JAMILA MEDINA RÍOS
(Holguín, 1981). Poeta, narradora y ensayista. Reside en EE.UU. Es magíster en Lingüística por la Universidad de La Habana (Cuba). En 2021 plantó su azimut en Providencia (EE.UU.), donde proyecta su doctorado. Codirige Candela Review, publicación afro trans queer feminista y descolonial [en construcción]. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén, el Premio David y el Premio Nacional de Ensayo Alejo Carpentier. Ha publicado en poesía País de la siguaraya (2017); Del corazón de la col y otras mentiras (2013); Anémona (2013); Primaveras cortadas (2011) y Huecos de araña (2009); en narrativa Ratas en la alta noche (2011); Escritos en servilletas de papel (2011); y en ensayo Diseminaciones de Calvert Casey (2012).
LA PICADA
Fue un amor marinero
de esos que te despechan
plantada en la estación.
Había un remo caminero
capitaneando el abrazo
con que me izó pa bailar.
Fue lluvia y de madrugada
cuando bajé la cabeza
donde llevaba enterrada
la peineta de su voz.
Rezando cedí la pieza
y me llevó a la carrera:
de Caballito a Retiro,
de Flores hasta Barracas,
de Soldati a Mataderos,
de La Boca a Pueyrredón.
Hundiéndome en la arenita
me sentí al subir al barco.
Era curva peligrosa…,
mas no me dijo: “Quedate”
ni yo le dije: “Venite”.
Y partí en Puerto Madero
como se cae a un barranco,
como se arranca una flor.
Cuando volví de Tres Cruces,
ya era noche para el baile.
Ay, mi peineta calada.
Ay… del remo que no entra al agua.
La boca que no besa, no se sacia.
La boca que no besa, no se sacia.
Cuando volví a Buenos Aires
habían cerrado el mesón.
Ay, a boca que no bebió,
¿cómo acallarla?
Ay, la boca hambrienta y abierta,
la boca toda sedienta…,
a la boca-ojos de muerto
¿cómo haces para cerrarla?
Ay, mi boca, pero qué sed tiene mi boca…
Ay, mi boca…, ¡pero ¡qué sed!
La boca que no besa no se sacia,
no se sacia…
¡No!
MÁS INFORMACIÓN
- Poeta 756: Día de los Muertos de Friducha Cárdenas
- Poeta 553: Objetos en un yermo devastado de Tsutomu Yamaguchi
- Poeta 261: Al corazón gentil de Guido Guinizelli