sábado, 29 de marzo de 2014

Poeta 230: Reynaldo Naranjo García


REYNALDO NARANJO GARCÍA

(Lima, 6 de abril de 1936) es un poeta peruano. Tiene cuatro hijos, Roxana y Andrea Naranjo Gamarra, Stéphane Naranjo Sanchis y Gabriela Naranjo Barbarán. Junto a César Calvo, Javier Heraud, Arturo Corcuera, Mario Razzeto es una las figuras representativas de la denominada generación del sesenta. A ella se unieron Antonio Cisneros, Luis Hernández (poeta), Winston Orrillo. Naranjo fundó con Calvo y Alfredo Zitarroza, el poeta uruguayo, la Casa de la Poesía, en el romántico distrito de Barranco. Grabó con Calvo y el músico y guitarrista Carlos Hayre el ya histórico disco Poemas y Canciones. Su libro Júbilos obtuvo el Premio Nacional de Poesía 1965. Ha sido jurado del Premio Casa de las Américas Cuba.

Es también fundador de diarios como La República, Hoy, la revista Múltiple Cultura peruana -junto a Germán Carnero Roqué- dirigiendo con éxito en la actualidad la revista especializada en periodismo y cultura general Talleres de Comunicación. El año 2004 edito 100 Años de Jorge Basadre .

En noviembre del año 2007 publica el libro El círculo invisible, importante publicación de la literatura peruana pues el libro reúne un conjunto de manuscritos de poetas peruanos, incluyéndolo, guardados por Magda Figuerola y dados a Reynaldo Naranjo antes de su muerte. Asimismo el libro incluye fotografías del importante fotógrafo Carlos "Chino" Dominguez.

En palabras del propio poeta, este libro es producto de "cuarenta años donde diez personajes, convocados por Magda Figuerola, compartieron excepcionalmente los mismos momentos, y sin darse cuenta, fueron diseñando su propio círculo con el testimonio de los manuscritos poeticos que fueron celosamente guardados por Magda."

CARTA UNICA

Madre Adriana, buenos días.
Es Abril. En Grecia primavera
y en el Perú, tal vez.
Sólo miro el suelo de la carceleta
y en él mis viejas islas y mis mares,
pero alzo la mirada
y el encanto se rompe
contra el muro
idéntico a una ola.

Aquí no madre Adriana, no Euterpe, no Ismene.

Mustio mi corazón, la peña tiñe todo
y su color se extiende
como una mano
que va palideciendo
los lugares que toca.

A quien decir ya nada
si más que el mar
este idioma separa
A quién que enseñe a Andreas
a partir.
De este dolor a Grecia,
de esta ventana a Grecia,
¿Quién podría enseñarme a navegar?

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