martes, 12 de mayo de 2015

Poeta 286: Hafiz


HAFIZ

(Irán, 1325-1389) Mohammed Shams od-Din Hafiz, poeta persa nacido en Shiraz (actual Irán) en el seno de una familia pobre. Llamado originalmente Mohammed Shams od-Din, obtuvo el título de Hafiz, que significa "el que conoce el Corán de memoria", o maestro del Corán. Fue místico sufí y, ocasionalmente, poeta de la corte. Sus poemas celebran los placeres del vino, la caza y el amor en la corte de Shiraz. En un plano más profundo, en opinión de algunos especialistas, reflejan también su absoluta devoción como sufí a la unión con la divinidad. Asimismo satirizan la hipocresía de los líderes religiosos musulmanes. La obra de Hafiz, recopilada bajo el título del Diván, contiene más de 500 poemas, en su mayoría en forma de gaza, una forma breve tradicional persa que él desarrolló y perfeccionó. Cada uno de los poemas consta de hasta 15 pareados muy estructurados, que se ocupan de un solo tema. El lenguaje es muy sencillo, lírico y apasionado. Hafiz es ampliamente admirado tanto en Irán como en Occidente, gracias a sus traducciones. Llama la atención especialmente su amor hacia las gentes sencillas, y pone en relación la vida cotidiana con la búsqueda de la eternidad.

Fuente: http://www.epdlp.com

EL ENIGMA DE LA VIDA

Con el vino de anoche cantando en mi cabeza
Al amanecer buscaba la taberna,
Aunque medio mundo en la cama dormía
Y el arpa y la flauta sonaban todavía,
Creando un placentero canto matutino;
Ya estaba llegando la copa de vino:
-Razón-, dije yo, «ya debías marcharte
Si quieres llegar a tu diario destino,
La santa ciudad de la intoxicación».
Así pues, la despedí y se marchó
Con una botella para los amigos del viaje.

Solo en la taberna, observé a la criada
Y quise conquistarla con mi labia,
Mas desdeñosa se volvió,
y se burló de mi ilusión.
Dijo, enarcando las cejas:
«¡Tú, blanco de toda mala lengua!
Mi cintura no rodearás,
Ni siquiera por todas tus baladas,
Mientras solo te veas a ti mismo
Como centro y fin en lo creado.
Apresa en tus redes a otro pájaro
No llegas al nido del Anka, amigo.»

Entonces me refugié de tal océano
En la buena arca del vino, mas ¡ay de mí!
Ella es de doncellas un compendio
Es Saki, camarada y trovador,
La que rechaza mi pobre corazón.
¡El ego es lo que debes superar, Hafiz!
Presta atención a la sabiduría
De la hija de la taberna; vanidoso,
Ficción de agua y barro construida
Cuidando tu belleza como un loro.

Hafiz, la vida es un enigma, abandona:
No hay otra respuesta que esta copa.

De "El despertar del amor"
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño


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