Oliver Twist, publicada por entregas en 1837, consolidó la fama de Charles Dickens y es, sin duda, una de sus novelas más conocidas. Con ella se proponía demostrar que se podía «servir a la moral» mediante una historia con «personajes elegidos entre lo más criminal y degradado de la población de Londres», y donde sin embargo sobrevivieran la candidez y la fragilidad. La historia del pequeño Oliver, criado en un hospicio, empleado y maltratado en una funeraria, fugitivo en Londres, donde es reclutado por una panda de ladrones que él no reconoce como tales, es un magnífico relato sobre la inocencia acosada. Los distintos protectores que va encontrando en su camino nos descubren al Dickens idílico y sentimental, pero en el bando de los corruptores asoman algunas de sus más inquietantes creaciones –Fagin, el genio del crimen, el ladronzuelo Jack Dawkins, el asesino Sikes, el misterioso Monks–, que inspiran tanta repulsión como atracción. Tampoco faltan en la novela los efectos cáusticos y a la vez reparadores de su sentido del humor, ese que Anna Grigorievna, la segunda mujer de Dostoievski, recordaba que, en sus peores momentos, entraba a formar «parte de nuestra vida. Sobrellevábamos gracias a él nuestra pobreza con resignación, a veces irresponsablemente».
CHARLES DICKENS
Charles John Huffam Dickens (Landport, 7 de febrero de 1812-Gads Hill Place, 9 de junio de 1870), conocido como Charles Dickens, fue un escritor inglés. Creó algunos de los personajes de ficción más conocidos en el mundo y muchos lo consideran el mejor novelista de la época victoriana. Sus libros gozaron de una popularidad sin precedentes durante su vida, y, en el siglo XX, críticos y estudiosos lo habían reconocido como un genio literario. Sus novelas y sus cuentos todavía son muy leídos hoy y se adaptan con gran frecuencia al teatro y al cine. Dickens ha sido elogiado por muchos de sus colegas escritores, desde León Tolstói hasta George Orwell, G. K. Chesterton y Tom Wolfe, por su realismo, su comedia, su estilo de prosa, sus caracterizaciones únicas y su crítica social. Sin embargo, Oscar Wilde, Henry James y Virginia Woolf se quejaron de su falta de profundidad psicológica, su escritura floja y su sentimentalismo. El término dickensiano se utiliza para describir algo que recuerda a Dickens y sus obras, como las malas condiciones sociales o los personajes cómicamente repulsivos.
MÁS INFORMACIÓN
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Autor(es): Charles Dickens
Editorial: Salvat
Páginas:
Tamaño: 13 x 20 cm.