martes, 12 de junio de 2018

Letra 295: Concierto para piano y orquesta N° 2 en Fa Mayor, Op. 102 de Dimitri Shostakovitch


DMITRI SHOSTAKÓVICH

Dmitri Dmítrievich Shostakóvich (en ruso: Дмитрий Дмитриевич Шостакович, romanización: Dmitrij Dmitrievič Šostakovič) ( pronunciación (?·i); San Petersburgo, 25 de septiembre de 1906-Moscú, 9 de agosto de 1975) fue un compositor ruso, considerado por muchos como uno de los compositores más importantes del siglo XX. Shostakóvich vivió durante el período soviético y se hizo famoso en los años iniciales de la Unión Soviética, con obras como la Sinfonía N.º 1 o la ópera La nariz, que combinaban con gran originalidad la tradición rusa y las corrientes modernistas procedentes de occidente. Posteriormente, la música de Shostakovich fue unas veces denunciada como decadente y reaccionaria y otras veces alabada como representativa del nuevo arte socialista por el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). En público Shostakóvich siempre se mostró leal con el sistema soviético, ocupó responsabilidades importantes en las instituciones artísticas, aceptó pertenecer al PCUS en 1960 y llegó a ser miembro del Soviet Supremo de la URSS. Su actitud frente al gobierno y el Estado soviético ha sido objeto de agrias polémicas y se ha discutido enconadamente si Shostakóvich fue o no un disidente clandestino frente a la URSS.
 
Tras un período inicial en el que parecen primar las influencias de Prokófiev, Igor Stravinsky y Paul Hindemith, Shostakovich desarrolló un estilo híbrido del que es representativa su ópera Lady Macbeth de Mtsensk (1934). Posteriormente derivó hacia un estilo posromántico, donde destaca la Sinfonía No. 5 (1937), y en el que la influencia de Mahler se combina con la tradición musical rusa, con Músorgski y Stravinsky como referentes importantes. Shostakóvich integró todas esas influencias creando un estilo muy personal. La música de Shostakóvich suele incluir contrastes agudos y elementos grotescos, con un componente rítmico muy destacado. En su obra orquestal destacan quince sinfonías y seis conciertos; en su música de cámara cabe mencionar especialmente sus quince cuartetos para cuerdas; también compuso varias óperas, así como música de cine y ballet.

CONCIERTO PARA PIANO Y ORQUESTA N° 2 EN FA MAYOR, OP. 102

Veinticuatro años separan el Primer Concierto del Concierto para piano nº 2, op.102; en los años precedentes a la muerte de Stalin el músico nos ha dejado una dramática y virtuosística Sonata nº 2 y sus 24 Preludios y Fugas, introspección en el mundo bachiano. En 1956, el año que simboliza el discretísimo comienzo del “deshielo” artístico en la URSS, Shostakovich cumple cincuenta años. Al año siguiente nos regala su Segundo Concierto; escrito para su hijo Maxim como regalo de cumpleaños, éste lo estrenó el 10 de mayo de 1957, el día en que cumplía diecinueve años, en el conservatorio de Moscú, en la primera actuación relevante del joven pianista, que luego centraría su carrera en la dirección de orquesta. Shostakovich escribe a Denissov, amigo por entonces, expresándose con ironía: «Todos los días hay tormentas, a veces muy fuertes. La lluvia cae en el tejado y los rayos cruzan el cielo. Truena, pero día a día prosigo mi “labor creadora”». Otra vez el conflicto se nos presenta aquí en forma de contraste: los dos Allegros son joviales, enérgicos, de carácter juguetón e idénticos mundos sonoros; desde el inicio del primero el guiño es evidente, abriendo paso a una orquestación formulada con maestría técnica y ritmo arriesgado, y un pianismo que recuerda a Prokofiev y resulta espectacular en la cadencia; la misma alegría e intención lúdica transmite el segundo, de brillante escritura y nervio preciso.Frente a ellos, el Andante central, de desolada hondura, de llanto callado, de aceptación sombría, transparente, de romanticismo finamente trazado y lleno de inspiración; tanta melancolía, tanta nostalgia, tan sutil…





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