miércoles, 20 de junio de 2018

Poeta 433: Fútbol de Blanca Varela


BLANCA VARELA

(Lima, Perú, 10 de agosto de 1926 - 12 de marzo de 2009), fue una poeta peruana, considerada como una de las voces poéticas más importantes del género en América Latina.

Se inició en poesía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la capital peruana, donde ingresó en 1943, para estudiar Letras y Educación. En esta universidad conoce a Sebastián Salazar Bondy, Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, y a quien sería su futuro esposo, el pintor Fernando de Szyszlo, con quien tuvo dos hijos. A partir de 1947, empezó a colaborar en la revista Las Moradas que dirigía Westphalen; En 1949 llegó a París, donde entrará en contacto con la vida artística y literaria del momento, guiada por Octavio Paz, una figura determinante en su carrera literaria, que la vinculó con el círculo de intelectuales latinoamericanos y españoles radicados en Francia.

De esta etapa data su amistad con Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Henri Michaux, Alberto Giacometti, Léger, Tamayo y Carlos Martínez Rivas, entre otros. Después de su larga temporada en París, Varela vivió en Florencia y luego en Washington, ciudades donde se dedicó a hacer traducciones y eventuales trabajos periodísticos. En 1962, regresa a Lima para establecerse definitivamente y cuando viaja suele hacerlo principalmente a los Estados Unidos, España y Francia.

El hecho que algunas de sus obras hayan sido traducidas al alemán, francés, inglés, italiano, portugués y ruso implica un reconocimiento a su obra fuera de las fronteras de su país natal. A diferencia de otros escritores, Blanca Varela no acostumbraba a dar entrevistas y sus apariciones en público son más bien escasas y discretas. Ha sido condecorada con la Medalla de Honor por el Instituto Nacional de Cultura del Perú. Murió el 12 de marzo de 2009 en Lima, a la edad de 82 años.

FÚTBOL

juega con la tierra
como con una pelota

báilala
estréllala
reviéntala

no es sino eso la tierra
tú en el jardín
mi guardavalla mi espantapájaros
mi atila mi niño

la tierra entre tus pies
gira como nunca
prodigiosamente bella

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