viernes, 17 de octubre de 2025

Cita DCCCLXXXVII: Alonso Ruiz Rosas - "Ojalá los arequipeños no dejen de decir alalau, patacala, ñuto, toncori”

Alonso Ruiz Rosas es poeta y arequipeño. También es promotor cultural, editor, periodista y autor de libros de gastronomía. Actualmente, es agregado cultural en la Embajada del Perú en España y coordinador general del X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) en Arequipa, que se realizará desde hoy hasta este viernes 17 de octubre.

Sus múltiples labores impidieron que pudiéramos cruzar palabras en una entrevista. Convenimos que le formularía preguntas por escrito, las que luego él respondería. Una de ellas fue: ¿un poeta tiene el poder supremo de la palabra?

–La poesía es el sumo arte de la palabra, el telegrama, la carta, la increpación o la plegaria que la soledad humana dirige al absoluto a través de su prójimo. Los poetas son orfebres de la palabra que, como decía Hölderlin, están afincados bajo las tormentas de Dios para hacerse de sus rayos –dice.

Ante ustedes, las palabras de un poeta.

¿Qué sabor particular tiene que el CILE sea en Arequipa?

Los congresos de la lengua buscan siempre ciudades intermedias, no capitales. Arequipa es ideal no solo por ser la cuna de Mario Vargas Llosa y de muchos escritores, incluido el primer presidente de la Academia Peruana de la Lengua, Francisco García Calderón Landa, autor del famoso Diccionario de la legislación peruana, que empezó a publicarse en 1861. Es una ciudad de servicios educativos con amplio impacto en todo el sur del país, una ciudad donde el idioma español se arraigó tempranamente, pero cargándose de términos quechuas, aimaras, puquinas y otros, que dieron pie a los “arequipeñismos” y el lenguaje llamado loncco.

¿Por qué Arequipa es importante dentro de los retos de nuestro idioma?

Las particularidades del español en Arequipa llamaron la atención del clérigo canario Antonio Pereyra Pacheco y Ruiz, que estuvo en la ciudad entre 1810 y 1816. Su obra fue estudiada prolijamente, más de siglo y medio después, por Enrique Carrión Ordóñez. El primer Diccionario de peruanismos de Juan de Arona está también plagado de arequipeñismos. Arona, seudónimo de Pedro Paz Soldán, los oyó sin duda de niño, dada su ascendencia paterna. El gran desafío es conservar las particularidades sin descuidar la unidad de la lengua que compartimos los hispanohablantes. Ojalá los arequipeños no pierdan su manera de pronunciar ni dejen de decir alalau, patacala, ñuto, chocni, pajla, huacacha, usma, toncori y tantas otras palabras que todavía son de uso común. Arequipa es una ciudad profundamente mestiza.

A propósito de mestizaje e interculturalidad, ¿qué entender hoy sobre mestizaje?

El mestizaje es un proceso de acercamiento, confluencia o fusión de expresiones culturales, diversas y en distintos grados, para no referirnos a las sangres. Es un proceso indetenible y también dispar y oscilante, que pronto, en nuestro caso, habrá cumplido medio milenio del inicio de sus mayores combinaciones. El Perú, luego de una primera mutación cultural experimentada a partir de la década de 1530, que estuvo, como sabemos, cargada también de dramas y padecimientos infames (comunes a tantos momentos de la historia), ha vivido desde mediados del siglo XX hasta el presente, una segunda gran ola de mestizaje, con el crecimiento masivo de sus poblaciones urbanas. En el camino se han afirmado y desplegado expresiones muy propias, cargadas de ánimos identitarios, que forman también parte de nuestra riqueza cultural.

¿La interculturalidad hoy está en peligro antes las corrientes supremacistas?

Sabemos que la diversidad cultural es un tesoro que conviene preservar y sabemos también que, ahora más que nunca, el género humano comparte y puede compartir aún muchos elementos culturales de distintas procedencias en beneficio del bien común y del propio desarrollo personal. El problema de los supremacistas, de cualquier signo o color, es que pretenden tener una superioridad sobre los demás, cuando lo que tienen es, sobre todo, una profunda ignorancia.  

En tiempos de nuevos lenguajes a través de las redes, ¿qué entender por “lenguaje claro y accesible”?

Suele repetirse como frase de Ortega que la claridad es la cortesía del filósofo. Sin desdeñar los encantos del barroco literario, que tan valiosos frutos ha dado en nuestra lengua, es evidente que los lenguajes especializados que inciden en la vida social deben ser precisos (y concisos) para facilitar su comprensión por el público no especializado. La claridad es un deber y un derecho. Parodiando a Martín Adán, podríamos decir: Claridad, el ángel que nos guía.

¿Hoy escribir es una forma de resistencia ante lo efímero, ante lo veloz de las redes sociales?

Escribir y, en general, crear obras de arte, siempre ha sido una forma de resistencia ante lo efímero, ante el inexorable y devastador paso del tiempo. El vértigo de las redes parece que acelera el asunto, pero ya decía Quevedo: “Mal te perdonarán a ti las horas, / las horas que limando están los días, / los días que royendo están los años”.

¿Cómo usar la inteligencia artificial para los retos de nuestro idioma?

Se trata de una herramienta muy útil y en plena expansión, que exige ser manejada con nuestra propia inteligencia y con mucha honestidad.

¿Cómo fue su encuentro con la palabra? ¿Capaz a través de historias orales o algún primer libro?

Creo que fue sobre todo con la música de las palabras, cuando mis padres, siendo niños, nos leían algunos poemas cuyo eco aún tengo presente.

Autoficha:

-“Soy Alonso Ruiz Rosas, nací en Arequipa, en 1959. Estudié en un colegió peruano-alemán donde tuve algunos maestros inolvidables. Ingresé a estudiar Literatura en la Universidad Nacional de San Marcos, estuve un tiempo en la Universidad de San Agustín”. 

-“También hice un master en Gestión Cultural en la Universidad de Barcelona. Pero me considero un autodidacta, estimulado por la familia y los amigos cercanos en la aventura del aprendizaje compartido. Además, escribo poesía desde adolescente”.

-“Reuní mi obra hace un par de años y ahora estoy embarcado en otro libro. Trabajo desde hace décadas en temas de promoción cultural. He visto cómo han prosperado algunas iniciativas que propuse y cómo se han debilitado otras. Tengo todavía una serie de proyectos pendientes que espero impulsar”.

Fuente: https://peru21.pe

Por: Mijail Palacios Yábar

 

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