jueves, 26 de diciembre de 2024

Podcast La ContraHistoria: Breve historia de la fotografía

 

 

A lo largo de la historia los seres humanos han deseado capturar la realidad para inmortalizar un momento, el aspecto de una persona o el mundo que les rodea. Así nació la pintura, cuyos orígenes hay que buscarlos en el paleolítico. Pero la pintura tiene sus particularidades. Pasa por el tamiz del artista y que sea más o menos fidedigna depende de los consensos culturales de cada época y de la habilidad y el instrumental que emplee el pintor. En la pintura la imaginación juega un papel primordial, ya que se puede pintar lo que se desee. Es un modo un tanto libre de plasmar la realidad circundante y, como tal, puede estar sometido a todo tipo de alteraciones.

El primer paso hacia la captura fiel del mundo exterior lo dio un químico alemán llamado Johann Heinrich Schulze a principios del siglo XVIII, en plena revolución científica. Schulze empleó una suspensión fotosensible para capturar imágenes temporales de letras, aunque sin conseguir conservarlas permanentemente. Décadas más tarde, y tras una serie de infructuosas pruebas, el británico Thomas Wedgwood intentó sin éxito fijar imágenes de manera permanente, creando fotogramas detallados pero efímeros. Schulze y Wedgwood habían conseguido la captura, pero no que ésta permaneciese.

Los avances en la industria química permitieron al francés Nicéphore Niépce en 1826 fijar de forma indeleble la primera imagen captada por una cámara, aunque, eso sí, tras efectuar una exposición muy larga. Su colaboración con Louis Daguerre llevó al desarrollo del daguerrotipo en 1839, el primer método fotográfico comercialmente viable. Este proceso utilizaba una placa de plata yodada que reducía el tiempo de exposición a unos pocos minutos y ofrecía una claridad y detalle sin precedentes.

Paralelamente, en Inglaterra, William Henry Fox Talbot inventó el calotipo, que permitía la creación de negativos de papel de los cuales se podían hacer múltiples copias positivas. Esto permitió abaratar el proceso y hacerlo más accesible. La competencia entre estos dos métodos iniciales impulsó más innovaciones, como el proceso de colodión en la década de 1850, que combinaba la calidad de imagen del daguerrotipo con la reproductibilidad del calotipo.

La fotografía continuó evolucionando con la introducción de la película flexible por George Eastman en 1888 y su cámara Kodak, que democratizó la fotografía con un lema publicitario que decía "Usted presiona el botón, nosotros hacemos el resto". Este avance simplificó enormemente el proceso y, sobre todo, lo popularizó. A principios del siglo XX la fotografía se había convertido ya en algo muy común al alcance de prácticamente todo el mundo.

Pero esas fotografías de los primeros tiempos eran en blanco y negro. Los seres humanos vemos en color por lo que aparecieron especialista en coloreado. Los químicos, entretanto, se concentraron en conseguir capturas en color, algo que consiguieron en 1907 con el proceso Autochrome de los hermanos Lumière. Las fotos en color eran costosas al principio. Hasta mediado el siglo XX no se popularizaron gracias a películas para el gran público como la Kodachrome y la Agfacolor. Esta tecnología permitió capturar y reproducir el mundo en todo su espectro cromático, expandiendo así las posibilidades artísticas y documentales de la fotografía, que para finales del siglo XX era ya omnipresente.

Fue en ese momento cuando se produjo la revolución digital. Steven Sasson de Eastman Kodak creó el primer prototipo de cámara digital en 1975, dando comienzo a una transición que en unos años haría obsoletas las técnicas fotoquímicas tradicionales. La fotografía digital no solo permitió la edición y manipulación de imágenes de formas antes impensables, sino que extendió aún más la práctica, especialmente con la incorporación de cámaras en los teléfonos inteligentes y la conexión de estos a internet a principios del siglo XXI.

Fuente: La ContraHistoria  

 

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