domingo, 18 de agosto de 2019

Poeta 491: Arequipa de Felisa Moscoso de Chavez

FELISA MOSCOSO DE CHAVEZ

Nació en Arequipa (1847-1902), integrante del Club Literario y del Ateneo de Lima en 1889, escribió poesías llenas de luz y vida: “Los poetas”, “Rimas”, “Jerusalén”, “Ella”, “Plegaria a María Inmaculada”, “Arequipa. Laboró en varios periódicos de Lima y publicó la colección de artículos Ligeros pensamientos consagrados a la mujer. Dejó inédito un trabajo sobre la poetisa ecuatoriana Dolores Veintemilla.

Fuente: http://poetasdearequipa.blogspot.com

AREQUIPA

Sobre tu verde alfombra,
Allá a las faldas del soberbio Misti,
Mi cuna se meció bajo su sombra
Y en tu noble regazo me adormiste.

Tus auras arrullaron
los sueños deliciosos de mi infancia,
Y en cadenciosos ecos modularon
tristes ecos de eterna resonancia

Cual ágil mariposa,
mi mente soñadora recorría
ese mundo ideal color de rosa
que forjaba mi ardiente fantasía.

Henchida de esperanza,
cual ave bulliciosa, remontaba
mi vuelo al porvenir que en lontananza
una hada misteriosa me mostraba.

Pero ¡ay!, ¡qué desencanto!
toque la realidad, cuánta amargura
viendo mi risa convertida en llanto
y mi aurora tan bella en noche oscura!

La copa envenenada
apuré con estoica paciencia,
porque la suerte cruel, desapiadada,
victima me eligió de su inclemencia.

Tu suelo idolatrado
lo abandoné llorando y no lo olvido;
y aunque lejos de ti, se halla grabado
en mi pecho filial agradecido.
te miro a la distancia
más grande, más hermosa, más altiva;
recuerdo tu valor que sin jactancia
ornó tu sien con el laurel y oliva.

Matrona incomparable;
que al compás de tus bélicas canciones,
vas al campo de Marte, e indomable
sostienes tus gloriosas tradiciones.

Orgullosa te ostentas,
hija del Misti, madre de valientes
porque tu noble corazón sustentas
con savia de virtudes eminentes.

Salud, noble guerrera,
cuidad de las eternas convulsiones,
Dios te bendiga en tu inmortal carrera,
y llene de ardimiento a tus campeones.

Acepta, madre mía,
el recuerdo amoroso que a lo lejos
mi lira te consagra, y te lo envia
como el sol moribundo sus reflejos.

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