miércoles, 24 de enero de 2024

Libro: La fosa común olvidada de la batalla de San Juan. El último tesoro histórico de la Defensa de Lima

 

 

El 13 de enero de 1889 se realizó la primera romería pública y masiva al campo de batalla de San Juan, con el objetivo de rendir homenaje a los combatientes peruanos caídos en la lucha por la Defensa de Lima. Construyéndose para el efecto una fosa común, que reunió los restos humanos de más de doscientos combatientes que se encontraban dispersos en el entorno, bajo la promesa de que se trataba de un entierro provisional, pues próximamente se construiría un mausoleo. Sin embargo, poco tiempo después, los restos y la fosa fueron olvidados. Este presente trabajo de investigación trata sobre ese episodio ingrato de la historia peruana. Se señala, asimismo dónde se encuentra actualmente el lugar. 

 

CONTENIDO

  • Introducción
  • Panorama del campo de batalla de San Juan tras la guerra
  • Las celebraciones fúnebres en Lima tras la guerra
  • Ceremonia fúnebre de los bomberos mártire de Chorrillos (1887)
  • Ceremonia de traslado de los restos del Batallón Guardia Chalaca (1888)
  • Ceremonia en el campo de batalla de San Juan (1889)
  • Ceremonia fúnebre de entrega de los restos de Grau y otros héroes (1890)
  • La construcción del Osario de Miraflores (1891)
  • La Cripta de los Héroes en el Cementerio Presbítero Maestro (1908)
  • El monumento al soldado desconocido del Morro Solar (1922)
  • La celebración fúnebre en el campo de batalla de San Juan de 1889
  • El olvidado traslado al Osario de Miraflores en 1891
  • La ubicación actual de la fosa común olvidada de 1889
  • La primera búsqueda e identifiación de restos por los familiares
  • Los restos encontrados en la ceremonia fúnebre de 1899
  • Los últimos descubrimientos de restos en San Juan
  • Los restos de los combatientes de San Juan en la Cripta de los Héroes
  • Epílogo
  • Referencias bibliográficas
  • Anexos: Notas periodísticas de la ceremonia fúnebre y fosa común de 1899

 

La memoria nunca es venganza

“Chipana relata que familiares de los combatientes visitaban el lugar en busca, si no de osamentas, al menos de pedazos del uniforme, una carta o un botón”.

Circula en una edición virtualmente clandestina de 500 ejemplares, el libro titulado La fosa común olvidada de la batalla de San Juan, del historiador sanmarquino Jhonny Chipana Rivas. Se refiere al episodio bélico del 13 de enero de 1881, que protagonizaron las improvisadas fuerzas de defensa de Lima y las organizadas tropas invasoras chilenas, cuyo objetivo era someter la capital y cancelar la posibilidad de que los peruanos activaran una contraofensiva para recuperar el territorio capturado.

Considerada una de las batallas más sangrientas del continente, se estima que perdieron la vida alrededor de 10.000 nacionales, en tanto que los chilenos registraron 1.300 bajas. Pese al enorme y doloroso número de fallecidos, que incluye no solo a efectivos militares, sino también a vecinos de la capital que se sumaron a la defensa, muchos cuerpos quedaron dispersos e insepultos. No existe un recuento oficial de los caídos ni un lugar en el campo de batalla donde se rinda tributo a las víctimas con sus respectivos nombres y apellidos. Chipana relata una historia de olvido y de ingratitud que dice mucho sobre el carácter de los peruanos.

Ocho años después de la batalla, el 13 de enero de 1889, las autoridades organizaron un homenaje, se abrió una fosa u osario donde se reunieron 200 cuerpos, y se anunció la edificación de un mausoleo. Como señala Jhonny Chipana, la promesa jamás se cumplió, y con el transcurso del tiempo se perdió la ubicación de la fosa en el cerro San Juan, conocido en la actualidad como Viva el Perú.

La buena noticia es que existe la posibilidad de subsanar la ingratitud con los compatriotas que ofrecieron la vida defendiendo la integridad y el honor nacional. En particular de los soldados de origen andino, a quienes falsamente se les atribuye la derrota. Luego de investigar en archivos documentales y periodísticos, de visitar el lugar en varias oportunidades, y de cotejar diversas fuentes, el historiador Chipana ha encontrado la ubicación de lo que sería el osario que se abrió en 1889, en el cerro San Juan. Para verificarlo, se requiere de labores arqueológicas.

Chipana relata que familiares de los combatientes visitaban el lugar en busca, si no de osamentas, al menos de pedazos del uniforme, alguna carta que lo identificara o un botón con las iniciales del muerto. Como el caso de la madre del cabo de 16 años, Isaías Clivio Roca de Vergallo. “Mutilado, sin duda, después de muerto, le fue imposible a la desconsolada madre hallar el querido cuerpo del amado hijo de sus entrañas. El cadáver de Isaías Clivio no existía”, publicó El Nacional, el 12 de enero de 1889.

La tarea de encontrar la fosa “no debería estar inspirada en términos belicistas (…) ni con signos de revancha u odio”, señala Chipana. Es cierto, la memoria nunca es venganza. Es gratitud.

Fuente: https://larepublica.pe

Por: Ángel Páez

 

JHONNY CHIPANA RIVAS

Estudió en Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Autor de los libros: "Breve historia del distrito de Lurín" (2005) "Puente de Lurín. Historia del primer puente colgante de metal del Perú (1951-1929)" (2007) "Libro de Oro. San Martín de Porres. Historia del distrito" (2013) "Agricultura & mineria en una zona ecológica de Lima. Las lomas de Atocongo 1912-1942" (2013) "San Martín de Porres, historia municipal 1950-2014" (2014) "Tragedia en Lurín. El fenómeno El Niño de 1891 y dos cartas desesperadas" (2015. Ganador del Concurso Nacional de Proyectos para el Apoyo a la Producción Editorial Peruana - 2022 del Ministerio de Cultura. Colabora actualmente con artículos académicos revistas indexadas como Arqueología y Sociedad del Museo de Arqueología y Antropología de UNMSM y la Revista del ISHRA de la UNMSM.

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MÁS INFORMACIÓN

 

Autor(es): Jhonny Chipana Rivas

Editorial: Instituto Ichsma

Páginas: 159

Tamaño: 14,5 x 21 cm.

Año: 2023