Visualización de la tumba de los esposos Kundera
Brno acogerá el descanso final de
Milan Kundera. Su tumba, obra del arquitecto Johannes Paar, busca
plasmar en piedra las contradicciones que marcaron vida y obra del
autor.
Poco después de la muerte de Milan Kundera en París, su esposa,
Věra Kunderová, escribió a Brno, la ciudad donde todo había comenzado,
una solicitud cargada de significado: quería que los restos del escritor
descansaran en su tierra natal. El ayuntamiento acogió la idea con
emoción y confirmó que Kundera tendría su lugar en el Cementerio
Central, junto a figuras que forman parte del alma cultural de Brno: el
compositor Leoš Janáček, el arquitecto Bohuslav Fuchs, el poeta Jan
Skácel o el investigador Karel Absolon. Así, cumpliendo el deseo de Věra
tras su fallecimiento, la ciudad convocó un concurso artístico para
crear la tumba que acogería a ambos. El proyecto elegido fue el del
arquitecto austríaco Johannes Paar, quien habló desde su estudio en
Viena sobre los orígenes de esta obra de conemoración.
“La Cámara de Arquitectos de Austria publica regularmente
concursos abiertos en su página web. Uno de ellos trataba sobre un
monumento funerario, algo muy poco común, ya que suelen ser proyectos
mucho más grandes. Me pareció interesante y un reto participar. Además,
es gratificante poder trabajar en un proyecto de esta envergadura,
porque en mi sector, los proyectos suelen ser de una escala
completamente distinta. Así que supone una agradable variación en una
profesión ya de por sí muy diversa”.
En lo que supone el
diseño en sí, el arquitecto partió de las especificaciones de la
convocatoria, que mencionaban que debía ser “un proyecto artísticamente ambicioso que respetara el deseo de los Kundera de un diseño sencillo”.
A su vez, la convocatoria buscaba un diseño que de alguna forma
reflejara el estilo literario del escritor, describiéndolo como “analítico, no simbólico, expresivo ni ornamental, sino conciso, sin ser simplista, siempre orientado hacia un fin intelectual”. Paar describe cómo transformó esos requisitos en su proyecto.
“La
forma del monumento también es concisa. El material es simple:
hormigón. Este material mantiene siempre una conexión con el lugar, ya
que los áridos utilizados son generalmente de origen local. La idea es
utilizar un material sencillo, pero cuya superficie pulida, creada con
un cemento de color claro, le confiera cierta elegancia”.
Y
más allá de la sencillez de los materiales, Paar logró cautivar a los
jueces con un elemento del diseño que, aunque nada extravagante, capta
la esencia de Kundera.
“La lápida de Milan y Věra Kundera
logra algo inusual para una lápida: da la impresión de flotar. Es una
losa del tamaño exacto de la tumba, muy simple, pero con un elemento de
disrupción. Se siente como si se hubiera desprendido del suelo y
levitara a 15 o 20 centímetros sobre la tierra. Hay un espacio vacío, y
ahí es donde surge este momento, a la vez imposible y un tanto absurdo”.
Por lo tanto, el arquitecto no solo buscó un equilibrio material,
sino también conceptual. En su propuesta, lo físico y lo simbólico
dialogan del mismo modo en que las obras de Kundera exploran las
tensiones entre contrarios. Esa relación entre la forma y el pensamiento
del escritor fue, precisamente, lo que guió a Paar durante el proceso
creativo.
“Varios libros me inspiraron. Cristalizan las
contradicciones: lo ligero y lo pesado, lo posible y lo imposible, lo
serio y lo frívolo. Incluso en situaciones serias, Kundera nunca
abandona el humor y la ironía”.
La lectura, entonces, se convierte para Paar en una forma de
acercamiento, casi de diálogo con el autor al que rinde homenaje. En
cada página, encuentra nuevas claves para comprender no solo el
pensamiento de Kundera, sino también la esencia que desea trasladar al
espacio físico de la tumba. Ese proceso de descubrimiento personal
continúa alimentando el proyecto, que evoluciona a medida que el
arquitecto se adentra en la obra del escritor.
“Tengo una
relación con Kundera como lector. Me estoy sumergiendo más
profundamente. Solo he leído dos o tres libros, pero esta relación se
intensificará en los próximos meses, porque no se trata solo de la idea
del monumento, como lo preveía el concurso, sino también de su
realización concreta, que debe estar terminada para julio de 2026 en la
sección honorífica del Cementerio Central de Brno”.
El
regreso de Milan Kundera a Brno no es solo geográfico, sino también
simbólico. En el diseño de Johannes Paar, lo leve y lo denso, lo visible
y lo ausente, se encuentran como en las páginas del escritor, que tanto
meditó sobre el peso y la levedad de la existencia. La lápida que
parece flotar sobre la tierra no solo evocará su obra, sino también la
paradoja de un autor que pasó la vida entre dos lenguas y dos patrias, y
que al fin hallará reposo en la ciudad donde comenzó su historia.
Fuente: https://espanol.radio.cz
Por: Johannes Paar
Escuchar aquí: La insoportable levedad del hormigón: la tumba flotante de Milan Kundera
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