por qué hacemos las cosas? - Autor: MARIANO CHÓLIZ MONTAÑÉS
  38. Sesgos y errores cognitivos. Cuando nuestra mente nos engaña - Autor: HELENA MATUTE
  39. Psicoeducación. La maleta del buen educador - Autor: MARÍA CRUZ SÁNCHEZ, JUAN JOSÉ MENA, MªVICTORIA MARTÍN-CILLEROS
  40. Psicolingüística. Un recorrido por la mente y el lenguaje - Autor: MARÍA ALEJANDRA CASTRO ARBELÁEZ
  41. Breve historia de la Psicología - Autor: JOSÉ RAMÓN ALONSO
  42. Optimismo - Autor: ISABEL MARÍA MARTÍNEZ MARTÍNEZ
  43. Pensamientos autorreferenciales - Autor: SUSANA LLORENS GUMBAU
  44. Evaluación psicológica - Autor: CARMEN MORENO
  45. Psicología de la creatividad - Autor: FRANCISCO JAVIER CORBALÁN BERNÁ
  46. Psicología Positiva - Autor: MARISA SALANOVA
  47. Psicología Forense - Autor: ENRIQUE CARBONELL
  48. Psicología del deporte - Autor: JOSÉ MARÍA BUCETA
  49. Psicooncología - Autor: ROSARIO ANTEQUERA JURADO
  50. Superación del trauma - Autor: JOSÉ NAVARRO GÓNGORA
  51. Violencia de género - Autor: OLGA BARROSO BRAOJOS
  52. Suicidio - Autor: ENRIQUE BACA&CO
  53. Trastorno bipolar - Autor: JOSÉ MANUEL MONTES
  54. Psicología ambiental - Autor: BERNARDO HERNÁNDEZ RUIZ
  55. El juego infantil - Autor: MAITE GARAIGORDOBIL LANDAZABAL
  56. Altas capacidades - Autor: CARMEN FERRÁNDIZ GARCÍA Y MARÍA DOLORES PRIETO SÁNCHEZ
  57. Asesinos seriales - Autor: VICENTE GARRIDO
  58. Mindfulness - Autor: MARTA ISABEL DÍAZ GARCÍA
  59. Teoría del apego - Autor: ANTONIO GALÁN
  60. Psicomitos - Autor: FÁTIMA GARCÍA DOVAL


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Autor(es): María del Sol Fortea Sevilla

Editorial: EMSE EDAPP

Páginas: 143

Tamaño: 15 x 22 cm 

Año: 2024