viernes, 4 de marzo de 2016

Diccionario CCLXXIII: Hieródula


"Hijo mío, en Uruk
           habita Gilgamesh.
Nadie hay tan poderoso
           como él,
como de un trozo de cielo
           es su vigor.
Dirígete hacia él, hijo mío
           ponte en su presencia
[Que se entere Gilgamesh]
           del poder de ese hombre.
Que él te dé
           a Shámhat, la hieródula,
y ella vaya
           contigo a la caza
Cuando vaya a beber
           la manada al estanque,
que ella se quite sus vestidos
           y le muestre sus formas.
Él la verá
           y se arrojará sobre ella
Lo rehuirá [entonces] la manada,
           que con él creció en la estepa."

Gilgamesh. O la angustia por la muerta. Poema babilonio. Traducción directa del acadio, introducción y notas de Jorge Silva Castillo. Página 56. Kairos. Barcelona, España - 2006.


Hieródula


Del gr. ἱερόδουλος hieródoulos 'esclavo sagrado'.

m. y f. En la antigua Grecia, esclavo dedicado al servicio de una divinidad.

Fuente: Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición.


"La hieródula: Dentro de la antigua religión mesopotámica, el sexo era visto como un símbolo de la fertilidad, algo muy importante en una civilización que se desarrollaba en el desierto. Por ello, la diosa Ishtar, la deidad de las cosechas, era también del amor y la sexualidad. Esta diosa tenía un grupo de sacerdotisas cuyo nombre oríginal se ha perdido, pero se les reconoce por el nombre que les dieron los griegos: hieródulas.

De acuerdo a la creencia mesopotámica, todas las formas de fertilidad estaban interrelacionadas, por lo que el sexo, realizado correctamente y en forma ritual, aseguraba buenas cosechas y rebaños fuertes. Por ello, los fieles que acudían a adorar a Ishtar usualmente tenían que tener contacto sexual con las sacerdotisas, aunque había todo un proceso y ritual que separaba esa cópula sagrada de la destinada al placer. De esa forma, se aseguraba que la deidad tuviera la adoración que merecía.


Dado que el piel debía de dejar un tributo al templo tras del ritual, las hieródulas han sido llamadas - incorrectamente - como prostitutas sagradas. En realidad, ellas no cobraban por la cópula como tal, y si bien existía el placer, pues era parte importante de la ceremonia, ese no era el fin último, sino simplemente un reflejo de la relación mística entre todas las formas de creación de vida. Estas mujeres, por su misma condición, eran tenidas en gran estima y respeto. Sólo aquellas de probada integridad, belleza e inteligencia eran aceptadas, aunque anualmente eran cientos las que trataban de ser admitidas. El entrenamiento se iniciaba desde muy temprana edad, pero sólo participaban en las ceremonias sexuales a partir de su primera menstruación, que se consideraba como la señal de que estaban listas. Muchos de los detalles de su vida, las características exactas de los ritos y los posibles hijos engendrados por tales prácticas se han perdido en los tiempos."


Blog: El perdido arte de la cortesana.

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