Los
grandes monumentos de piedra siguen desafiando el paso del tiempo y la
comprensión humana. En esta entrega, descubre los últimos hallazgos
científicos sobre los menhires y dólmenes: cómo fueron construidos, qué
significaban para las antiguas culturas y qué secretos aún esconden bajo
su silencio milenario.
MENHIR
Un menhir es la forma más sencilla de un monumento megalítico.
Consiste en una piedra por lo general alargada, en bruto o mínimamente
tallada, colocada de modo vertical y con su parte inferior enterrada en
el suelo para evitar que caiga. El término es originario de Francia y resulta de la unión de dos palabras del idioma bretón: maen («piedra») e hir («larga»). Fue adoptado por los arqueólogos en el siglo XIX.
DOLMEN
Un dolmen, que en bretón quiere decir ‘mesa grande de piedra’, es una construcción megalítica consistente, generalmente, en varias losas (ortostatos)
clavadas en la tierra en posición vertical y una o más losas, a modo de
cubierta, apoyadas sobre ellas en posición horizontal. El conjunto
conforma una cámara y está rodeado en muchos casos por un montón de
tierra de sujeción o piedras que cubren en parte las losas verticales,
formando una colina artificial o túmulo, distinguible como marca funeraria.
Estas estructuras fueron construidas durante el neolítico y el Calcolítico y se dan en Europa Occidental, sobre todo en la franja atlántica,
donde se cuentan por miles. Su función atribuida suele ser la de
sepulcro colectivo, pero también se cree que puede ser una forma de
reclamar un territorio y reforzar la identidad grupal, dada la poca
identidad de los poblados neolíticos en tránsito a los calcolíticos y
que prepara las ciudades de la época del bronce.
Los modelos sencillos de dólmenes consisten en dos o más piedras verticales (nadir) y encima una horizontal (acimut),
ejercicio de destreza constructiva monumental sin par. Generalmente se
acompaña de otras piedras de grandes dimensiones en los alrededores.
Cuando al dolmen se le añade un pasillo que lo conecta con el exterior, se le llama tumba de corredor
a la manera de avenida para desfilar el cortejo funerario, cuya cámara
puede estar construida con ortostatos (grandes losas) mediante una falsa
cúpula hecha con lajas
de piedra o haber sido excavada en la roca. Es el primer ejemplo de
habilidad constructiva al mover enormes bloques con el reto de mantener
alzada la estructura.
Un tercer tipo de tumba megalítica es la de galería, más tardía,
en la que el corredor no se diferencia de la cámara, y que a veces
cuenta con pilares, prototipo de las posteriores columnas en los templos, con el fin de sostener las pesadas cubiertas.
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Autor(es):
Editorial: Salvat
Páginas:
Tamaño: 16 x 24 cm.
Año: 2025