miércoles, 28 de julio de 2021

Libro: Domingo. La máquina sin tiempo

 

 

Como pasajero del mundo soy viajante ligero y descuidado, me mantengo siempre en movimiento y por eso estoy atento a lo que pasa a mi costado, y es que las historias no conocen de escenarios y la inspiración puede coincidir contigo en el lugar menos pensado y sin distinguir los horarios, solo basta motivar a los actores y escuchar todo callado, ellos romperán el silencio con sus despedidas, como cuando parte el padre alejándose a una mina para acercar a tu vida lo necesario y el hijo se pregunta: ¿Por qué?¿Por qué es tan importante lo bancario?, o cuando es la madre la que se aleja por no perder el trabajo y eso te deja en el corazón como tatuado algún tajo y es que esos cuestionamientos enmudecen aquella vitrina que es la última imagen que se graba en la retina, que por fuera humedece la lluvia y por dentro sus sentimientos, sonrío de compasión a las futuras viudas e intento sacar una sonrisa a los ahora huérfanos, comparto algo de aliento con los amantes nuevos y enrumbado en este viaje hecho un vistazo previo y convenientemente miope al paisaje, recuerdo un poco de por qué adelanté mi paradero y que si a mí nadie me despide es porque así lo prefiero, ya que aunque me cueste alisar el ceño que fruncido fingió extrañeza en aquella terminal, por faltarme un pañuelo de mujer que ondee al viento y me escuche en sus labios nombrar, no tardo en recordar que siempre preferí anticiparme a las despedidas con el error intencional, con la falta desmedida que las ayude a olvidar, pues no comulgo con el estribillo de que: "solo se odia lo querido", en mi experiencia en temas de a dos, más pudo su orgullo al confesar que no solo me perdona, sino que hasta lo olvidó entre lo normal o todo gracias a una ayuda profesional o de Dios y es que aunque siempre hayan más flores que jardineros, un solo jardinero experto puede encargarse del cuidado de un jardín entero y una sola flor es para cualquiera suficiente primavera.

He decidido convencido apartarme de lo íntimo y de la espera, del tedio de las promesas, de la mentira del amor sin barreras, pues siempre solo regresa el viento y nunca trae consigo al otrora actor principal y la dueña de la historia, que no es la loca de San Blas, tiene hilos por memoria y muchas más ganas de amar, entonces nadie espera por nadie, solo esperan tener la razón, siendo ese el desenlace pero el nudo es la cuestión, ese panorama deja más que unas historias por contar, es la forma particular de verlas y la emoción que singularmente me producen al narrar, cuando pienso si es posible contagiar a los demás con la forma en que las siento y me seducen, pero si este tren en movimiento que es el mundo en que vivimos, albergara a muchos tantos como yo, las opciones se reducen y la emoción de la existencia pasaría a un plano mayor y sería incómodo afirmar, que cada detalle es atendido y no hay espacio para optar por lo casual ni encontrar lo trascendente de lo inadvertido.

Por eso, consciente de no develarme, observo todo a mi alrededor, mientras parezco ocuparme en algo tan mundano como una conversación, imagino los sueños de cada uno, sus problemas, sus alegrías, los domino haciéndolos hablar, por lo menos lo que yo diría, y no hay lugar ni momento donde me deje de preguntar ¿y qué pasaría o hacia dónde correría?, desde una remecida del piso hasta un ataque suicida de un terrorista barbado que se siente en la próxima fila, a cada instante voy pensando, maquinando, imaginando, que cuando finalmente alguien en verdad me nombra, estoy tan distraído que me asombra, cómo puede ser tan grande la decepción de esperar un gran guion de alguno de aquellos personajes de ficción, al cobrar vida con un parlamento que esperaba sea trascendental, pero son esclavos de lo sencillo, y lo único que en verdad querían era la hora o fuego para su cigarrillo. 

Me presento y digo

Extracto del Prólogo 

Javier Vásquez Nájar

 

Javier Vásquez Nájar ofrece un recorrido a través de cuentos cortos, las vivencias de su niñez y juventud en un pequeño pueblo de Arequipa. Con sus rimas y prosas, nos adentra, de manera muy particular, en un mundo lleno de nostalgia y recuerdos, que lo transporta en su imaginación, dándole calor y color a cada relato de su colección, ofreciendo al lector deleitarse con algunos poemas cargados de emoción, donde ser poeta es un don maravilloso en esta inocente y peligrosa profesión

 

CONTENIDO 

  • Prólogo
  • Mamá se siente, luego se dice
  • Donde anidó mi corazón
  • Parábolas de la abuela
  • El caballero del canal
  • El coraje de crecer
  • El Beso
  • Todo empieza en la plaza
  • El señor director
  • El futbol de la vida
  • La amistad es la verdadera dignidad
  • A media luz los tres
  • Una despedida por fuerza mayor
  • De la comedia a la cómica
  • El sueño del mago
  • El demonio de la huerta
  • La bruja y el peón
  • El Jardín
  • La jueza del juez
  • La Herencia
  • Pensamientos:
  • Carta a mis hijos
  • Los Sobrinos
  • Mi tío el general
  • Mi prima, la privilegiada
  • La conquista de los enanos
  • Migatija
  • Malo en aprender hasta que ustedes me enseñaron
  • El sustituto en pandemia
  • Yo soy el tío solo
  • Poemas:
  • ¿Por qué poeta?
  • El epicentro de mi tristeza
  • Poema en bytes
  • El que te quiere nunca muere
  • Padrecido
  • Verso adentro
  • Mi sombra, negrita como el color de mi muerte
  • La dama que barre
  • Frases
  • Epílogo


JAVIER EMILIO VÁSQUEZ NÁJAR

Abogado colegiado y en ejercicio; se ha interesado en la poesía desde temprana edad, escribiendo poemas dada su gran sensibilidad. Javier Emilio Vásquez presenta su primera obra, siendo la literatura un pilar central en su vida. Ha publicado artículos periodísticos y de investigación en la Revista «La Punta».

Javier Emilio Vásquez Nájar | Facebook

 

MÁS INFORMACIÓN



Autor(es): Javier Emilio Vásquez Nájar

Editorial: Medinaliber Hispánica

Páginas: 262

Tamaño: 14 x 21 cm. 

Año: 2021