jueves, 14 de noviembre de 2024

Libro: Comunidades prehispánicas de Arequipa



El trabajo está dividido en dos partes: en la primera, gracias a la documentación existente, el autor establece dos distintos grupos étnicos que habitaron la Chimba, describiendo su campiña al momento de llegar los españoles, así como la resultante destrucción de las comunidades indígenas; en la segunda parte, Galdós Rodríguez se ocupa pese a la escasa información de las naciones aborígenes de la banda oriental del valle, más allá de los límites de lo que los españoles llamaron “encima de la barranca”, Policromía étnica creadora del sistema de canalización y regadío de la zona, así como de sus hermosas andenerías.


Trabajo minucioso y paciente, elaborado sobre la base de consultas hechas en documentos de todo el período colonial: protocolos, compulsas, boletas, libros de cabildos, etc., depositados en archivos de Arequipa, Lima y España. Es fuente importante para la historia económica y social de la región y del país y, de manera específica, para la geografía y la lingüística por la riqueza de información que ofrece sobre lugares, topónimos, términos de uso común y, sobre todo, los arequipeñismos del que está salpicado el libro, que le proporciona el ingrediente necesario para saborear la lectura. 

El cuerpo fundamental del libro se inicia con el análisis crítico de la bibliografía relativa de la historia de Arequipa colonial, como la primera parte de los Comentarios Reales de Garcilaso -punto de partida de otros trabajos- al que no otorga demasiado crédito, y critica el que muchos siguieran a pie juntillas a este cronista de gran valor, pero que tiene una serie de datos que no concuerdan con la realidad histórica y que más bien la distorsionan en favor de una historia oficial inca. De esta manera, el autor sigue la línea ya iniciada por Buenaventura Fernández de Córdova. más conocido como Ventura Travada y Córdova, que en su obra El suelo de Arequipa convertido en cielo hace gala de tal rebeldía hacia el inca. Continúa analizando críticamente a otro cronista, Antonio de Calancha, y lo que dice sobre Arequipa en su Crónica moralizadora. 

Aparte de enfocar a los cronistas, pasa revista a los trabajos de Ladislao Cabrera Valdés, de Leguía y Martínez, de Mostajo, de Juan Domingo Zamácola y Jáuregui, de Antonio Pereyra y Ríos, de Juan Gualberto Valdivia y de otros que se ocuparon de Arequipa, primordialmente de su etapa colonial.

Describe el área donde centra su trabajo, explicando el origen de los nombres de cada uno de los puntos geográficos mencionados en el libro, tales como Arequipa, La Chimba, Socabaya, Paucarpata, Characato, Chiguato, etc. Se ocupa de cada uno de los pueblos que habitaron la región y las posibles rutas de penetración desde las zonas altas; de los encomenderos y las encomiendas, que ocupan un lugar importante en este trabajo, donde desfUan los encomenderos sucediéndose en el dominio desde el primer reparto: Gonzalo Pizarro; Miguel Cornejo, padre e hijo del mismo nombre, que compartieron los beneficios de los Y anque-collaguas; Alonso Rodríguez Picado, el padre poeta y el hijo general también del mismo nombre, que compartieron con Marcos Retamozo y Francisco Hernández Retamozo, padre e hijo, la encomienda de los Lari-Collaguas; Cristóbal Pérez y su hijo Juan de Arves que detentaron como encomienda el enclave de los Kootis de la cuenca del Colea. Los Mitmas Yanaguara, Chillques y Chumbivilcas sucesivamente fueron pasando de manos de Luis de León a las de Baltazar Díaz y de éste a Gómez Hemández, a cuya muerte, acaecida en 1571, pasó a manos de su viuda doña Violante de la Cerda que en nuevas nupcias casó con Juan de Avila, el último encomendero en el siglo XVI. 

Hurga la vida de cada uno de los encomenderos sacando a lUz la vida Y milagros de cada uno de ellos, como el caso de Luis de León, Rodrigo de Vargas yCarbajal, Alonso de los Ríos, etc. Al desarrollar el tema central de los pueblos prehispánicos, se ocupa de La Chimba, la parte occidental del valle, J!largen derecha del río Chilli, donde se asentaron las comunidades de los Chumbivilcas, Chilques y Yanahuaras, que en el siglo XVI estaban sujetos a la vicaría de San Juan Bautista de La Chimba, cuya sede estaba en el asiento del cacique de los Yanahuaras. Utilizando las informaciones de las visitas, da cifras de las poblaciones de estas comunidades que a los demógrafos interesará sobremanera, porque a lo largo del trabajo existe una profusa información sobre población, así como de los ayllus y parcialidades de cada comunidad. La ciudad de Arequipa está en la banda oriental del río, donde también ejercían dominio los collaguas que construyeron las andenerías de Yumina, Sabandía Paucarpata y Tingo Antiguo. A la llegada de los españoles, únicamente los collaguas estaban expandidos desde la banda occidental hasta la oriental del río Chilli, mientras los demás mitmas no pasaron de la banda occidental. La parte céntrica de la actual ciudad de Arequipa estaba situada en lo que llamaron "encima de la barranca" , a lo largo de la acequia de Coa, construida por los mismos collaguas. Las diversas etnias establecidas en La Chimba eran procedentes casi en su totalidad de lugares aledañOS, pongamos los Chumbivilcas y Chilques procedían del Cuzco; los Yanahuara del Sur de Apurímac; los collaguas fueron originarios del Colea y, de aymara hablantes se quechuizaron por influencia de las etnias vecinas. Los pobladores originarios de Arequipa parecen haber sido los Yarabayas, que en el siglo XVI estaban ubicados desde "Torrentera de San Lázáro hasta Tingo Grande". Ya en el epilogo presenta como conclusión que los pobladores de Arequipa, a la llegada de los españoles, podían clasificarse en tres grupos: a) Los Llactarunas, originarios dellugar, como los Yarabayas y los Copoatas; b) los Mitmas de origen eminentemente inca, como los Chichas, Canchis, Quinguares y Orejones; y c) los migrantes, los que llegaron de distintos sitios en diferentes fechas y que fueron ubicados fundamentalmente en lo que se llama La Chimba, o margen occidental del río Chilli. De cada uno de ellos se ocupa el autor, comenzando con el origen geográfico y étnico, siguiéndoles el recorrido hasta que llegaron a situarse en el valle. 

El descenso demográfico de todos estos pueblos en el siglo XVI es muy notorio y es posible verificar con las cifras de las· visitas y revis.tas que ofrece el1ibro. Aparte de la ciudad de Arequipa y de La Chimba, describe otros lugares como Characato donde estuvieron afincados fundamentalmente los Llactarunas o gentes oriundas del lugar; Socabaya, ocupadas por los mitmas Chichas, que también ocupaban Guasache, Tingo Grande y Tingo Chico; Paucarpata, poblada también con parte de los Llactarunas; Yumina, donde estaban ayllus incas como los Orejones, Can chis y Quinguares. Al ocuparse de Arequipa, describe la fundación y a cada uno de sus fundadores: Alonso de Luque, don García Manuel de Carbajal, etc. Da cuenta del reparto de solares y chacras, de la toma de posesión de ellas conforme a las costumbres feudales, etc. La fundación de la ciudad se hizo en las tierras que ocupaban los collaguas, a los cuales se les desalojó y reubicó en una ranchería, situada cerca del actual puente Grau. A las reducciones denominan en Arequipa, rancherías. 

Aparte del tema fundamental referido a las naciones prehispánicas de Arequipa, el libro se ocupa de otros temas conexos, tales como el obraje de La Chimba que destacó mucho por la calidad de los maestros que fueron contratados, tal como hizo el encomendero Gómez Hemández y su hermano Froilán Gómez de Tapia que llevaron a sus obrajes a Francisco Muñoz, maestro en paños y frazadas, a Juan Femández, sedero, etc. La institución del curacazgo es analizada, destacando los cambios que se operan a lo largo del siglo y sobre todo en las costumbres y actitudes en relación a los conquistadores, con quienes colabora en busca de congraciarse, también subraya la predominante tendencia hacia el arrieraje como actividad económica adicional; elabora una larga lista de curacas e ilacatas. Finalmente, toca los cambios en la tenencia de la tierra, en base a la venta y composición de tierras. 

En suma, es un libro dentro de la corriente de la etnohistoria, y un aporte valioso para el esclarecimiento de la historia local y un enriquecimiento para la historia colonial del país. 

Mario Cárdenas Ayaipoma

 

CONTENIDO

  • Prólogo
  • La crónica y la historiografía ante el pasado pre-hispánico del valle arequipeño
  • La Chimba
  • Primigenios encomenderos
  • Naciones prehispánicas
  • Una Visita actualizada
  • ¿Mitmaqs o etnias en expansión?
  • Los Yanaguaras
  • Ayllus en la encomienda de Gómez Hernández
  • Los Collaguas en la Chimba
  • Los ayllus Collaguas de la zona arequipeña
  • Tenencia de la tierra arequipeña por los Collaguas
  • Kuntis en los valles arequipeños
  • Los Mascas del ayllu Callapa
  • Pequeña digresión: Trigo vs. maíz
  • Los ayllus Mascas
  • Toponimia precolombina de la Chimba
  • Cambios estructurales de la Chimba
  • Los españoles en la fundación de Arequipa
  • Acequias precolombinas
  • La cuestión del Ccollisuyu
  • Yarabayas y Copoatas
  • Las sementeras de los Yarabayas
  • Socabaya
  • Porongoche
  • Las Chichas de Guasacache
  • Paucarpata
  • Los Mitmaqs de Yumina
  • Orejones de Yumina
  • Los Quiguares o Guaypar Yuminas
  • Characato
  • Los Llactayoqs de Characato
  • Otros agrupamientos humanos en Characato
  • Canas y Canches de Colán
  • Chiguata
  • Las Salinas de Chiguata
  • Epílogo
  • Fuentes documentales
  • Indice onomástico


GUILLERMO GALDOS RODRÍGUEZ

Nació El 23 de octubre de 1923 en Tiabaya. Se trata de uno de los historiadores más importantes de los últimos años. Abogado, pero sobre todo etnohistoriador, fue secretario del padre Víctor M. Barriga y fundador y primer director del Archivo Regional de Arequipa, investigador, docente universitario, periodista, un gran conversador, erudito y muy buen maestro.


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Autor(es): Guillermo Galdos Rodríguez

Editorial:

Páginas: 391

Tamaño: 14,5 x 20,5 cm.

Año: