lunes, 27 de noviembre de 2017

Letra 260: Suite para orquesta N° 3 de Johann Sebastian Bach


JOHANN SEBASTIAN BACH

(Eisenach, en la actual Turingia, Sacro Imperio Romano Germánico, 21 de marzojul./ 31 de marzo de 1685greg. - Leipzig, en la actual Sajonia, Sacro Imperio Romano Germánico, 17 de juliojul./ 28 de julio de 1750greg.) fue un compositor, organista, clavecinista, violinista, violista, maestro de capilla y Kantor alemán del periodo barroco.

SUITE PARA ORQUESTA N° 3

Bach compuso cuatro suites orquestales también llamadas overturas (BWV 1066-1069), probablemente entre 1725 y 1739 en Leipzig.

Su estructura, integrada por varios movimientos breves, se debe a que su origen proviene de varios tipos de danzas barrocas. Por tanto su carácter resulta heterogéneo como se puede apreciar en ésta que nos ocupa. Es considerada como una de las primeras manifestaciones orquestales de tipo moderno, y antecedente de la forma sonata.


El segundo movimiento Aria, es una de las piezas más "conocidas" de Bach. No hay alarde; acordes en sencillas corcheas. Dialogo gentil entre violines y chelos, apuntados por el contrabajo. Su estructura formal perfecta, marca del genio, tiene en sus mimbres el equilibrio del sostenimiento del tono largo, combinado con la variación en forma de balanceo y el cromatismo melódico justo, que convierten a esta pieza en algo atemporal, a salvo del tiempo y del espacio (como sugería Mompou). Es un constante y suave despertar. Belleza en estado puro y sublimado.



Letra 259: Sinfonía N° 7 de Ludwig van Beethoven


LUDWIG VAN BEETHOVEN

(Bonn, Alemania, 16 de diciembre de 1770​-Viena, 26 de marzo de 1827) fue un compositor, director de orquesta y pianista alemán. Su legado musical abarca, cronológicamente, desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Es considerado generalmente como uno de los compositores más preclaros e importantes de la historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en la evolución posterior de este arte.

SINFONÍA N° 7

La interpretación suele durar 34 minutos aproximadamente. Tras una introducción lenta (como en la Primera, la Segunda y la Cuarta sinfonías) el primer movimiento está escrito según la forma sonata y en el predominan los ritmos danzables y alegres.

El segundo movimiento, en La menor, es Allegretto, haciéndolo más lento sólo en comparación con los otros tres movimientos. Muy a menudo este movimiento se interpreta excesivamente lento debido a la tradición de escribir los segundos movimientos en tempo Adagio o Lento, aunque aquí Beethoven rompe con esta tradición debido simplemente a que para formular el contraste entre el Vivace y el Presto no es necesario bajar el tiempo hasta un Lento. La forma corresponde a un tema con variaciones de dos temas contrastantes. El primer tema comienza solo con las cuerdas. A medida que avanza el movimiento se van introduciendo los demás instrumentos de la orquesta hasta llegar al tutti en fortísimo. En el estreno el público pidió que se repitiera la interpretación de este movimiento, que ha sido muy popular desde entonces. El ostinato (tema rítmico repetido) de una negra, dos corcheas y dos negras es oído repetidamente.

El tercer movimiento es un scherzo que sigue la forma ternaria. Esta forma (basada en los himnos religiosos de pastores austríacos2​) es tocada dos veces. Esta expansión de la estructura A-B-A de la forma ternaria para convertirse en A-B-A-B-A fue bastante común en las obras de Beethoven durante este periodo, al igual que en la Sinfonía n.º 4 y en el Cuarteto para cuerda n.º 8.

El último movimiento también presenta la forma sonata. Se piensa que este movimiento puede representar una fiesta o la alegría del dios Baco, entre otros motivos.




CADENA DE LETRAS
 

Poeta 409: Heine Heinrich


HEINE HEINRICH

Poeta alemán nacido en Düsseldorf el 13 de diciembre de 1797. Hijo de padres judíos, inició estudios en su ciudad natal, se trasladó luego a Bonn donde empezó la carrera de Derecho. En 1821 interrumpió los estudios y se radicó en Berlín para relacionarse con importantes figuras de la intelectualidad alemana. Allí inició una fulgurante carrera literaria que lo convirtió en una de las figuras más brillantes de la poesía alemana. Su primer libro, "Poemas", se publicó en 1822. Una vez terminada su carrera de Derecho, se dedicó de lleno a la poesía, mostrando en su obra la gran influencia que ejerció en él Wilhem F. Hegel, gran filósofo alemán. De esa época es su famoso "Libro de canciones". En 1827 viajó a Inglaterra e Italia y finalmente se radicó en Paris en 1831. Allí escribió sus poemas satíricos, "Alemania, un cuento de invierno" y "Romancero" en 1851. Después de varios años de enfermedad, falleció en Paris 1856.


CUESTIONES

A orillas del mar desierto,
Junto al piélago intranquilo,
Un joven lleno de dudas
Se detiene pensativo,
Y así a las ondas inquietas
Dice con aire sombrío:
-«Explicadme de la vida
El arcano no sabido,
Enigma que tantas frentes
Ardieron por descubrirlo;
Cabezas engalanadas
Con adornos pontificios,
Frentes con mitras hieráticas,
Con turbantes damasquinos,
Con birretes doctorales,
Con pelucas, con postizos
Cabellos, y tantas otras
Cabezas que el escondido
Enigma saber quisieron,
Decidme, yo os lo suplico:
¿Qué es el hombre? ¿de dó viene?
¿Adónde va su camino?
¿Qué habita en el alto cielo
Tras los astros encendidos -»
El mar su canción eterna
Murmura triste y dormido;
Sopla el viento; huyen las nubes;
Los astros en el vacío
Fulguran indiferentes
Con sus resplandores fríos,
Y un demente una respuesta
Espera en tanto intranquilo.

MÁS INFORMACIÓN




Libro: Ecósfera. La ciencia ambiental y los desastres ecológicos





La Ciencia Ambiental y Los Desastres Ecológicos comprende dos aspectos relevantes y de plena actualidad: Los fundamentos de la Ciencia Ambiental aún en formación y la descripción detallada de los grandes desastres ecológicos mundiales, incluido los peruanos (Tchernobil, Bhopal, Seveso, derrames de petróleo, mega-represas, mercurio en Choropampa, Gallito Ciego, etc.)
 
CONTENIDO
  • La ciencia ambiental
  • La hidrosfera y su contaminación
  • Contaminación de la litosfera
  • La atmosfera alterada
  • La bioacumulación - La resistencia abiótica
  • Desastres ecológicos
  • Desastres ecológicos en la litósfera
  • Desastres en la atmósfera
  • Contaminación heterodoxa
  • Ecologismo anfibológico
  • Economía - El hoyo negro de la aventura humana
 
Autor: Manuel Vizcarra Andreu
Editorial:
Manuel Vizcarra Andreu
Páginas: 596
Tamaño: 18 x 24 cm.
Año: 2016
Precio: S/150.00

P. Adolfo Franco, SJ: comentario para el domingo 26 de noviembre


CRISTO REY
Mateo 25, 31-46
 

El juicio de las naciones

31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

El Año Litúrgico se cierra con esta gran fiesta: Jesucristo Rey del Universo; y para la celebración de esta fiesta, nos pone la Iglesia la narración de Mateo sobre el juicio final, en que aparece en su majestad el señorío de Cristo.

Esta expresión de Rey encierra alguna dificultad para su recta comprensión: ¿qué significa que Cristo es Rey? El problema es doble: por una parte, la aplicación de un término político y terrenal a Jesucristo, cuya relación con nosotros es religiosa; en segundo lugar, porque nosotros, hombres de cultura democrática, tenemos muy lejana la concepción de lo que es un rey.

Pero a pesar de eso debemos aceptar que en esta denominación de Cristo, como Rey, se encierran enseñanzas muy importantes para nuestra comprensión de la persona misma de Jesucristo y de su íntima relación con nosotros. No es algo accesorio a su misma realidad mesiánica y salvadora este nombre de Rey.

La palabra evoca gobierno, majestad, palacios, dominio, jefatura, cortesanos, trono, corona, cetro; y muchas otras cosas. Una persona distante, vestida de púrpura y con vasallos que inclinan la cabeza y doblan la rodilla, ante la distante majestad. Incluso a algunos esta realidad de la realeza les lleva al mundo de los cuentos infantiles de los príncipes que liberan a la princesa cautiva, y para los adultos el concepto nos transporta a remotas y ya pasadas épocas de la historia.
 
Pero quizá si hacemos un pequeño esfuerzo de reflexión, podremos descubrir realidades ocultas, importantes y hermosas, en esta denominación de Cristo Rey. Y para eso habremos de pasar del mundo exterior, y más superficial, al mundo más interior y más esencial a nosotros mismos. En el nivel más exterior de las realidades: gobernar (y por tanto reinar) es dominar, someter, dar órdenes, imponer leyes; y no hay otra forma de conducir políticamente a los grupos humanos que imponiéndoles una voluntad, la del gobernante, y con frecuencia con fuerza y con sanciones. Pero Cristo no ejerce su reinado en ese nivel más externo de nuestra realidad, sino en el interior, en lo más esencial de nosotros. Su reinado no es político, y como El mismo lo dirá: mi Reino no es de este mundo. Se trata de otra cosa.

En ese mundo interior es donde tenemos los deseos hondos, las ilusiones, el centro de la libertad, el misterio de nuestro propio yo, la fuente más interior desde donde podemos construir la felicidad. Y ahí no llega ninguna orden externa, ninguna dominación política; en ese punto no hay sujeción, sino sólo una libertad alegre, pura y total. Y ese es el territorio del Reino de Cristo: no nuestras circunstancias externas, sino nuestro mundo interior. Es el espacio del amor, donde Cristo quiere reinar. Donde colocamos, como reyes a las personas que amamos. Es nuestro corazón el trono de este Rey.

El Reinado de Cristo, quiere decir convertir a Jesús en el centro de nuestros deseos: quiere ser el Rey de nuestro corazón. Quiere ser la culminación de todas nuestras ilusiones: el sueño más alto de todos nuestros ensueños. El quiere ser la meta más querida de nuestra libertad. Quiere decirnos que El es el constructor de nuestra felicidad. Así se realiza el Reinado de Cristo: cuando le entregamos gustosamente nuestra propia libertad, y percibimos que nuestra libertad se agranda en proporciones no imaginadas, cuando la orientamos a El. No hay persona más libre que la que tiene a Jesucristo como norte y guía. Así se convierte Cristo en la fuente más abundante de la felicidad y de la paz.

En este Reino de Cristo su ley es amar. Si practicamos nuestro cristianismo, como cumplidores de una ley, somos cristianos con amo, pero sin Rey. No es ése el Reino de Cristo. Y este Rey nos guía a una meta de luz y de esperanza, real y auténtica, y que sobrepasa todo lo que pudiéramos imaginar.


Adolfo Franco, SJ

Libro: Sunquypa Nanaynin. El dolor de mi corazón





El profesor Fidel Almirón presenta su primer libro Sunquypa Nanaynin. El dolor de mi corazón. Es una edición especial de 24 poemas en quechua, que hablan sobre el amor y el dolor de un corazón enamorado. Los mismos poemas también están en español en el mismo libro.

ÍNDICE
  • Prólogo. Willana
  • La poética de la resistencia andina.
  • Uno. Huk
  • Dos. Ishkay
  • Tres. Kinsa
  • Cuatro. Tawa
  • Cinco. Pishqa
  • Seis. Suqta
  • Siete. Qanchis
  • Ocho. Pusaq
  • Nueve. Isqun
  • Diez. Chunka
  • Once. Chunka hukniyuq
  • Doce. Chunka ishkayniyuq
  • Trece. Chunka kinsayuq
  • Catorce. Chunka tawayuq
  • Quince. Chunka pishqayuq
  • Dieciséis. Chunka suqtayuq
  • Diecisiete. Chunka qanchisniyuq
  • Dieciocho. Chunka pusaqniyuq
  • Diecinueve. Chunka isqunniyuq
  • Veinte. Ishkay chunka
  • Veintiuno. Ishkay chunka hukniyuq
  • Veintidós. Ishkay chunka ishkayniyuq
  • Veintirés. Ishkay chunka kinsayuq
  • Veinticuatro. Ishkay chunka tawayuq

FIDEL ALMIRÓN

(Cusco, 1979) Licenciado en Literatura y Lingüística por la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA). Desde muy joven se ha dedicado a la difusión cultural: fue director y conductor del programa radial “La hora del estudiante” (1999-2001), director de la revista literaria Náufrago y presidente de la I Bienal de Cuento Mario Vargas Llosa (BIVALL-2003), organizado por la UNSA. Ha publicado Wayliya y otros cuentos (2010). Además, algunos de sus relatos circulan en distintas páginas culturales de internet. Su lengua materna es el quechua. En este libro ha recopilado sus poemas escritos en el hermoso idioma de los incas y, además, los ha traducido al español. Actualmente, se dedica a la docencia.


Autor: Fidel Almirón 
Editorial: Naufrago
Páginas: 72
Tamaño: 13 x 20,5 cm.
Año: 2017
Precio: S/20.00

domingo, 26 de noviembre de 2017

Dilbert (26-Noviembre-2017)



http://dilbert.com/strip/2017-11-26



Dilbert es el nombre de una tira satírica creada por Scott Adams que ha aparecido en los periódicos desde 1989, dando lugar a varios libros, una serie animada de TV y numerosos productos relacionados que van desde muñecos rellenos hasta helados. La trama de este cómic se desarrolla en el contexto de lo cotidiano para millones de empleados y oficinistas: políticas de oficina, jefes incompetentes, compañeros de trabajo molestos, asuntos sin sentido, juntas eternas, etc. El mismo tipo de cosas que la gente odia en su trabajo diario son las que provocan las carcajadas en Dilbert.

Olafo el Amargado (26-Noviembre-2017)



http://hagarthehorrible.com/comics/november-26-2017/



Hägar the Horrible —rebautizado en español como Olaf el vikingo u Olafo el Amargado— es una tira cómica creada por Dik Browne. Debutó en 136 periódicos de Estados Unidos el 4 de febrero de 1973. Dos años más tarde, el número de periódicos en los que aparecía había aumentado a 600. Su circulación siguió en aumento y en 2010 la tira apareció en 1900 periódicos de 58 países y en 13 idiomas.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Cita CCCLVI: Los etnohistoriadores y las “traducciones culturales”


El etnohistoriador peruano Franklin Pease G.Y. (n.1939-m.1999) estudió a los Incas utilizando un método que, según la acertada apreciación del historiador Rafael Sánchez-Concha (2012), “pone énfasis en los errores de la interpretación […] los historiadores han creído a pies juntillas los relatos de las crónicas […] ello se debe al positivismo que realza la fuente escrita sobre las demás” (p. 342).  Los primeros testimonios escritos por los españoles sobre los Incas no acertaban a describir apropiadamente las realidades observadas, pues no llegaban a entenderlas a cabalidad.  Estos testimonios, al estar destinados originalmente a ser leídos por otros europeos, eran equívocos, pues “traducían” y modificaban lo observado.  Hoy, para evitar malentendidos, es necesario ser conscientes de las “traducciones culturales” expresadas en las crónicas, que “occidentalizaron” las realidades andinas del siglo XVI.

En un texto de 1990, “Los Incas en la Colonia”, Pease discutía los problemas en torno al término mismo de “inka”, utilizado para referirse al gobernante.  Los estudios etnohistóricos sobre la cosmovisión andina permiten comprender la complejidad que esta noción tenía para los pobladores andinos.  Citemos a Pease:

“Los autores de las primeras crónicas [Francisco de Xerez, el Anónimo sevillano, Pedro Sancho] no saben todavía quién es el Inka. […]  En ninguno de los mencionados textos se menciona siquiera la palabra Inka (ni inca, ynga, u otras formas).  ¿Por qué los españoles no saben en aquel momento que existe el Inka?

Inkaes una noción que hoy conocemos mejor que ellos.  Se trata de una categoría que ha funcionado en la mentalidad andina durante mucho tiempo después de la invasión española, y que ha tenido su propia historia.  Se recuerda en las versiones de los mitos que se pueden encontrar en nuestros tiempos en la región.  José María Arguedas precisaba alguna vez, hace años, que Inka quería decir «modelo originante de todo ser», es decir, un arquetipo.  En esto habría una coincidencia con modernas investigaciones de otros especialistas como Jorge Flores Ochoa o Gerald Taylor, los cuales trabajaron las nociones de enqa o cámaq, nociones equivalentes a principio generador del mundo, de la gente, de las cosas.  Pero los primeros cronistas no disponían de la capacidad suficiente para poder recoger este tipo de informaciones.

“Miguel de Estete es el autor de un texto […] la ‘Noticia del Perú’ […] [por] el tipo de información andina de que dispuso […] pertenece a una «segunda generación» de autores.  Mientras que Xerez, el Anónimo sevillano o Pedro Sancho a duras penas pueden identificar a Huáscar como el «Cuzco joven», a Huayna Cápac como el «Cuzco viejo», y comprobamos que el único que tiene nombre propio es Atahualpa (Atabalipa, Tubalipa, etc.), por contraste se aprecia que su presunto contemporáneo (el autor de la ‘Noticia del Perú’), quien debiera haber dispuesto de similar información, era capaz de identificar a los últimos incas por su nombre propio, añadía el de Huayna Cápac; sabe cosas que los autores de la década de 1530 desconocían, puede identificar qué es un suyu, puede precisar una serie de términos en runasimi.  […]  Probablemente se escribió unos diez años más tarde; pertenece a la década de 1540 y no a la de 1530; pero allí en el texto de la ‘Noticia del Perú’ nos encontramos por primera vez con una información concreta: Inka quiere decir rey [«Yngua, que quiere decir rey»].  Esta traducción de Inka como «rey» permite dar inicio a una larga serie de identificaciones del Inka como un monarca, que a partir de ese momento se generalizan en las crónicas.

“Un decenio más tarde […] en 1550, van a terminarse de escribir libros fundamentales, […] la ‘Suma y narración de los incas’ que preparara Juan de Betanzos [1551] en el Cuzco, […] [y] la segunda parte de la ‘Crónica del Perú’ de Pedro de Cieza de León [1550].  En ambos encontramos algo muy diferente de todo lo anterior.  Los primeros cronistas nos habían hablado muy ligeramente de las cosas andinas, apenas conocían la región y sus datos sobre los propios incas eran aún muy precarios.  Ahora, Cieza y Betanzos nos presentan una genealogía completa de incas, ya organizada; se trataba de un número y una precisión mucho más completa de los mismos.  El Inka no solo es un rey claramente identificable como tal, a la manera europea, es también parte de una complicada y antigua dinastía.

“Hemos asistido a una transformación, esta no es solamente producto de la mayor información que podían recoger los autores, también lo es de una elaboración que ha ido produciendo textos mejor escritos y acordes con las nociones históricas de su tiempo en Europa.  En ambas elaboraciones, el Inka va a aparecer en la forma como lo podemos definir en la época de los cronistas clásicos, y es la noción que más ha pervivido a lo largo del tiempo hasta que, en los últimos años, ha sido más visible y se ha podido entender mejor que Inka no era un rey a la manera europea sino una divinidad, un mediador entre un mundo sagrado y otro profano, que Inka era un «modelo y origen de todo ser» como, a fin de cuentas, ha podido comprobar la etnología interrogando al poblador andino de nuestros días.  Ha podido verificarse, entonces, que la imagen del Inka que habíamos visto en las crónicas, tan similar a la que podían tener los españoles de un Carlos V o un Felipe II, se transformaba en una categoría más andina, muy diferente.  El Inka no es, entonces, solamente un personaje rector de la dirigencia cuzqueña, es también un articulador, un personaje que regulaba y reunía en sí las relaciones entre el Cuzco y las diferentes unidades étnicas que existían en los Andes.  El Inka cumplía esta tarea a través de un universo ritual, este contexto ritual es el conjunto de matrimonios que el Inka realizaba con mujeres de cada uno de los grupos étnicos.

“Desde los primeros cronistas se pensó que estos matrimonios de los incas eran sustancialmente algo parecido a lo que los españoles podían identificar en los pueblos infieles que ya conocían antes de venir a América; me refiero a los árabes peninsulares.  En ellos, los españoles identificaban un «harén», un conjunto de mujeres que pertenecían a un rey o a un príncipe, constituido por un número de esposas o concubinas personales.  Esta figura fue trasladada, con alteraciones, a los Andes, pero conforme se analiza la manera como se configuraban dichos matrimonios, y se revisa la forma como las propias crónicas y la documentación colonial nos hablan de las relaciones que se fundaban en tales uniones, se comprueba que las mismas tenían que ver fundamentalmente con el establecimiento de las imprescindibles relaciones de parentesco que hacían posible la reciprocidad y la redistribución entre el Cuzco (el Inka) y los grupos étnicos”.

De este modo, el gobernante andino era más que un monarca a la manera Occidental.  Era visto por sus súbditos andinos como una divinidad, y sus acciones políticas y militares estaban revestidas de aspectos religiosos y ceremoniales.  Los cronistas del siglo XVI nunca terminaron de entenderlo.
 
Referencias:

Pease G.Y., Franklin. Los Incas en la Colonia: Estudios sobre los siglos XVI, XVII y XVIII en los Andes. Compilación de Nicanor Domínguez Faura. Lima: Ministerio de Cultura; MNAAHP, 2012, pp. 199, 200-201, 202-204.

Sánchez-Concha, Rafael. Miradas al Perú histórico: Notas sobre el pasado peruano. Lima: Editorial San Marcos, 2012. 

Por: Nicanor Domínguez Faura
Enviado el 15/11/2017

CADENA DE CITAS

jueves, 23 de noviembre de 2017

Recital de Canto Lírico Gaby Quispe: 30 de noviembre




Diccionario CCCLIX: Cuadreras


"Había en Buenos Aires, por aquel entonces, un barrio que llamaban del Pino, a causa de un árbol gigantesco cuya sombra invitaba a los pájaros. Si mal no recuerdo, ese barrio se extendía por donde corre hoy la calle Montevideo, cerca de Santa Fe. Un boliche atraía los paisanos al atardecer junto al árbol mentado. Acudían de todas partes de la ciudad a jugar a la taba, a perder los patacones en las riñas de gallos, las cuadreras y las sortijas, y a hacer boca con una azumbre de caña: la ginebra era superior."
 
Misteriosa Buenos Aires. Página 224. Manuel Mujica Láinez. Biblioteca del Viajero ABC. España - 2004.

 
Cuadreras 


Las carreras cuadreras o simplemente cuadreras, son un tipo de tradicional de carrera de caballos características del mundo rural, que se realizan en Argentina, Paraguay y Uruguay y que fue creada por la cultura gauchesca en los tiempos coloniales. Se denominan cuadreras para significar que se trata de carreras cortas, derivando el término de "cuadra", una unidad de medida equivalente a 129 metros que se utilizaba en tiempos de la colonia.n. 1​ La competencia se realiza entre dos o más caballos "parejeros" (casi siempre caballos criollos) y son frecuentes las apuestas. La costumbre se encuentra muy difundida a lo largo del país.

La palabra cuadra sigue siendo usada en Argentina y Uruguay para señalar una distancia aproximada de unos 110 metros, especialmente en las ciudades aunque no es ya una medida oficial; por otra parte se llama cuadra al lugar donde se guardan los ganados bovino y equino, en lenguaje militar de Argentina también se llama "cuadra" al lugar estable donde dormitan los soldados.


LA CADENA DEL DICCIONARIO

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Letra 258: A mi manera de Las Amigas de Nadie


LAS AMIGAS DE NADIE

Las Amigas de Nadie es una banda peruana integrada sólo por chicas formada en la ciudad de Lima, en 2008.


A MI MANERA

Si hoy debo decir que haría bien
Lo que yo pienso
Si yo puedo tal vez
Sin timidez cambiar el mundo
Asi yo te dire
Que mas alla de lo que pase
Lo hare como siempre a mi manera
Reí también jugué
Tal vez llore, lo reconozco
Dudar, quizás dude
Pero seguí de ... todos modos
Más bien yo soy capaz
De disfrutar
Cualquier momento
Al fin siempre lo hare a mi manera
Por que triunfar, no es prioridad
Debes desear mas de lo que hay
Hay que caer y levantar Y festejar y disfrutar
Puedo estar mal, yo vivo asi
A mi manera

Soñar imaginar y al despertar seguir bailando
Ya se que debo hacer
para reir y estar contenta
a mi me hace feliz poder estar
con quien yo quiero
Ya ves que vivo a si
A mi manera
Hay que creer hay que vivir
Una amistad y compartir
Querer amar imaginar y expresar nuestra verdad
Este soy yo me gusta así
A mi manera !!!!!!!!




CADENA DE LETRAS
 

Cita CCCLV: El fin del ‘Indigenismo Garcilacista’ y el inicio de la ‘Etnohistoria Andina’




La imagen paternalista y positiva de los Incas, elaborada principalmente por el Inca Garcilaso en sus ‘Comentarios Reales’ (1609), tuvo casi 350 años de vigencia.  Los indigenistas de principios del siglo XX lo tomaron como una fuente indiscutible.  También muchos académicos, peruanos y extranjeros.  Sin embargo, en 1958 se hizo pública una interpretación científica alternativa, basada en el análisis antropológico y en la comparación de casos estudiados etnográficamente en los Andes y en otras partes del mundo.

Esta influencia garcilasista se aprecia en el arqueólogo norteamericano John H. Rowe, quien en 1958 escribía: “Algunos aspectos de la cultura inca de la época anterior a la conquista española, son tratados por casi todos los cronistas… mientras que otros lo son por muy pocos y sin mucho detalle.  Lamentablemente… tenemos muy poca información de algunas de las instituciones claves de la cultura Inca.  Una de las instituciones de esta categoría es el censo, que fue una de las principales preocupaciones del gobierno inca.  El presente artículo ofrece un análisis detallado de las evidencias que tenemos acerca del funcionamiento de los censos inca.

“Dos características del sistema administrativo inca se combinan, para lograr informes regulares de las unidades administrativas, de acuerdo con la cual en cada provincia, los hombres hábiles fueron agrupados en centenas (pachaka), los cientos en miles (waranqa) y los miles en diezmiles (hunu). […] Está claro que para lograr una división numérica de esta clase, fuera necesario mantener un control cuidadoso de la población.  La segunda característica que hacía que un sistema de censos fuera deseable, fue la costumbre de exigir impuestos solamente en trabajo.  Bajo este sistema los hombres hábiles eran llamados al servicio militar o al trabajo en obras publicas de acuerdo a las necesidades, sin ninguna cuota fijada.  Para distribuir la carga de manera equitativa se pediría a cada hunu que proporcionase cierto número de hombres y el funcionario encargado del hunu debería de pedir un décimo del total solicitado a cada waranqa.  La cuota de la waranqa, a su vez, debería ser dividida igualmente entre las diez pachaka que la conformaban. […].

“Para el gobierno también era necesario cuidar la cuenta del número de mujeres jóvenes que estuvieran sujetas a reclutamiento especial, lo que ponía a las más atractivas a disposición del emperador para servicios religiosos y para su distribución como esposas de los soldados solteros que destacaban.  Desde el momento en que el gobierno también aceptaba la responsabilidad, de cuidar de los tullidos y ancianos, era necesario que cada provincia proporcionara la necesaria información del número de estos dependientes” (Rowe 1958/2003, p. 18; subrayado añadido).

Ese mismo año 1958, el antropólogo rumano-norteamericano John Murra explicaba el mismo problema de una manera radicalmente diferente, comenzando por la crítica de fuentes: “Blas Valera y Garcilaso nacieron poco después de la invasión […].  Ambos bilingües, quechua-castellano, y particularmente Blas Valera, ofrecen información muy valiosa, cuando no única.  Sin embargo, hay que usarlos con precaución cuando se trata de asuntos que les parecía podían ser malinterpretados por sus lectores peninsulares.  Así, niegan enfáticamente los sacrificios humanos, aunque es evidente que si los hubo como ofrendas en momentos de amenaza y tensión, política o climática.  Ambos reelaboraron la tradición oral incaica para que la leyenda dinástica pareciera más larga y gloriosa.  Finalmente, ambos exageraron el grado de benevolencia que el Tawantinsuyu otorgaba a sus súbditos, contrastando el mito retrospectivo con la explotación y la desestructuración en la cual ambos crecieron, y en la que Valera ejerció su vocación [de sacerdote jesuita] durante décadas” (Murra 1958/2002, p. 54).

Luego, distinguía: “Al caracterizar como «mito» las afirmaciones de que en la época inka hubo responsabilidad estatal por el bienestar individual, no quiero decir que todo lo pretendido fue inventado.  Cuando Blas Valera habló de la «ley en favor de los que llaman pobres», tanto él como Garcilaso explicaban que, de hecho, no había tales pobres sino: «los viejos, mudos y cojos, los tullidos, los viejos y viejas decrepitas […] y otros impedidos que no podían labrar sus tierras para vestir y comer por sus manos y trabajos».  El error consiste no en afirmar que hubo preocupación por el bienestar de los impedidos, sino en atribuir al Estado lo que seguía siendo responsabilidad del ayllu y del grupo étnico” (p. 55; subrayado añadido).

Y añadía: “la ficción de un Estado bondadoso se reforzó también porque los cronistas del siglo XVI no comprendieron el papel redistributivo de los señores.  Es cierto que se otorgaban dádivas y beneficios.  La «generosidad» de toda autoridad y, en última instancia del Inka, resultaba obligatoria en tales sistemas económicos y culturales.  Cronistas como Betanzos, Guaman Poma, Garcilaso, Blas Valera o Santa Cruz Pachakuti Salcamayhua, cuya información tenia raíces muy hondas en la tradición andina, al hablar de uno u otro Inka se referían a él como «franco y liberal», la imagen idealizada de la autoridad buena.

“Tanto los «orejones» como los señores étnicos locales, cuyo respaldo era indispensable para hacer funcionar la versión inka del «poder indirecto», recibían regularmente dádivas de tejidos qumpi, un objeto de máximo valor social y ritual.  En las últimas décadas del Tawantinsuyu, cuando los soberanos cuzqueños quisieron obtener esfuerzos y lealtades especiales, hubo también repartos de tierras y gente.  A Cabello Balboa le contaron sus informantes que el segundo Inka, Sinchi Roq’a: «halló el estilo de atraer y entretener estas naciones [conquistadas] […] que fue tener de ordinario mesa puesta y vasos llenos para quantos a ellos se quisieran llegar».” (pp. 55-56).

Y explicaba comparativamente: “No existe mayor evidencia de que el dicho Sinchi Roq’a fuera un personaje histórico, pero «el estilo que él halló» es tan antiguo como los excedentes en las economías precapitalistas.  A través de los siglos, el informante de Cabello se refiere a una expectativa universal: antes de la revolución industrial, la autoridad tenía que ser redistributiva.  En el mundo andino, tal «generosidad institucionalizada», que es preincaica, sobrevivió a la expansión del Tawantinsuyu.

“Tal redistribución tiene poco que ver con el «bienestar».  Gran parte de lo obtenido fue gastado e invertido allí donde parecía ser más fructífero.  En este sentido, el Estado Inka funcionaba como un «mercado»: absorbía los excedentes de producción y los «intercambiaba», alimentando a los involucrados en la mit’a, a los parientes del rey, y al ejército, tratando de asegurar sus respectivas lealtades” (p. 56).

Así, hace ya casi 60 años, se produjo una revolución, ni más ni menos, en la manera de entender a los Incas y al mundo Andino. 

Referencias:

Murra, John V. [1916-2006]. “En torno a la estructura política de los Inka” [1958], en: El Mundo Andino: Población, medio ambiente y economía. Lima: PUCP, IEP, 2002, pp. 43-56.
Rowe, John Howland [1918-2004]. “Los grados de edad en los censos incaicos” [1958], en: Los Incas del Cuzco; Siglos XVI, XVII, XVIII. Cuzco: INC Región Cusco, 2003, pp. 17-35.

Por: Nicanor Domínguez Faura
Enviado el 15/11/2017

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