Es
poco probable que se produzcan vacunas contra el VIH, el paludismo (o
malaria) y la tuberculosis —tres de los principales asesinos de los
pobres del mundo— en el futuro cercano a menos que se destine mucho más
dinero a encontrarlas, según concluyó un nuevo estudio.
Otras
metas valiosas que por ahora parecen fuera de alcance incluyen la
vacuna contra la hepatitis C, una vacuna combinada contra las cuatro
causas principales de la diarrea mortal, una cura rápida para las
personas que hayan contraído tuberculosis y nuevos tratamientos para una
decena de enfermedades desatendidas, como la lepra, el dengue y la tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño.
El
estudio concluyó que para que hubiera un progreso real contra estas
enfermedades infecciosas para 2030 debería aumentarse el presupuesto
mundial para investigación a casi 9000 millones de dólares al año. En la
actualidad solo se destinan cerca de 3000 millones de dólares.
Sin
embargo, el mundo va en dirección contraria. La cantidad combinada que
le daban a esta causa los donantes gubernamentales, las fundaciones
privadas y las farmacéuticas se elevó en gran medida a principios de la
década de los dos mil. No obstante, excepto por un reciente
financiamiento de emergencia para la investigación sobre el ébola, se ha
reducido de manera gradual desde la crisis fiscal de 2009.
“No
es probable que la actual línea de desarrollo nos brinde todas las
herramientas para combatir estas enfermedades”, dijo Gavin Yamey,
director del Centro de Impacto de las Políticas en la Salud Mundial de
la Universidad Duke y autor principal del estudio. “Los donantes están
recortando el financiamiento en un momento en el que deberíamos estar
pisando el acelerador”.
La
investigación, que evaluó 538 productos en desarrollo para 35
enfermedades que afectan a la población mundial en situación de pobreza,
fue el primero en analizar un portafolio de productos tan grande.
Cuando
se les preguntó al respecto, los dirigentes de los dos principales
organismos financiadores de investigación mundial sobre salud —la
Fundación Bill y Melinda Gates y el Instituto Nacional de Alergias y
Enfermedades Infecciosas (NIAID, por su sigla en inglés) de Estados
Unidos— dijeron que concuerdan con muchas de sus conclusiones, pero
piensan que es excesivamente pesimista sobre el futuro de algunos
inventos recientes, incluyendo una vacuna contra la tuberculosis.
El
estudio contó con el financiamiento de la Fundación Gates y la Agencia
Suiza de Desarrollo y Cooperación, y se publicó en Gates Open Research,
un sitio web de acceso libre.
Trevor
Mundel, el presidente de la división de salud mundial de la fundación,
dijo que pensaba que el estudio es correcto en cuanto a las bajas
posibilidades de contar con una vacuna que proteja completamente contra
el VIH o una vacuna contra el paludismo que funcione durante más de seis
meses. Pero incluso una protección de seis meses mantendría vivos a los
recién nacidos hasta que su sistema inmunitario sea más fuerte, dijo.
La
fundación aún espera demostrar que las dosis de refuerzo de la vacuna
BCG, una inmunización contra la tuberculosis infantil de un siglo de
antigüedad, pueden proteger a los adolescentes y que otra vacuna que
desarrolla en colaboración con GlaxoSmithKline podría impedir que la
tuberculosis latente se torne activa.
Cuando
se le preguntó por qué la fundación pagaría un estudio que
probablemente ensombrecería proyectos en los que ha invertido cientos de
millones de dólares, Mundel dijo: “Nos interesa revisar todo el
portafolio… te brinda un buen punto de referencia”. En lugar de desalentar a otros donantes, “espero que los anime”, dijo.
Anthony
S. Fauci, director del NIAID, concordó con Yamey en que el mundo “está
muy atrasado en cuanto a lo que necesitamos invertir”.
Estados
Unidos proporciona casi la mitad de los 3000 millones de dólares que el
mundo gasta anualmente en ese tipo de investigación, y el instituto de
Fauci es una de las principales vías para canalizar ese dinero.
Sin
embargo, las sombrías conclusiones del estudio podrían
malinterpretarse, dijo. Al igual que Mundel, Fauci sostiene que incluso
las vacunas imperfectas podrían salvar vidas.
“Creo que aún se debate si tendremos una vacuna contra la tuberculosis”, dijo. Además, para 2021 ya deberán haber finalizado las pruebas a dos nuevas vacunas contra el VIH. “Creo
que nunca obtendremos una protección del 98 por ciento como con el
sarampión, pero es factible desplegar una vacuna con una protección del
50 al 60 por ciento”, dijo.
El
estudio no trató de juzgar el valor médico ni las probabilidades de
éxito de todas las vacunas creadas, sino que evaluó dónde se encuentra
cada una en la línea de desarrollo y cuánto cuesta usualmente obtener
innovaciones similares desde que se conciben hasta que se lanzan.
Desde
una perspectiva más optimista, el estudio concluye que es probable que
cerca de 125 productos nuevos se aprueben en los próximos doce años. Más
de la mitad serán pruebas diagnósticas, que no requieren años de
pruebas de seguridad.
Sin
embargo, también es probable que los ganadores incluyan vacunas contra
la tifoidea y el estafilococo, mejores combinaciones de medicamentos
existentes contra el paludismo, la tuberculosis y la hepatitis C,
mejores fármacos y mejores inmunizaciones contra la influenza para
personas de 65 años o más.
Fuente: https://www.nytimes.com
CADENA DE CITAS
- Antes - Cita CCCXCIX: ¿Te estás cepillando los dientes correctamente?
- Después - Cita CDI: El primer animal de la historia surgió en medio de una explosión de genes nuevos