viernes, 2 de mayo de 2025

Libro: La Universidad Nacional de Arequipa. Historia de la Universidad Nacional de San Agustín 1828-1928

 

 

Los estudiosos de la historia de los orígenes de las universidades y en especial del término universidad, concuerdan en atribuir la creación de la palabra universitas, al político, filósofo, escritor y orador romano Cicerón. Inicialmente el término connotaba totalidad, luego fue idealizado como la comunidad de maestros y alumnos, y como la institución que albergaba todo el conocimiento. Las universidades en Europa, se originaron por la influencia de intelectuales desde siglo XII, tomando como base a la filosofía y teología; y, al estar vinculadas al poder eclesiástico, no hubo un desarrollo homogéneo en la vida académica. Las primeras universidades del viejo continente, paulatinamente definieron los estudios que ofrecían a los alumnos como la de Bolonia (1088) en Derecho, la de Oxford (1096) en Matemáticas, Física y Astronomía, la de París (c.1150) en Teología y Filosofía, y la de Montpellier (1289) en Medicina1. Posteriormente, se propagarían las fundaciones de numerosas universidades, que superaron una centena en el siglo quince. Fue en el siglo diecinueve, cuando las universidades paulatinamente desarrollaron una identidad más moderna en sus carreras, cátedras e investigaciones en diferentes áreas del conocimiento. 

Para el continente americano, la fundación de universidades se remonta al proceso de colonización, el 28 de octubre de 1538 fue creada la Real y Pontificia Universidad de México Conventual de la Orden de los Predicadores en Santo Domingo, en la isla llamada La Española hoy República Dominicana, y para el virreinato peruano el 12 de mayo de 1551 se fundó la Real y Pontificia Universidad de la Ciudad de los Reyes de Lima, el 2 de enero de 1553 se inauguraron sus cátedras a cargo de religiosos dominicos y en 1571 el virrey Francisco de Toledo le otorgó el título advocado a San Marcos2. Posteriormente, en el siglo diecisiete fue fundada en 1677 la Universidad de San Cristóbal de Huamanga3 en la ciudad de Ayacucho, en 1692 la Universidad de San Antonio Abad, en Cusco4, y también la Universidad de San Ignacio, extinguida por la expulsión de jesuitas en 1767. Fue la Universidad Nacional de Trujillo, la primera en ser fundada en la época republicana, data de 1824 por disposición del Libertador Simón Bolívar e iniciativa de José Faustino Sánchez Carrión. En la ciudad, se fundó el 11 de noviembre de 1828 la Universidad del Gran Padre San Agustín del Departamento de Arequipa, en los claustros de la orden agustina.

Para la investigación histórica institucional, es fundamental consultar la documentación generada como la recibida, ya que dicha fuente primaria retrata el quehacer institucional desde su fundación hasta la actualidad. Las fuentes impresas también son valiosas, aunque a veces hay muy poca información, en ella se ha podido encontrar las convocatorias a los exámenes publicados en la prensa arequipeña y son pocas las noticias del desarrollo de la vida universitaria, durante el primer centenario. El primer estudio sobre la historia de la universidad, se remonta a 1910, fue una tesis presentada por el bachiller Carlos J. Braggi, para optar el grado de doctor en Jurisprudencia, fue aprobado y posteriormente dicha tesis fue publicada por la Tipografía Zapata, que funcionaba en la calle Bolognesi N°98. La tesis, estaba redactada en cinco partes, en las que hace un repaso de los intentos fallidos de fundación de una universidad de carácter religioso, alude a la Academia Lauretana de Ciencias y Artes y su relación con la universidad a partir de los catedráticos que impartían clases en ambas instituciones; así mismo, describe los aportes de la institución a la colectividad arequipeña y del sur peruano, y finaliza indicando: “Arequipa, tierra de celebración propia, debe conservar su universidad para depurar su ambiente intelectual, formar juventud llena de vigor y renovar la vida en todas sus manifestaciones. Las universidades, más que hombres, deben formar pueblos”. 

Transcurrirían tres décadas y el religioso doctor Santiago Martínez, publicó en julio de 1940 su obra titulada: “Rectores de la Universidad del Gran Padre San Agustín.1828-1940”, impresa en la Tipografía Acosta ubicada en la calle Mercaderes N°20. El autor indicaba en el prólogo, su interés de sacar del olvido a los rectores de la universidad y desarrolla una pequeña biografía de cada autoridad, fechas de gestión, algunos datos familiares de hijos o descendencia y menciona cargos ejercidos en otras instituciones. Catorce años después, el fraile mercedario Víctor M. Barriga, docente de la universidad, realizó una compilación documental en la sección manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid y la Biblioteca Nacional del Perú, siendo publicada en 1954 en Arequipa por la Editorial Universitaria, con el título: “Documentos para la historia de la Universidad de Arequipa. 1765-1828”, la gran mayoría de documentos son los relativos a los intentos fallidos de fundar una universidad, por las órdenes religiosas.

A la fecha, no existe una investigación histórica en libro o artículo científico, que analice el origen y trayectoria académica de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), y tampoco la gestión de sus rectores en la vida universitaria, este vacío historiográfico despertó mi interés en estudiar a la universidad en su dimensión institucional. Para ello, el presente volumen tiene como arco temporal cronológico desde la fundación de la institución en 1828, hasta la conmemoración de su primer centenario. Se inicia, con un panorama de la educación masculina y femenina desde el siglo dieciséis hasta el siglo diecinueve, el segundo capítulo muestra las Constituciones y Reglamentos de gobierno, hoy llamados Estatutos, para poder determinar la organización académica y administrativa del plantel y así mostrar las facultades primigenias y las que se fueron creando o desaparecieron como ocurrió con Sagrada Teología. El tercer capítulo, analiza la gestión de cada rector, se destaca que algunos fueron elegidos varias oportunidades, designados o ratificados por su brillante gestión, en beneficio de los estudiantes y la institución. El siguiente apartado, estudia a la facultad de Sagrada Teología, su origen, trayectoria y graduados, haciéndose mención de los títulos de los temas tratados en las tesis. El quinto capítulo, reseña las actividades desarrolladas por la universidad, al rememorar el primer centenario de la independencia de la patria y similar conmemoración por cumplir un siglo formandoy graduando profesionales.

Como hipótesis de trabajo, se ha planteado que, investigando, reflexionando y difundiendo la historia de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), entre los docentes, estudiantes y administrativos de la institución, así como en la colectividad arequipeña, nacional e internacional, se logrará un trascendental reconocimiento académico a la institución por el aporte constante de profesionales y diversos conocimientos, que reflejan el grado de avance en las distintas profesiones; adicionalmente, se consolidará la identidad universitaria, al tomar conocimiento del importante rol de la institución en la historia de Arequipa y del Perú. 

El proceso metodológico de ubicar y estudiar fuentes inéditas primarias y luego reflexionar sobre ellas, para obtener unos resultados que muestran la valiosa trayectoria universitaria de la institución, así como la de sus profesores, alumnos y aportes científicos en distintos campos del conocimiento, en algunos casos no se ha podido conseguir más datos, ya que no existen los libros y manuscritos administrativos, que nos muestren las incidencias en determinados años. Esta pérdida documental, nos enseña cuan valioso es tener bien organizado un archivo histórico, intermedio y contemporáneo en la administración central, las facultades, escuelas profesionales, departamentos académicos y diversas oficinas de producción, para que más adelante se pueda complementar la historia de nuestra alma mater. 

Han transcurrido varios años, desde que inicié mi labor de registro de fuentes en un cuaderno, con fechas, acontecimientos, nombres y folios en los cuales encontré que se habían copiado a mano los dispositivos legales que dispuso el Libertador Simón Bolívar, estableciendo la creación y funcionamiento de una universidad en Arequipa, en la primera acta se indica: +“para que las juventudes de esa época puedan complementar sus estudios y servir al Perú, que nacía como una república”. La valiosa documentación consultada, estaba integrada por los libros de actas de Consejo Universitario y Secretaría General, en ambas series faltaban algunos volúmenes y páginas que han generado un vacío de información, por lo que esos años quedan en el olvido mientras no aparezcan las correspondientes fuentes.

Es notoria la trayectoria de nuestra alma mater en el siglo diecinueve y veinte, ya que es la institución donde se formaron los intelectuales en diversas disciplinas que descollaron no sólo en Arequipa, sino a nivel nacional e internacional, poniendo muy en alto el nombre de nuestra querida institución. Mi interés en ofrecer el presente libro, a la comunidad agustina docente, estudiantes y administrativos, así como a la sociedad arequipeña, peruana e internacional, es dar a conocer el origen y trayectoria de la institución a lo largo de su primer siglo de vida académica. Considero que mi labor como historiador, es aportar conocimientos a la sociedad para que tome conciencia de los sucesos del pasado y no vuelva a cometer los errores en el futuro. 

El presente volumen, es el inicio de una serie de tomos que estudiarán a la institución en distintos tiempos históricos y coyunturas, objetivo que en los próximos años concluiré antes del bicentenario de la institución y así poder ofrecer una historia más completa y orgánica de la universidad más significativa de la región, la Universidad de Arequipa, la Universidad Nacional de San Agustín. El presente volumen, está dedicado a la memoria de todos aquellos docentes y alumnos agustinos, que durante un siglo se instruyeron, formaron y aportaron a la colectividad regional y nacional, con sus conocimientos impartidos en las cátedras y libros; así mismo, al personal administrativo, sin el cual no hubiera podido funcionar a cabalidad la institución. Mención especial, a mis padres Alejandro Málaga Medina y Gabriela Núñez Zeballos Vargas, ambos formados y egresados de la histórica Universidad Nacional de San Agustín, y a mi querido hijo Ignacio Málaga San Román.

Indotroducción del libro por Dr. Alejandro Málaga Núñez Zeballos. Docente – Investigador RENACYT. Universidad Nacional de San Agustín. Arequipa - Perú.


El siglo XIX significó un intenso período de cambios y transformaciones de las estructuras políticas, sociales, y económicas de los estados nacionales de América Latina. Es en este contexto, que en Arequipa se fundó en 1828 la Universidad Nacional de San Agustín, expresión de un nuevo período histórico en la naciente República del Perú.

Historia de la Universidad Nacional de San Agustín (1828 – 1928), de Alejandro Málaga Núñez Zeballos, significa una importante contribución. Se trata de un minucioso estudio e investigación de archivos y documentos que abarcan desde la fundación de la Universidad Nacional de San Agustín, la promulgación de varias constituciones, los rectores a lo largo de 100 años, celebraciones de grados, elecciones de autoridades, el silabos de los cursos, la lista de los graduados que lograron el bachillerato y el doctorado.

Relato de un siglo de historia, con un enfoque pedagógico, cultural, académico, que permite conocer aspectos históricos, sociales, culturales, económicos, académicos y administrativos, de los diferentes períodos con una perspectiva local y nacional.

La Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, una de las universidades más antiguas y prestigiosas del Perú, fue fundada el 11 de noviembre de 1828 por el libertador Simón Bolívar y el general Antonio Gutiérrez de la Fuente con el objetivo de impulsar la educación en la naciente República a través de una institución superior. Contó al inicio con cuatro Facultades: Teología, Jurisprudencia, Medicina, y Filosofía.

El primer capítulo del libro: La educación en Arequipa colonial, nos permite conocer los primeros colegios dirigidos por las ordenes religiosas de los Jesuitas, y posteriormente por la Orden de Santo Domingo. Así como la fundación del Seminario Conciliar de San Jerónimo en 1622.

En un intenso período marcado por el proceso de independencia, y después de varias iniciativas y gestiones se creó el Real Colegio de las Educandas en 1813, que continuó funcionando hasta 1840. El 10 de diciembre de 1821 se fundó en el templo de los jesuitas, la Academia Lauretana de Ciencias y Artes. Se trata de la primera institución cultural fundada en Arequipa y la primera laica. Mientras que la Escuela Lancasteriana se instaló en 1830 bajo la dirección de Juana Loigorri en la casa del Colegio de la Independencia.

Entonces ya existían otras universidades en el Perú. El 12 de Mayo de 1551 se fundó en Lima la Universidad de San Marcos; en 1677 en Ayacucho la Universidad San Cristóbal de Huamanga que recién operó en 1784; y en 1692 la Universidad San Antonio de Abad del Cusco.

El segundo capítulo del libro: Origen y Gobierno de la Universidad, comprende el proceso de fundación con el nombre de Universidad del Gran Padre San Agustín, desde la gestión realizada por los frailes de la orden dominica ante el rey Felipe V, en 1714, hasta que el Libertador Simón Bolívar firmó en Puno el 6 de agosto de 1825, un documento diririgo al general Antonio Gutiérrez de la Fuente, en el que disponía la fundación de una universidad en la ciudad de Arequipa, la misma que fue instalada el 11 de noviembre de 1828.

El estudio de las seis constituciones que se sucedieron a lo largo de varias décadas: 1835, 1862, 1876, 1883, 1903, y 1906, permite constatar la misión de la Universidad Nacional de San Agustín, formar profesionales con capacidad intelectual, académica, de investigación e innovación.

La primera Constitución de 1835, organizó las funciones del rector, vicerrector, secretario, tesorero. Así como las elecciones, asistencia a las cátedras, sesiones, imposición de grados. Proceso en el que están presentes los valores y la ética: “En la universidad a nadie se le pedirá documentos de legitimidad, ni de pobreza, para grados y oposiciones no se hará distinción de natural o extranjero; se atenderá sólo
a las aptitudes, honradez y buenas costumbres”. 

Tres décadas después, en 1862, se aprobo una nueva Constitución que definió el objetivo de la Universidad: el estudio y la enseñanza de las ciencias y de la literatura. En este período se incorporaron las Facultades de Letras, y Ciencias Naturales. Entonces la Universidad contaba con cinco Facultades: Sagrada Teología, Jurisprudencia, Medicina y Cirugia, Filosofía y Literatura, Matemáticas y Ciencias Naturales, con la misión de formar profesionales con principios éticos, y “valores como: Respeto, Probidad, Eficiencia, Idoneidad, Veracidad, Lealtad y Obediencia, Justicia y Equidad, Lealtad al Estado de Derecho”.

Una década después, en 1874, siendo rector el Deán Juan Gualberto Valdivia Cornejo, se impartió el curso de Historia Eclesiástica a cargo del catedrático Valeriano F. Reyes. En 1876, se procedió a modernizar la Constitución conformándose tres comisiones de programas: Filosofía, Historia y Literatura, Jurisprudencia, Matemáticas, Ciencias Físicas y Naturales, con las atribuciones para “examinar los programas que presentaban los catedráticos y proponer al Concejo Universitario las modificaciones que a su juicio deban hacerse en ellos y supervisar que los programas de los exámenes estén bien desarrollados”.

También están detallados en el libro, el Reglamento de 1883, que atribuía a la comisión de matrícula examinar las solicitudes de los candidatos y expedir sus informes denegando o concediendo el acceso a la universidad. Contiene las obligaciones de los alumnos, entre las que figuran: concurrir con puntualidad a las clases, observar buena conducta, abstenerse de causar deterioro en muebles, útiles de enseñanza y en edificio de la universidad. Así como indemnizar los daños que causaran. En el libro también se analizan los Reglamentos, de 1883, 1903, y 1906, así como el Plan de Estudios, y los ejercicios académicos. 

El tercer capítulo se refiere a los rectores entre 1828 y 1928. Desde la designación del primer rector se suceden veinticuatro durante cien años: José Fernández Dávila, Fernando Arce y Fierro, Manuel Gregorio de Rivero y Bezoain, Santiago Ophelan y Recabarren, Rafael Evaristo Barriga, Pedro José Gamio y Masías, Manuel Ezequiel Rey de Castro y Arce , Manuel Toribio Ureta, Manuel Mariano Arredondo y Barreda, José Hermógenes Cornejo y Moscoso, Evaristo Vargas, José Luis Gamio y Gutiérrez, Juan Gualberto Valdivia Cornejo, Manuel María Pérez y Araníbar, Nicanor Porcel, Mariano Ambrosio Cateriano, Carlos R. Polar Vargas, Jorge Polar Vargas, Luciano Bedoya, Antonio Belisario Calle, Víctor N. Morales, Jesús García Maldonado, José Mariano Bustamante y Rada, Edmundo Escomel.

La importancia de este capítulo reside en la posibilidad de conocer a quienes dirigieron la Universidad Nacional de San Agustín durante cien años, sus lineas de vida, su curricula académica, los cambios que realizaron, los problemas y desafíos que tuvieron que afrontar en el período que les toco dirigir la Universidad. La creacion de institutos: Artes Industriales, Arte Reproductiva, Artes Textiles. También figura la relación de alumnos que se graduaron en este período.

El capítulo final está orientado a la celebración del centenario de la fundación de la Universidad Nacional de San Agustín, cuando el Perú atravesaba una etapa calificada por Jorge Basadre, como el Oncenio de Leguía. En Arequipa se preparó un importante programa que se inició el 25 de julio de 1924 con una actuación literaria musical a cargo del Liceo Arequipa; y se interpretó una canción patriótica titulada “La Revancha”, escrita por Juan C. Rossel y la música de Benigno Ballón Farfán.

En su primer Centenario, la Universidad estaba integrada por cuatro facultades, Jurisprudencia con 107 alumnos matriculados, Ciencias Políticas y Económicas con 16 alumnos, Filosofía, Historia y Letras con 43 alumnos y Ciencias Físicas y Naturales con 53 alumnos, conformando un total de 219 universitarios.

Los capítulos que comprende el libro, a los que nos hemos referido, permiten vislumbrar el objetivo de la investigación realizada por Alejandro Málaga, conocer la historia de la Universidad Nacional de San Agustín, vinculada a la historia de Arequipa republicana, y a la historia del Perú.

Al documentar los orígenes, evolución y logros de la Universidad, expresa el reconocimiento a personas que desempeñaron roles decisivos en su desarrollo, a la par que refleja la identidad y valores de la misión de la universidad. Todo lo cual fortalece la construcción de identidad y el sentido de pertenencia a la comunidad universitaria.

En esa perspectiva, Historia de la Universidad Nacional de San Agustín (1828 – 1928), es una herramienta educativa al ofrecer información para la investigación académica sobre la historia, el contexto social, cultural y académico en el que se desarrolló la Universidad. Su legado y contribuciones. Todo lo cual contribuye al fortalecimiento de su identidad.

Prólogo del libro por Sara Beatriz Guardia.


ALEJANDRO MÁLAGA NÚÑEZ ZEBALLOS

Historiador, docente-investigador de la Escuela Profesional de Historia, Facultad de Ciencias Históricos Sociales de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa, Perú, además ha desempeñado el cargo de director de carrera. Forma parte del claustro académico de la Universidad de Taracapá, Chile. Investigador del Observatorio Turístico del Perú de la Universidad San Martín de Porres, Lima. Especialista en temas de la historia de Arequipa colonial y republicana, sus líneas de investigación son: instituciones indianas, las obras de los Cronistas de Indias y el aporte de los Viajeros del Perú del siglo XIX, la vida religiosa colonial femenina, el desarrollo y aporte de la prensa arequipeña decimonónica, y la historia del vino y pisco en los valles arequipeños.

 

MÁS INFORMACIÓN

 

Autor(es): Alejandro Málaga Núñez Zeballos

Editorial: UNSA

Páginas: 310

Tamaño: 21 x 22.5 cm.

Año: 2025