jueves, 10 de octubre de 2024

Podcast La ContraHistoria: España, México y la historia de un desencuentro

 

 

Este sábado 12 de octubre se celebrará en España el día de la fiesta nacional. Se trata de una fiesta relativamente reciente pero, de un tiempo a esta parte, todos los años viene acompañada de polémica porque coincide con el día en el que Cristóbal Colón llegó a tierras americanas. Es habitual que desde ciertos ámbitos políticos e ideológicos se aproveche esta fecha para denunciar lo que ellos denominan genocidio indígena a manos de los conquistadores españoles hace cinco siglos. No hay año sin debate y sin polémica sobre esta cuestión, ambos por lo general acalorados, pero este año la cosa ha ido a mayores porque ha coincidido en el tiempo con la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, como nueva presidenta de México.

Sheinbaum asumió el cargo el pasado 1 de octubre. Días antes se organizó un pequeño revuelo a raíz de su decisión de no invitar al rey de España al acto solemne de toma de protesta que se celebró en el palacio de San Lázaro. Es tradicional que los monarcas españoles acudan a las investiduras presidenciales de todos los jefes de Estado de la América hispana por una cuestión de afinidad cultural y reconocimiento por la historia compartida. No importa el tamaño o la importancia del país, el rey o, en su defecto, el príncipe de Asturias cruzan el Atlántico siempre que un presidente hispanoamericano accede al cargo.

Con México, el país hispanohablante más poblado del planeta, esta tradición está cargada de simbolismo. Durante siglos el de Nueva España fue el virreinato más importante, pero la relación entre México y España nunca ha sido fácil, de hecho ha tenido muchos altibajos a lo largo del último siglo. Es habitual que los políticos mexicanos carguen contra la herencia hispana cada vez que las cosas no van bien. Eso mismo es lo que pudimos ver durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, que ya en 2019 exigió por carta a Felipe VI que admitiese personal y públicamente la responsabilidad de la conquista y pidiese disculpas por ello. En Madrid se hizo oídos sordos a la misiva, simplemente se dejó correr el asunto hasta que ha resurgido de nuevo con Sheinbaum. Esta vez el Gobierno español decidió no enviar a representante alguno a la toma de posesión para no dejar en mal lugar al rey.

La polémica es eminentemente política, pero tiene un interesante trasfondo histórico que vamos a tratar hoy en La ContraHistoria con Manuel Burón, profesor de Historia de América en la Universidad Autónoma de Madrid que ya pasó por el programa hace unos meses. Lo hizo para abordar un sugerente tema, el del pasado como mercancía política, algo que, a la luz de los hechos es lo que los dos últimos presidentes de México están haciendo. Desde el punto de vista histórico México es un país que tiene 200 años a sus espaldas, antes de eso no existía. Lo que hoy es México y un área muchísimo mayor, formó parte del virreinato de Nueva España cuya historia se extiende por un periodo más largo, de casi tres siglos. Antes de eso hubo una serie de culturas y civilizaciones prehispánicas, algunas realmente avanzadas como la de los mexicas que no iba más allá del valle central de México.

Respecto a España, la distancia que separa la monarquía católica con aspiraciones universales de Carlos V es muy distinta al reino de España actual, un Estado nación que surgió tras las guerras napoleónicas y que se fue conformando durante el siglo XIX. En resumidas cuentas, que ni Hernán Cortés era español en el sentido en el que lo entendemos ahora, ni Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica, era mexicano. Ha pasado demasiado tiempo y han ocurrido demasiadas cosas entre medias como para que traigamos al presente a estos personajes con intención de ponerlos a hacer política en función de los intereses de los Gobiernos de nuestro tiempo.  

Fuente: La ContraHistoria  

 

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