jueves, 21 de octubre de 2021

Cita DCXXI: La importancia de recuperar meteoritos. Claves para aprender a reconocerlos

 

 

Voy a explicar algunos detalles importantes para fomentar el conocimiento sobre los meteoritos, rocas fascinantes que llegan desde rincones lejanos de nuestro sistema planetario y que deben ser un patrimonio de todos. Un país educado y apasionado por la ciencia debe tomar medidas para preservar este legado ofrecido por la Madre Naturaleza.  Nuestros sistemas de detección, cada vez más sensibles y precisos, nos permiten detectar la entrada de grandes bólidos meteóricos que, en algunos casos, profundizan suficiente en su fase luminosa como para producir meteoritos. Así este mismo año hemos detectado dos caídas este año, la última ayer mismo en la provincia de Badajoz. Precisamente lo conseguimos gracias a captar las bolas de fuego más luminosas que la Luna que nos anuncian esas caídas, monitorizadas  día y noche por la Red de Investigación de Bòlidos y Meteoritos (SPMN) que, desde hace más de 25 años, mantiene una lista actualizada, catalogando e identificando los que producen meteoritos. Al reconstruir sus trayectorias luminosas podemos conocer su grado de profundización y supervivencia. Existen poderosas razones científicas para estos estudios: podemos reconstruir sus órbitas en el Sistema Solar, conocer las rutas dinámicas que los llevan en rutas de encuentro con la Tierra y, además, nos proporcionan una pléyade de información valiosa sobre los procesos de formación y evolución de sus cuerpos progenitores, bien sean asteroides, cometas o, incluso, cuerpos planetarios como, por ejemplo, la Luna o Marte (Trigo-Rodríguez, 2012). Hace ya quince años conseguimos, por primera vez en España, reconstruir la órbita del meteorito Villalbeto de la Peña y, de hecho, vendrán muchas más (Trigo-Rodríguez et al., 2006). 

¿DÓNDE Y CÓMO ENCONTRAR METEORITOS?

Pero, podríamos preguntarnos: ¿son fáciles de encontrar?. Realmente tal vez no especialmente si no estás familiarizado con las rocas y estás dispuesto a dedicarle cierto tiempo a la búsqueda. Sin embargo, ciertamente alguna vez te has encontrado con una roca "extraña" caminando y pensaste que podría ser un meteorito. Bueno, primero tenemos que decir que un hallazgo tan afortunado es ciertamente difícil, ya que los meteoritos se erosionan rápidamente cuando están en la superficie de la tierra. Muchas rocas terrestres son alteradas por la acción de los elementos y producen las de los países anglosajones llamadas meteorwrongs: rocas que tienen una ligera apariencia a un meteorito pero son rocas terrestres alteradas por los elementos. Así, aunque no sea tan fácil, permitidme que os muestre esquemáticamente cómo identificar meteoritos. La imagen que adjunto permite resumir las principales características que podemos emplear.

¿Cómo podríamos reconocer un meteorito? Pues bien, la respuesta no es sencilla pero hay una serie de pistas que nos pueden ayudar. En primer lugar, los meteoritos poseen parcial o totalmente una fina corteza de fusión negra que se produce en la entrada a la atmósfera. También tienen caras y bordes generalmente planos redondeados por la fricción a la que son sometidos durante su curso a través de la atmósfera a hipervelocidad. Solo por la sobrepresión que sufren al penetrar en las capas más profundas y densas, pueden fragmentarse y algunas nos muestran su interior, donde muchas de ellas pueden poseer granos metálicos brillantes. Si los meteoritos acaban de caer las cortezas son oscuras y los minerales brillantes, en general, no se oxidan ya que la mayoría han estado en condiciones reductoras (ausencia de oxígeno). También podemos prestar atención a que los meteoritos son mucho más pesados que las rocas terrestres y, generalmente, poseen granos metálicos en su interior. Por otro lado, hay que decir que no recomendamos ningún tipo de ensayo que destruya o altere la muestra de ninguna manera, ni la someta a un imán para no alterar su campo magnético primario.

¿CÓMO DARLES NOMBRE Y PRESERVARLOS?

Entre las preguntas que nos podemos hacer, una de las más importantes: ¿Dónde deben terminar los meteoritos que encontremos?. Ciertamente en manos expertas y en un centro oficial que los ponga a disposición de la comunidad científica. Por ello, los meteoritos deben estar en museos o centros de investigación que también se encarguen de mostrarlos al público. De hecho, los meteoritos caídos en España son patrimonio geológico desde la Ley 42/2007 y deben preservarse, siendo ilícita su venta. Nuestra especialización en el CSIC ha permitido que el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC) sea el único centro español repositorio internacional de meteoritos antárticos de la NASA y, además, contamos con una colección única que queda a disposición de nuestros investigadores para poder estudiar muestras representativas de todos los cuerpos que componen el Sistema Solar. Al ser expertos en meteoritos, podemos distinguir fácilmente si alguien ha encontrado un meteorito, tan sólo debéis contactar con nosotros (correo-e: spmn@ice.csic.es). A veces, incluso, podemos hacerlo a partir de una foto o de la inspección visual. Obviamente una clasificación rigurosa requiere mucho más tiempo y dedicación de nuestra Sala Blanca de Meteorítica y Retorno de Muestras espaciales en la que también hemos estudiado muestras del cometa 81P/Wild 2 y del asteroide Itokawa. En caso de identificar un meteorito, nos volcamos en su estudio y caracterización sin coste alguno para quien nos facilita la muestra. Damos prioridad a los meteoritos frescos, es decir, aquellos que llegan de las caídas recientes bajo estudio por la Red de Investigación sobre Bòlidos y Meteoritos (SPMN), pero los encontrados casualmente también pueden poseer interés.

Las enseñanzas que los meteoritos pueden proporcionarnos son enormes. Ejemplos claros son las tres caídas de meteoritos que hemos recuperado e identificado hasta ahora en el marco de la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos hasta ahora: Ardón (1931), Villalbeto de la Peña (2004) y Puerto Lápice (2007). Las dos primeras son condritas ordinarias, uno de los tipos más comunes de meteoritos, y la última es una acondrita del asteroide 4 Vesta. En la última década hemos trabajado en sus propiedades físico-químicas porque son un ejemplo de los materiales que componen asteroides, cometas y planetas. Fruto de nuestros estudios hemos descubierto que un tipo de meteorito, llamado condritas, tiene propiedades catalíticas que generan una gran cantidad de compuestos orgánicos complejos a partir de agua caliente y formamida (Rotelli et al., 2016). Los meteoritos siempre nos sorprenden, en manos expertas aportan información científica capaz de ahondar en el pasado sobre los procesos que se producen en sus cuerpos progenitores e incluso profundizar en las primeras etapas formativas de nuestro sistema planetario, mucho antes de formarse nuestro planeta.


Fuente: https://www.investigacionyciencia.es

Por: Josep M. Trigo-Rodríguez. Científico titular del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), e I.P. del Grupo de Meteoritos, Cuerpos menores y Ciencias Planetarias del ICE-CSIC. Entre 2003 y 2005 fue postdoc del Instituto of Geofísica y Física Planetaria de UCLA. Tras la publicación de más de medio centenar de artículos arbitrados sobre los cuerpos menores del Sistema Solar y más de una decena de libros, el Minor Planet Center catalogó un asteroide en su honor con el nombre: 8325 Trigo-Rodríguez.


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