domingo, 29 de enero de 2017

Cita CCCXIII: El boro (B)


"El segundo de los elementos que no cuadran demasiado con lo que se espera de ellos es el boro (B) , cuyo nombre procede de su sal más emblemática, el bórax, una forma hidratada de borato de sodio que se encuentra en abundancia formando parte de los sedimentos de los lagos y que los antiguos persas llamaban burah. Atendiendo a los elementos que le siguen en la tabla, nada menos que el carbón, el nitrógeno y el oxígeno, podría parecer que es o ha sido en algún momento fundamental para construir la vida, pero nada más lejos de la realidad. Por extraño que pueda parecer, se trata de un elemento relativamente escaso ya que, aunque es el quinto más pequeño de todos, no se produce de forma neta como consecuencia de las reacciones nucleares en el interior de las estrellas (En realidad se produce continuamente, pero no dura nada, transformándose de inmediato en otros elementos) sino por causa del bombardeo de otros elementos más pesados por parte de los rayos cósmico, siendo esta falta de abundancia lo que probablemente la vida no se fijase en él. A pesar de ello, un poco de boro resulta imprescindible para la integridad de las paredes celulares en las plantas, que no pueden vivir sin él. A los humanos ni nos va ni nos viene, pero a los artrópodos les daña el aparato digestivo y el exoesqueleto, y por eso usamos el bórax como pesticida.

Al igual que sucede con el bismuto, el boro tiene algunas propiedades curiosas. Por ejemplo, cuando se le echa un poco de óxido de este elemento al vidrio (digamos un 10%), el transparente material se vuelve tan resistente que virtualmente no hay quien lo rompa. Los escritores Plinio y Petronio contaron la extraña historia de un genial y desdichado artesano que le pidió audiencia al emperador Tiberio para mostrarle un jarrón que al ser arrojado al suelo no se rompía. El artesano esperaba fortuna y gloria, pero cuando confeso que era el único que conocía el secreto el despiadado emperador ordeno su ejecución porque no quería que la enorme colección de frágil cristal que poseía perdiese todo su valor. A Plinio y a Petronio les caía fatal Tiberio, por lo que es difícil saber hasta que punto es cierto del todo el relato, pero algunos de los detalles que se mencionan en él hacen pensar que aquel vitrium flexible podía contener algo parecido al bórax. La humanidad hubo de esperar casi dos mil años para que alguien inventara (o reinventara, si la historia del artesano es cierta) el vidrio pyrex, imprescindibles los laboratorios y cocinas de todo el mundo. Pero el vidrio irrompible no es la única aplicación técnica del boro. Las fibras de vidrio, las fibras de boro ultrarresistentes, los polímeros, las cerámicas, los aditivos para aleaciones o los detergentes son algunos de los campos en los que este vecino del carbono que nunca se involucró demasiado en la vid a y, sin embargo, ha colmado de regalos nuestra civilización."

El secreto de Prometeo y otras historias sobre la Tabla Periódica de los Elementos. Página 245, 246 y 247. Alejandro Navarro Yáñez. Editorial Guadalmazán. Cordoba, España - 2005.




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