El mundo en el que vivimos es similar a una moneda. Todo
tiene su contrario. Para un Dios tenemos un diablo. Para un blanco tenemos un
negro. Para un alto tenemos un bajo. Para un gordo tenemos un flaco. La lista
se puede tomar en infinita, y para ella tenemos también una finita.
Si en algo se caracteriza el ser humano es en la capacidad
de exteriorizar su voluntad, generando una conducta. Conducta que pasa por el
filtro de la ambivalencia que hemos mencionado: o pueda ser buena o puede ser
mala. O puede ser legal e ilegal. Y en el devenir de lo ilegal, encontramos un
delito.
El delito como manifestación de una voluntad exteriorizada,
requiere de una explicación. Es allí donde encontramos una palabra que nos
acompañará a lo largo de estos días, teniendo fe por supuesto, de que no decaerás
en el intento de terminar de leer este libro. La palabra a la que me refiero es
la criminología.
Puesta como todo un bicho raro en la bandeja de la carrera universitaria
de derecho, la criminología ha sido despreciada, vapuleada, vilipendiada y
hasta ignorada por mucho. Aquellos que lo hacen, generalmente es porque les
quedan dudas, y no es prudente caminar por un sendero resbaladizo.
Lo que se pretende en estas líneas es hacerte ver que la criminología
es tan divertida como la película que rentaste la última vez antes de comprar
este libro. Y tan apasionante como el partido de futbol de tu equipo favorito. La
criminología es eso. Es una ciencia que puede ser vista como un arte. El arte
de entender el comportamiento de esos tantos que tú, se ven en la hora de
decidir, y lamentablemente se inclinan hacia lo ilegal, hacia el delito. El
arte de entender que hay intentos por explicar lo que acontece en esos robos y
asesinatos que dibujan el periódico que acabas de leer hace poco. El arte de
entender a las víctimas de esos mismos robos y asesinatos. El arte de entender
por qué el que los cometió fue a parar a una Comisaria, para luego de ser
remitido a una Fiscalía, pasar por el Despacho de un juez y dormir en una prisión.
Es de todo eso que está hecho nuestro viaje. Y no hay viaje
sin pasajero. Tú eres el pasajero. Así que abróchate los cinturones y
bienvenido a bordo. Lo único que necesitamos es tu complicidad y tus ganas de
aprender. Si cuentas con ello, te presentamos ni más ni menos, a la criminología.
De la Presentación
Hugo de Romaña Velarde
ÍNDICE
- Prólogo
- Presentación
- Criminología
- El delito de la criminología
- El delincuente biológico
- El delincuente psicológico
- El delincuente psiquiátrico
- El delincuente sociológico
- Perfiles criminales
- Victimología
- Control social
MÁS INFORMACIÓN
- Libro: El título preliminar del Código Civil
- Libro: El mercado de valores en fácil
- Libro: La justicia en la pantalla. Un reflejo de jueces y tribunales en cine y TV
Autor(es): Hugo de Romaña Velarde
Editorial: Adrus
Páginas: 183
Tamaño:
Año: 2016