La defensa del Callao ante al ataque español en 1866 “más que una jornada militar, es una jornada cívica”. El Perú recuerda hoy el 157 aniversario del Combate del 2 de Mayo, la victoriosa defensa del puerto del Callao frente al ataque de la flota española en 1866 y una de cuyas figuras más importantes fue José Gálvez, entonces secretario de Guerra.
El episodio del 2 de mayo de 1866 fue el desenlace de una serie de tensiones originadas varios años antes y que incluyó el envío de una ‘expedición científica hispana’ a América (1862), un levantamiento en Lambayeque donde murió un colono español (1863) y la toma de las islas de Chincha (1864).
Esta sucesión de hechos “pronto escaló en una crisis internacional, exacerbada ante el gobierno español por el funcionario diplomático Eusebio Salazar y Mazarredo”, explica la Marina de Guerra del Perú, en su sitio en internet.
Tambores de guerra
En ese contexto, “España reforzó su escuadra con las fragatas Blanca, Berenguela y Villa de Madrid y el blindado Numancia, para entonces considerado como uno de los de mayor poder ofensivo del mundo”.
“Por su parte, el gobierno peruano, por ese entonces bajo la presidencia del general Pezet, buscó en todo momento una salida diplomática al impasse, considerando, además, que el país no contaba con los medios militares y navales para hacerle frente a una fuerza naval como la española”.
Consciente de su escaso poder naval, el Perú busco una solución pacífica y firmó el Tratado Vivanco-Pareja (enero de 1865). “Si bien es cierto que se ponía fin al impasse, ello se hacía a costa de reconocer una supuesta deuda económica con España proveniente de tiempos de la independencia”, continúa la Marina.
Diversos sectores consideraron que dicho tratado era lesivo para los intereses del Perú y se produjo un levantamiento popular. A la par, en Arequipa, el coronel Mariano Ignacio Prado se pronunció en contra del acuerdo y constituyó un gobierno de restauración nacional (1865).
Finalmente, “el Perú le declara la guerra a España el 14 de enero de 1866”. Tres meses y medio más tarde se produciría el Combate del 2 de Mayo.
La defensa del Callao
El recuento de lo sucedido el 2 de mayo de 1866 ha sido recogido por diversos historiadores. Sin embargo, uno de los relatos más detallados y uno de los análisis más minuciosos de los antecedentes y consecuencias de dicho combate lo presenta el maestro Jorge Basadre (1903-1980).
En el quinto tomo de la Historia de la República del Perú (1822-1933), Basadre dedica el capítulo ‘La dictadura y la guerra con España’ a estudiar todos los hechos que desembocaron en el combate de 1866 y la victoriosa defensa del puerto del Callao.
“El 1° de mayo, día anunciado para el bombardeo, grupos de hombres armados recorrieron las baterías cantando. Los buques mercantes ya se habían colocado fuera de la zona de combate. El dictador Mariano Ignacio Prado dirigió a los peruanos una proclama en la que dijo: ‘Nuestra causa es la causa de toda América’”, recuerda Basadre.
El heroísmo de Gálvez
El 2 de mayo, en el Callao, “José Gálvez, había escogido a la torre de La Merced como el lugar en donde debía estar durante el combate. Según contaba más tarde el general Juan Norberto Eléspuru, imberbe artillero de esa torre, al preguntársele si harían fuego antes que la escuadra atacante, Gálvez repuso: "¡No! ¡Justifiquemos nuestra causa!”, continúa el relato del historiador.
Respecto al desarrollo del combate y las naves españolas, Basadre escribe: “La Villa de Madrid fue puesta fuera de combate 20 minutos después de haber comenzado este con una granada de 300 que le abrió una enorme herida, se llevó 13 hombres, rompió el tubo de conducción e inutilizó la máquina. También recibieron averías la Berenguela y la Blanca. El almirante Méndez Núñez y el capitán del barco Resolución Carlos Valcárcel quedaron heridos”.
“En la torre de La Merced (donde combatía José Gálvez) se había hecho notar cierto desorden en el servicio de los artilleros producido por el ansia de combatir, la buena voluntad de prestar servicios en la lucha y la impericia natural en personas carentes de conocimientos del arte de la guerra”, recuerda.
“A los 55 minutos del combate, una explosión en la torre de La Merced la inutilizó y mató a veintisiete personas. Entre las víctimas estuvieron el secretario de Guerra, José Gálvez (...)”. Sin embargo, “esta catástrofe no abatió a los defensores del Callao. La lucha siguió intensamente”.
El desenlace del combate
Luego de cuatro horas de lucha, el combate ingresaba en su tramo decisivo gracias al tesón de los defensores del Callao.
“A eso de las dos de la tarde (…) abandonó el combate la Villa de Madrid y fue remolcada por la Vencedora. Poco después se retiró también la Berenguela anegada y empezando a recostarse sobre su costado de babor. A las tres de la tarde formaban la línea de batalla únicamente la Numancia, la Resolución, la Almansa y la Vencedora. La Resolución se retiró con serios desperfectos y la Almansa con agua e incendio a bordo”.
En el análisis del conflicto, Basadre asegura: “Desde el punto de vista moral, resulta evidente que ante el combate se produjo una unanimidad sin precedentes en el fervor público peruano y que su belicosidad no se enervó después, sino, al contrario, se intensificó y se preparó para una nueva lucha”.
Y añade: “En vez de hacer sufrir humillaciones o castigos, (el jefe naval español) Méndez Núñez logró, sin pretenderlo, robustecer el espíritu nacional antes del 2 de mayo, a lo largo de todo ese día y durante algún tiempo después”.
Por eso –concluye el maestro Basadre–, “después de Ayacucho (la batalla se produjo el 9 de diciembre de 1824), el 2 de mayo de 1866 es el día cumbre de la historia republicana del Perú, y más que una jornada militar, es una jornada cívica”.
Fuente: https://andina.pe
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