lunes, 30 de agosto de 2021

Poeta 592: Cartografía de Ana Santos

ANA SANTOS

(Porto Alegre – Brasil, 1984). Poeta y narradora. Periodista, magíster y candidata a doctora en Estudios Literarios por la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (Brasil). Se desempeña en dicha universidad como correctora de textos. Ha obtenido la Beca Funarte de Creación Artística, el Premio Governo de Minas Gerais de Literatura y el Premio Minuano. Ha publicado en poesía Móbile (2017) y Fabulário (2019); y en cuento O que faltava ao peixe (2011).

 

CARTOGRAFÍA

I – A la línea del Ecuador

Con tijeras de hierro,
fue cortado
el tejido de la Tierra.
Cumples
la ley de las agujas
en un silencio rotundo.
Tu trabajo es coser.

Buscamos tus
carretes de viento
en las mercerías del mundo.
Eres matriz de las cosas
zurcidas: tu remate
dispensa hilvanados.

II – Rosa de los vientos
 
Divergen
puntas y pétalos.
Alta mar:
la rosa de los rumbos
nos desorienta
con su cara de estrella.

III – Mapamundi

El planeta se desmiembra
en rompecabezas
infantil —
es necesario armarlo,
rescatar las piezas
perdidas.

En papel y tinta
el mundo es más vasto,
sus seres
más prescindibles.
 
Aquí
o en la China,
las líneas del mapa
contornan vacíos.

IV – Longitud
 
La vida entera
es casi nada.
No veré
las auroras en los polos,
las noches lucientes
en los desiertos.

Pero puedo acostarme
en el campo, al sereno,
soñar con bosques,
recordar los picos
de las montañas:
la travesía
que hago hasta mí.

V – El reino mineral

Quiero la paz de los minerales:
pétrea,
metálica,
sin el menor
sobresalto.

Pero no contaré
la historia de las rocas,
como no se mide
la solidez del tiempo.

Y sé de las centellas
en las forjas,
del cardenillo oculto
en todo lo que brilla.

Quiero el sueño perenne
de la tierra:
más que humus,
la fría
carne de un cristal.

VI – Al Atlántico

Tu aguada añil
inunda el globo.
¿Cómo suponer
la tristeza calcárea,
el país de ahogados?
Fosforece en el fondo
tu prole horrenda.
Todo germina
en tu suelo de sal.

VII – Agua dulce

Hendiduras hechas
a lámina,
los ríos piden paso.

En las ciudades lluviosas,
ellos salen de sí:
los bolsillos de los niños
se llenan de pequeños peces.

VIII – Dinámica
 
Nada nuevo
bajo el sol.
La Tierra se cansa de su giro,
como la piedra
rodada por Sísifo.

Hay un dios que danza,
soplando alisios, monzones,
ardiendo en lava,
temblando en sismos.
Él no para
por mí.


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