Tras el ataque a traición a Pearl Harbour en 1941 por parte del imperio
japonés, en la Casa Blanca empezaron a plantearse crear una agencia de
inteligencia que, mediante la obtención y manejo de buena información,
se encargase de prevenir algo similar. Otras potencias de la época como
la Alemania nazi ya contaban con organismos de ese tipo como el Abwehr,
fundada poco después de la derrota en la primera guerra mundial. En
Estados Unidos el ejército y la marina contaban con servicios de
inteligencia, pero no estaban coordinados entre sí, algo que los
británicos habían hecho a principios de siglo con el Servicio Secreto,
más conocido como MI6, para proteger los intereses del imperio y vigilar
las posibles amenazas.
Pero en Estados Unidos no era tan fácil. La estructura federal del
Estado, las mayorías cambiantes en el Congreso y la competencia entre la
secretaria de Estado y la de Guerra habían impedido que se crease una
agencia de inteligencia única. En 1942, seis meses después del ataque a
Pearl Harbour, se creó la Oficina de Servicios Estratégicos u OSS, que
fue el primer servicio de inteligencia unificado. Su función era
unificar las actividades de espionaje de todas las armas del ejército
mientras durase la guerra. Cuando esta se acercaba a su final en
noviembre de 1944, el general William Donovan, jefe de la Oficina de
Servicios Estratégicos, escribió al presidente Franklin Delano Roosevelt
indicando la necesidad de un servicio central de inteligencia que
recopilase toda la información proveniente de las distintas agencias y
determinase los objetivos a seguir. Este servicio dispondría de agentes y
estructura propia y podría realizar operaciones encubiertas en el
extranjero, pero no dentro del país.
A Roosevelt le pareció una buena idea, más aún cuando se preveía cerrar
la OSS en cuanto se firmase la paz. Todos sabían que quedaban sólo unos
meses de guerra y el asunto se fue aplazando porque eran demasiados los
frentes que el presidente tenía que cubrir en ese momento. Para colmo
de males Franklin Delano Roosevelt murió en abril de 1945, sólo un mes
antes de la victoria en Europa y cinco meses antes de la victoria en el
Pacífico. Las negociaciones de paz absorbieron todo el tiempo de su
sucesor, Harry Truman, que tenía la intención de dar una continuidad a
la OSS con una agencia mucho más grande e influyente, aunque pensada
para tiempos de paz. Dos años después de concluir la guerra, en
septiembre de 1947, el presidente Truman promulgó la Ley de Seguridad
Nacional en virtud de la cual se creaba la Agencia Central de
Inteligencia o CIA por sus siglas en inglés.
A diferencia de la Oficina Federal de Investigaciones o FBI, que es un
servicio de investigación policial de ámbito nacional, la CIA no tiene
competencias dentro de Estados Unidos. Eso hizo de ella los ojos y oídos
de Estados Unidos en el extranjero. Durante sus 75 años de historia ha
cosechado grandes éxitos, pero también sonoros fracasos. De ambos ha
dado cuenta el cine, que desde los inicios de la agencia convirtió sus
siglas en todo un reclamo para la audiencia. Hoy en La ContraHistoria
vamos a dar un repaso a la historia de esta mítica agencia cuyas siglas
son legendarias.
Fuente: La ContraHistoria
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