JORGE DE MONTEMAYOR
(España, 1520-1561) Poeta y novelista español de origen portugués, creador de la novela pastoril, un género que supone la entrada del bucolismo en la prosa y que iniciará una moda que se extenderá por toda la Europa de su tiempo. Nació en Montemor-O-Velho, cerca de Coimbra; fue acusado de cristiano nuevo, es decir, de ser un judío converso. Según él mismo declaró, su lectura preferida fue la Biblia. Escribió siempre en español y castellanizó su apellido a partir del lugar donde nació. Estuvo al servicio de doña María, infanta portuguesa, a la que acompañó a Castilla cuando ella se casó con Felipe II (1543). Fue cantor y después aposentador de la corte. No hay datos seguros de que haya ido a Inglaterra, pero sí de que estuvo en los Países Bajos, en Valencia y en Córdoba. Los últimos años de su vida los pasó en Italia, muriendo probablemente en Piamonte. En lo que se refiere a la poesía se movió entre la escuela italianizante y la tradición castellana, y publicó un Cancionero (1554), con poemas de tema amoroso, y tres Autos de Navidad (1548). También tradujo libremente al castellano, y sólo en parte, los Cantos de amor, del gran poeta valenciano Ausiàs March. Su fama se la debe, sin embargo, a su obra Los siete libros de la Diana, editada en 1559, que en parte es una traducción literal de los Diálogos de amor, de León Hebreo, publicada en italiano en 1535 y traducida muy pronto al castellano. La Diana, como se conoce habitualmente, presenta peripecias sentimentales propias del mundo cortesano disfrazadas de bucolismo y con muchos elementos de la novela bizantina. De hecho, narra los amores de la pastora Diana “cuya hermosura fue extremadísima sobre todas las de su tiempo”. Amada por Silvano, a quien no corresponde, y enamorada de Sireno, que tiene que alejarse, termina casándose con el pastor Delio. Este enredo amoroso se complica con una dialéctica de conceptos eróticos, en la que, en verso y en prosa, se expresa una gran variedad de sentimientos, como fidelidad y gloria del amor logrado, o celos y desesperación del amor ausente y no correspondido. Para Montemayor el amor constituye un destino frente al que el enamorado no puede oponer resistencia dado que se encuentra más allá de sus fuerzas y se opone a cualquier intento de integrarlo en la razón. Algo que ya era típico en el amor cortés, la poesía del cancionero y de las novelas sentimentales del siglo anterior. La Diana incluye muy variados incidentes que se resuelven al beber los personajes el agua del olvido de la sabia Felicia que acoge a los pastores en el palacio de las ninfas. Pero la solución no se debe a la magia, sino que tiene un aspecto humano presentando unos cambios de sentimientos muy cuidados y psicológicamente convincentes. Algunos críticos son de la opinión que esta ficción pastoril, como tantas otras, encubría a personajes conocidos y que Montemayor probablemente se haya inspirado en un modelo real para crear su Diana. La obra, con influencias además de modelos clásicos como Teócrito y Virgilio, y más directamente italianos, como Petrarca y Sannazzaro, crea el prototipo de un género que cultivaron también Miguel de Cervantes en La Galatea (1585), Lope de Vega en La Arcadia (1598); y en Inglaterra Philip Sidney, con su Arcadia (1590), mientras en Francia alcanza altos nivelas con Honoré d'Urfé en los tres volúmenes de su Astrée (el primero de 1603).
Fuente: http://www.epdlp.com/
LOS QUE DE AMOR ESTÁYS TAN LASTIMADOS…
Los que de amor estáys tan lastimados,
que el remedio buscáys en causa agena
y con ver mayor mal curáys la pena
a que os da causa amor y sus cuydados,
venid a leer mis versos, do pintados
veréys tormentos tristes más que arena,
que están vivos en mí, do amor ordena
que estén para este effecto diputados.
Y aunque suffrido ayáys pena y tormento,
y nunca podáys lo que esperastes,
o con ausencia estéys siempre lidiando,
en viendo la passión que amando siento,
todos confessaréys que nunca amastes,
o si algún tiempo amastes, fue burlando.
Cancionero, 1554.
Los que de amor estáys tan lastimados,
que el remedio buscáys en causa agena
y con ver mayor mal curáys la pena
a que os da causa amor y sus cuydados,
venid a leer mis versos, do pintados
veréys tormentos tristes más que arena,
que están vivos en mí, do amor ordena
que estén para este effecto diputados.
Y aunque suffrido ayáys pena y tormento,
y nunca podáys lo que esperastes,
o con ausencia estéys siempre lidiando,
en viendo la passión que amando siento,
todos confessaréys que nunca amastes,
o si algún tiempo amastes, fue burlando.
Cancionero, 1554.
MÁS INFORMACIÓN
- Poemas de jorge de montemayor. - Suspoemas.com
- Montemayor, Jorge de (1520-1561), obras digitalizadas en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
- Montemayor, Jorge de (1520-1561). » MCNBiografias.com