El cepillado de dientes es una actividad que se debe realizar a diario pero, según especialistas, se suele hacer mal. Se recomienda cepillarse tres veces al día, pero en la noche debemos ser más cuidadosos
El cepillado de dientes
es una actividad relacionada con el aseo personal que se adopta desde
la aparición de los dientes en la persona. Aunque todos sabemos que la
recomendación principal es cepillarse después de cada comida, muchas
veces por el apuro o la rutina no realizamos una correcta limpieza de
los dientes, lo que a la larga podría afectar nuestra salud.
A continuación
repasaremos las principales recomendaciones para tener una dentadura
saludable y mejorar nuestros hábitos de limpieza.
1. Hay que cepillarse los dientes, por lo menos, tres veces al día. Se debe ser cuidadoso en la noche.
La recomendación es cepillarse después de cada comida, pero como es complicado, los especialistas coinciden en que lo óptimo es hacerlo tres veces al día. Según el University College de Londres, no es recomendable el cepillado de dientes inmediatamente después de comer porque se corre el riesgo de frotar el ácido restante de la comida contra nuestros dientes. Lo ideal es esperar media hora después de comer.
“Lo mínimo que nos deberíamos demorar en cepillarnos son cinco minutos. Esas pasadas rápidas del cepillo
no sirven. Si vamos a cepillarnos como debemos, nos vamos a demorar.
Por ello, es mejor que esa limpieza más a fondo la realicemos en la
noche y así nos aseguramos de ir a la cama con la boca limpia y mejor
protegida ante las bacterias”, explica el doctor Guillermo Ríos,
director de la Estética Dental Ríos.
2. Los dientes se deben cepillar en grupos de tres y en un ángulo de 45 grados.
En cuanto a la técnica del cepillado hay muchos mitos: hacer movimientos cortos de adelante hacia atrás; aplicar mayor presión porque un cepillado fuerte asegura una mayor limpieza; incluso que si hay sangrado de encías, es normal. “Para una adecuada limpieza de los dientes es mejor agruparlos de a tres para cepillarlos”, explica Ríos.
Se puede empezar desde el incisivo central, el lateral y el canino, para que el proceso sea más sencillo. El cepillo
se debe usar en un ángulo de 45 grados, para que las cerdas del cepillo
que están más arriba puedan entrar entre la encía y el diente, que es
donde se acumula la placa bacteriana.
“Ese ángulo se
usa para la cara vestibular, que es la que se ve al sonreír; la cara
palatino-lingual, que es la interna; y la cara oclusal, que es la de la
masticación. La idea es llegar a todas esas caras para que los restos de
carbohidratos y microorganismos no se queden en los dientes”,
recomienda el especialista. El cepillado
no se debe realizar con tanta fuerza, porque se corre el riesgo de
lastimar las encías o crear un afta. Con respecto al sangrado de las
encías durante el cepillado, no es normal que suceda. Esto pasa cuando
el paciente sufre de gingivitis o periodontitis.
3. El cepillo se debe acondicionar al tamaño de los dientes y cambiar cada dos meses.
Si la recomendación es cepillarse agrupando los dientes de a tres, hay que pensar en el tamaño del cepillo para tener una limpieza más efectiva. “No todos los cepillos son iguales para todos los pacientes. La recomendación es que se visite al odontólogo y este le acondicione el cepillo al tamaño de sus dientes. La idea es que con esta herramienta lista para nuestra dentadura podamos hacer una mejor limpieza”, señala el dentista.
Asimismo, el cepillo de dientes
se debe cambiar cada dos o tres meses, porque después las cerdas se van
desgastando y dejan de ser eficientes. Los cepillos de marca conocida y
mejor fabricación son una buena opción.
4. La pasta dental no es imprescindible, el hilo dental es básico, y hay que tener cuidado con los enjuagues.
“La pasta dental cuenta con muchos ingredientes que van a ayudar con la limpieza y van a dar un buen sabor, pero lo recomendable es que, así no haya pasta, hay que cepillarse los dientes. El masaje que se les hace a los dientes y a las encías es lo más importante”, explica el doctor Guillermo Ríos.
El uso del hilo dental es muy recomendable como complemento porque permite llegar a zonas donde no se llegó con el cepillo de dientes.
“Si después de usar el hilo dental y haberse cepillado, siente que
faltó limpiar más, puede volver a usar el hilo”, detalla Ríos.
Con respecto a
los enjuagues, todo depende de la salud del paciente. “Cuando tú estás
con una boca sana, con una buena higiene y los dientes limpios, se
pueden usar tres veces a la semana. El riesgo de usarlos todos los días
es que se pueden convertir en abrasivos y lastimar los dientes. Si hay
un problema periodontal y lo recomienda el odontólogo, ahí sí. Por eso
existen los de tratamiento y los de mantenimiento”, concluye Ríos.
Fuente: https://elcomercio.pe
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