domingo, 14 de abril de 2019

Letra 331: La Gran Pascua Rusa de Nikolái Rimski-Kórsakov

NIKOLÁI RIMSKI-KÓRSAKOV

Nikolái Andréyevich Rimski-Kórsakov (finca Lubensk, 8 de junio de 1844 / 21 de junio de 1908) fue un compositor, director de orquesta y pedagogo ruso miembro del grupo de compositores conocido como Los Cinco. Considerado un maestro de la orquestación, sus obras orquestales más conocidas —el Capricho español, la Obertura de la gran Pascua rusa y la suite sinfónica Scheherezade— son valoradas entre las principales del repertorio de música clásica, así como las suites y fragmentos de alguna de sus quince óperas. Scheherezade es un ejemplo de su empleo frecuente de los cuentos de hadas y temas populares

LA GRAN PASCUA RUSA

Nicolai Rimsky-Korsakov (1844-1908) compuso su Obertura La gran pascua rusa como una explosión calculada de color orquestal que reflejara los sentimientos populares rusos en esta gran fiesta cristiana, en la que el solemne festejo del ritual ortodoxo se mezcla con las memorias del antiguo paganismo para celebrar el renacimiento de la naturaleza.

Rimsky tomó sus melodías del Obikhod, una colección de los mejores cánticos de la Iglesia Griega Ortodoxa. Empezó a componerla al inicio de 1888 y la terminó en el verano del mismo año cuando también trabajaba en la partitura de Scherezada. Ese invierno, Rimsky asumió la dirección de los conciertos de la Sinfónica Rusa e incluyó el estreno mundial de la Gran pascua rusa en el programa del 3 de diciembre de 1888.

El tema principal de la Obertura lo presentan desde el principio todos los alientos, solemnemente al unísono. Rimsky asociaba este pasaje con la profecía de Isaías de la resurrección de Cristo. La melodía es recogida majestuosamente por los trombones y finalmente por el oscuro color orquestal de la tuba. Este último pasaje le sugería a Rimsky el Santo Sepulcro, que empezó a brillar lentamente con una luz inefable conforme se acercaba el momento de la Resurrección. La orquesta repentinamente se acrecenta con enorme brillantez  para después apagarse con igual rapidez, a lo cual sigue la explosión – el allegro – del festejo pascual.

Rimsky estaba convencido de que, a pesar de la brillantez del color orquestal, el conjunto no podía transmitir todo lo que él tenía en mente. Para apreciar su Obertura – así fuera mínimamente – él consideraba necesario que el oyente hubiese participado por lo menos en una ocasión  en el ritual religioso de Pascua de alguna gran catedral ortodoxa, oficiado por varios sacerdotes, y repleto de personas de toda condición social – vivencia que muchos oyentes  intelectuales rusos – ya no se diga de otras religiones – no habían experimentado.

La partitura señala una dotación de 3 flautas (una intercambiable con el piccolo), 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 4 cornos, 2 trompetas, 3 trombones, tuba, timbales, glockenspiel, triángulo, platillos, bombo, tam-tam, arpa y las cuerdas acostumbradas.


MÁS INFORMACIÓN




CADENA DE LETRAS