Contra los malos presagios, libro intermedio, fruto de su interesante quehacer lirico, escrito con letra de visible emotividad, sentimiento sutil y palabra soledosa, lo encamina a un programa claramente diseñado de búsqueda y profundización; declara su vocación de buzo y pretende descender con su poesía hasta los últimos estratos del ser, hasta esa zona donde ondulan las más peligrosas interrogaciones: la vida, la muerte, el ser, el amor, las palabras, el paisaje y tanta vida expuesta con ojos siempre asombrados, sorbiendo el aire puro y escuchando a lo lejos un torrente genésico de ternura.
Las cuatro estaciones que integran en presente libro, encuentran un lugar justo que se patentizan a través de esa armonía y esa soledad individual, la develación de las cosas, el amor, el hombre en función de su realidad. En cambio, la última parte que denomina Amuletos y Talismanes introduce una postura diferente, el tratamiento es directo, dotado de un contenido prosaico que didascaliza la intención de los augures, anticipa su coherencia a la estructura equilibrada y explica los signos adecuados para contrarrestar los diferentes presagios.
Es evidente que el autor, como si pretendiera valerse de proposiciones narrativas, trate de ubicarse dentro de una acción que se aprehende sin la mayor dificultad, entrelaza el ámbito físico, los personajes, lugares y cosas con los requiebros interiores del ser golpeante, sensible al tacto, a la vista; objeto y palabra forman una unidad esencial. El objeto es el signo que descubre al ser nombrado, que adquiere una presencia orgánica, una realidad insustituible; y la palabra, el eco diario y sencillo que expresa con claridad, sin recargo gramatical, un trazo despejado con grandes espacios de luz, de aire libre, donde se fijan los contornos visuales, mediante prosas premonitivas que exponen los signos y talismanes adecuados Contra los malos presagios.
Las cuatro estaciones que integran en presente libro, encuentran un lugar justo que se patentizan a través de esa armonía y esa soledad individual, la develación de las cosas, el amor, el hombre en función de su realidad. En cambio, la última parte que denomina Amuletos y Talismanes introduce una postura diferente, el tratamiento es directo, dotado de un contenido prosaico que didascaliza la intención de los augures, anticipa su coherencia a la estructura equilibrada y explica los signos adecuados para contrarrestar los diferentes presagios.
Es evidente que el autor, como si pretendiera valerse de proposiciones narrativas, trate de ubicarse dentro de una acción que se aprehende sin la mayor dificultad, entrelaza el ámbito físico, los personajes, lugares y cosas con los requiebros interiores del ser golpeante, sensible al tacto, a la vista; objeto y palabra forman una unidad esencial. El objeto es el signo que descubre al ser nombrado, que adquiere una presencia orgánica, una realidad insustituible; y la palabra, el eco diario y sencillo que expresa con claridad, sin recargo gramatical, un trazo despejado con grandes espacios de luz, de aire libre, donde se fijan los contornos visuales, mediante prosas premonitivas que exponen los signos y talismanes adecuados Contra los malos presagios.
Extracto de la Introducción
Max Neira González
Setiembre, 1995
ÍNDICE
- Introducción
- Contra los malos presagios
- Olor a pasto seco
- Lugar donde el sol no ha llegado todavía
- De rodillas ante la palabra
- Amuletos y talismanes
MÁS INFORMACIÓN
- Poeta 273: Luzgardo Medina Egoavil
- Libro: El Molle y el Sauce
- Libro: Mareas, Simas y Fosforescencias
Autor(es): Luzgardo Medina Egoavil
Editorial: Del autor
Páginas: 73
Editorial: Del autor
Páginas: 73
Tamaño: 15 x 20 cm.
Año: 1996
Año: 1996
