martes, 18 de marzo de 2014

Diálogo con el arqueologo Régulo Franco Jordán


DESCUBRIDOR DE LA "DAMA DE CAO"

Diálogo con el arqueologo Régulo Franco Jordán. Entrevistador: Ezequiel Valenzuela Noguera. Revista Cultural de la Facultad de Educación de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, N° 8, diciembre 2013.

1. ¿Qué recuerdos de su casa sanmarquina?

Muy buenos recuerdos de aprendizaje en el campo de la arqueología y de las ciencias sociales. Los de mi generación tuvimos la fortuna de tener grandes maestros de las ciencias sociales, por ejemplo: Luis Lumbreras, Ramiro Matos, Waldemar Espinoza, Carlos Williams, Radicatti, Carlos Daniel Valcarcel, Rosa Fung, entre otros, que destinaron su conocimiento para prepararnos de la mejor manera en el desarrollo de nuestra carrera. Aprendí con ellos que es necesario tener en consideración el criterio científico de la investigación y los medios metodológicos para alcanzar una interpretación.

2. ¿Qué nostalgias de su Cuzco natal?

Muchas nostalgias de mi época de niñez y juventud al lado de mi humilde familia. Nostalgias que muchas veces me invade en los recuerdos de mí pasado en la ciudad Imperial del Cuzco. Grandes recuerdos de estudiante no muy aplicado, pero con un gran interés en la Arqueología e Historia. Viví sobre los cimientos de las construcciones Inca y recuerdo aquellas mañanas frías muy temprano cuando corría hacia Sacsayhuaman a realizar deporte y después meditar en los sitios arqueológicos de kenko o Kusilluchayoc.

3. ¿Le apasiona el trabajo en el campo de la arqueología?

Me apasiona tanto, que si tuviera la posibilidad de estudiar otra carrera tendría que escoger, nuevamente, la arqueología. Me encanta estar en el campo, vivir con el pasado para construir futuro y conocimiento. Practico la Arqueología como ciencia y respeto el elemento sutil e invisible a nuestros ojos, de tal manera que esta es una dicotomía que se combinan. La ciencia se convierte en un instrumento para descifrar las leyes de la naturaleza y obviamente también la admiración delante del enigmático, sea mítico o histórico hace lo mismo, entender el orden; el desorden (cuando vemos y constatamos que hay cosas incontrolables en la vida en nuestro Planeta) de todos los cuerpos vivos y fenómenos naturales. Pienso que la práctica diaria en el campo de la investigación nos ayuda a comprender cada vez más que no solo la ciencia, que por supuesto es muy importante, es válida, sino también lo es el mundo espiritual, donde las costumbres religiosas también son un instrumento de aprehensión del mundo que nos rodea y que pueden de alguna u otra manera ayudarnos para encontrar respuestas subjetivas que muchas veces no estamos en condiciones de comprender.

4. ¿A qué arqueólogos debe su formación?

Debo confesar que mi formación básica y el gran amor por la arqueología se lo debo al maestro Luis Lumbreras, de quien aprendí que la arqueología es una ciencia social multidisciplinaria que estudia rigurosamente al hombre del pasado y sus obras en sus diferentes manifestaciones. Recuerdo cuando el maestro Lumbreras nos dictaba cátedras y clases magistrales de introducción a la arqueología y la arqueología como ciencia social en la Casona de San Marcos y la Ciudad Universitaria, eran clases de hasta 4 horas seguidas, sin mostrar nosotros cansancio alguno. Creo que mi Promoción de la década del 80 ha sido uno de los grupos más beneficiados y estimados por el maestro Lumbreras.

5. ¿Qué recuerdos de su estancia en Pachacámac?

Pachacámac se convierte en mi segunda casa de estudios, porque tuve la gran fortuna de ingresar a realizar excavaciones arqueológicas cuando recién cursaba el primer semestre del primer año de estudios, allá por 1980. Mi contacto con las pirámides con rampa, con el Templo del Sol y el Acllawasi y otros conjuntos arqueológicos fue sobrecogedor. Empecé mis primeras excavaciones en la Pirámide con rampa N° 2; recuerdo que estaba realmente en lo que más me gustaba. La otra etapa de mi carrera, que recuerdo aún, siendo estudiante fue aquel año de 1985 cuando conocí al Dr. Guillermo Wiese de Osma, entonces presidente del Banco Wiese, quien me invitó a ser su arqueólogo personal y después arqueólogo de la Fundación Wiese, con cuyo patrocinio investigamos el Templo Viejo de Pachacamac y el antiguo oráculo. Programa arqueológico que se convirtió en su momento como uno de los proyectos más importantes del país.

6. ¿Qué importancia tiene Pachacámac como centro cultista?

Pachacámac era sin dudas la meca religiosa del mundo andino, cuya importancia como oráculo y centro de peregrinación perduró casi mil quinientos años hasta la llegada de los cuzqueños y es cuando el sitio fue anexado al Tawantinsuyo. Pachacámac aún con la vigencia Inca, fue respetado tanto que ocupaba el segundo lugar de culto en toda el área andina después del koricancha del Cuzco. El siglo XVI representa irremediablemente el colapso de Pachacámac debido a la irrupción de las tropas conquistadoras. Me permito transcribir la impresión que hiciera Herman Buse (1960) de la situación de Pachacámac después del siglo XVI: "triste, doloroso destino... Irremisiblemente, camino a la ruina definitiva...!después de tantos años de solemne, de respetada, de atendida existencia, con sacerdotes lujosamente ataviados, con grupos de bailarines, con hileras de peregrinos anhelosos, con colcas repletas, con abundancia y trajín y, sobre todo, con prestigio!. Ya ni miradas".

7. ¿Algún recuerdo sobre Arturo Jiménez Borja?

Arturo Jiménez Borja, médico de profesión, seguidor de Tello en sus intervenciones, representa uno de los precursores de la restauración de los monumentos arqueológicos de la Lima prehispánica, en una etapa cuando la arqueología estaba muy subestimada y con pocos representantes de la arqueología nacional. A pesar de sus errores en sus intervenciones restauradoras y otros aspectos de su gestión, creo que fue quien le dio un poco de impulso para que los monumentos arqueológicos se recuperen y no queden como tristes recuerdos del tiempo. Tuve la oportunidad de trabajar durante su gestión tanto en Pachacámac como en Cajamarquilla. Recuerdo mucho cuando él gestionaba recursos de Acción Popular para las excavaciones de la Pirámide con rampa N°2. Recuerdo que me llevaba por el sector laberinto de Cajamarquilla y me explicaba todas sus elucubraciones sobre el funcionamiento de las llamadas "Audiencias", que por cierto eran bastante especulativas.

8. ¿Qué necesita el Complejo Arqueológico de Pachacámac, para ser más atractivo para el turista?

Creo que Pachacámac no necesita más para ser un atractivo para el turista, tiene lo necesario para encantar al visitante: Tiene un hermoso paisaje, tiene una larga historia cultural, tiene edificaciones monumentales y ahora un interesante museo que debe ser, seguramente reemplazado en el futuro por uno más moderno y confortable. Lo que necesita el Complejo de Pachacámac, a mi modo de ver, es mayor inversión por parte del Estado central para los proyectos de investigación arqueológica, conservación y acondicionamiento arqueológico. Actualmente, la presente Gestión está realizando una gran labor de investigación, conservación y puesta en valor.

9. ¿Cómo llegas a Trujillo y específicamente al Complejo Arqueológico El Brujo?

En 1989, decidí viajar a Túcume para acompañar en las excavaciones a los arqueólogos norteños que trabajaban con el patrocinio de mi gran amigo ya extinto Thor Heyerdhal, con quien compartimos experiencias de campo muy interesantes. Luego de esta experiencia retorné a Lima para reanudar mis investigaciones de gabinete en Pachacámac. Transcurrieron así algunos meses cuando en los días de fiestas patrias de 1990, el Dr. Wiese me informó su intención de viajar a Trujillo para visitar algunos atractivos arqueológicos, entre estos, el sitio de Huaca Prieta ubicado en el Brujo. Después tomamos contacto con los huaqueros quienes nos deslumbraron con sus noticias del hallazgo de hermosas figuras en alto relieve policromadas de la cultura Moche. Nuestros ojos vieron los primeros relieves Moche y esto fue suficiente para quedarnos embrujados por y para siempre. Desde ese entonces, ya llevamos
23 años de investigación, conservación y ahora puesta en valor de este gran Complejo arqueológico que tiene 5,000 años de antigüedad, naturalmente con mayor presencia en la época Moche.

10. ¿Cuántos años trabajando en el complejo arqueológico El Brujo?

23 años de fructífero trabajo, y enormemente complacido por los resultados halagadores en beneficio para el campo de la arqueología y la historia.

11. ¿Cómo Director del Museo de Cao, que logros importantes en su gestión ha conseguido?

Diría más bien, qué logros en gestión hemos logrado en la investigación y la socialización de la arqueología. En principio hemos estudiado la historia del templo Moche y sus espacios ceremoniales, así como algunas tumbas que cobijaba en la parte superior y finalmente el hallazgo de la esperada tumba de la Señora de Cao, considerada ahora como la primera gobernanta de América Precolombina. Estos sucesos estuvieron acompañados de la gestión que hicimos como Fundación Wiese en el desarrollo socioeconómico del pueblo cercano de Magdalena de Cao y anexos. Tenemos el criterio de no solo pensar en la puesta en valor de los monumentos, sino también, poner en valor los pueblos que rodean los monumentos o centros arqueológicos, y eso es la gestión que hicimos con el pueblo de Magdalena de Cao, que hoy se convierte en un modelo de gestión de la Ruta Moche.

12. ¿Qué significado y trascendencia tiene "El Brujo" como testimonio histórico?

El Complejo El Brujo es un sitio especial para la arqueología americana, porque en ella encontramos una secuencia cultural de 5,000 años, desde el precerámico hasta la invasión española, incluso hasta el siglo XVII. Todas las civilizaciones conocidas en todo este tiempo, a partir de los 3, 000 años antes de Cristo, han pasado por el suelo del Brujo, especialmente la cultura Moche que ha dejado mayores evidencias arqueológicas en el sitio.

13. El complejo de El Brujo era, cuando empezaron a trabajar, un paisaje lunar. ¿Qué llamó la atención? ¿qué nos hizo pensar que había en él algo de interés?

Conjuntamente con el Dr. Guillermo Wiese llegamos al sitio en julio de 1990, cuando el complejo era por entonces territorio de los profanadores de tumbas, y el Estado peruano no hacía nada por cuidarla y conservarla. Todo el complejo, El Brujo, estaba totalmente saqueado por muchos años, desde la década de los setenta del siglo pasado. En nuestra visita al pueblo, un señor de nombre Arturo Carrera, del pueblo de Magdalena de Cao, es el que nos dio la luz del descubrimiento de la Huaca Cao Viejo, en el Complejo El Brujo, al mostrarnos al día siguiente en el montículo más alto del complejo, un pequeño segmento de los primeros relieves Moche vistos en la arqueología norteña, porque antes solo se conocían hallazgos de pintura mural polícroma y no figuras en alto relieve, de modo que fuimos los primeros en descubrir relieves en el principal santuario Moche del Complejo El Brujo. Este hallazgo nos "embrujó" hasta entonces para dedicarle toda nuestra vida a la investigación y conservación del sitio.

14. ¿Qué importancia tiene el descubrimiento de la Dama de Cao?

El hallazgo de la Señora de Cao o Dama de los tatuajes así como la denomina mucha gente, es para mí un descubrimiento fantástico que nos llena de mucho orgullo a los peruanos, sobre todo porque se trata de una mujer gobernante nunca antes descubierta científicamente en el mundo de la arqueología andina. Podría decir que fue un milagro para todos, no sólo por lo valioso de su contexto, sino por el estado de su conservación, considerando su antigüedad. Para los Mochicólogos es sumamente difícil descubrir tumbas de la época Moche Temprano en este estado de conservación, solo los metales o materiales duros son los que se conservan normalmente, pero en este caso, tuvimos el fardo funerario de la Señora de Cao entero. Calificaría este hallazgo de un milagro dentro de su situación de conservación. Cuando la encontramos sentí la energía de que venía para nosotros un nuevo cambio de estado en nuestras investigaciones y manejo de nuestro programa de investigaciones arqueológicas, como lo fue así, razón por la cual, la Fundación Wiese, mi institución, que financia el 100% del programa arqueológico El Brujo desde 1990, que a la capacidad visionaria del Dr. Guillermo Wiese de Osma, es que se ha apostado hasta ahora, conjuntamente con el Ministerio de Cultura, por un turismo sostenible, ahora con muchas ganas de seguir creciendo cada vez más. Nuestro Museo Cao alberga el cuerpo, los emblemas de poder y las joyas de la Señora de Cao.

15. Con el descubrimiento de la Dama de Cao, ¿ se podría hablar de cierta igualdad en cuestión de género?
Es un poco difícil contestar esta pregunta, porque no tenemos datos comparativos para discutir este tema, entendiendo también, sobre todo, que antes del siglo XVI las civilizaciones precolombinas en los andes no tuvieron escritura, de modo que no hay información al respecto. Acabo de escribir una historieta animada para niños sobre la vida de la Señora de Cao, e indico que ella había llegado a este mundo como un ser enviado por los dioses para restaurar el orden de la sociedad, contra el establecimiento de una organización patriarcal, predestinada para gobernar y así fue aceptada. La iconografía moche es muy radical en la no presentación de mujeres como gobernantes, pero sí de hombres en el poder, como la famosa tumba del Señor de Sipán que vivió aparentemente un siglo y medio después de la Señora de Cao. Podríamos decir entonces que la Señora de Cao por ahora, en este momento, es una excepción.

16. ¿Qué significa para usted la fundación Wiese?

La Fundación Wiese representa una institución peruana sin fines de lucro, muy seria y responsable que participa en el desarrollo del país y que fue creada por su fundador Augusto N. Wiese Eslava con fines de apoyo en el desarrollo de la educación, fomento de la cultura, investigaciones científicas, asistencia social hospitalaria y de beneficiencia en general. Uno de los proyectos exitosos de la Fundación es precisamente el Proyecto Arqueológico El Brujo.

17. ¿Qué trabajos se viene realizando en el complejo arqueológico El Brujo?

Actualmente, venimos realizando trabajos de acondicionamiento turístico con dinero del Estado peruano (Plan Copesco), para darle un valor agregado a la propuesta original existente. Estamos replanteando el circuito de visita en la Huaca Cao Viejo, cambiando de coberturas y mejorando la infraestructura de los sectores a visitar. Pienso que el próximo año tendremos un producto turístico de gran valor porque enseñaremos los hermosos relieves Moche de la parte superior de la Huaca cao Viejo que estuvieron cerrados por mucho tiempo. Además, estamos preparando un circuito místico dentro del Complejo con plataformas ceremoniales, pozos ceremoniales, etc. donde ya venimos ofreciendo al público baños de purificación, limpieza y florecimiento; es una forma de rescatar los valores ancestrales.

18. ¿El Museo de Cao y el Complejo Arqueológico es excepcional e impactante?, ¿No le parece que hay que hacer más accesible la visita de los turistas?
La accesibilidad ya fue solucionada por la construcción de una vía asfaltada con el apoyo del gobierno regional de la Libertad. En cuanto a la seguridad, tenemos el apoyo de la policía nacional a través de la patrulla de policías de turismo, y acabamos de terminar el acondicionamiento de la carretera del perímetro del Complejo El Brujo para visitar las Huacas del Brujo y Huaca Prieta; en estos sitios ya tenemos un parador turístico, rótulos de información y señalizaciones cuya obra acaba de ser concluida por COPESCO.

19. ¿Si no hubiese sido arqueólogo, a qué otra profesión se hubiera dedicado?

Creo que me hubiera dedicado a la antropología, con especialidad en la historia de las religiones, que es un tema que me apasiona también.

20. ¿A qué estudiosos en el campo de la historia y arqueología admira?

En el campo de la historia admiro mucho a María Rostworoswki y a Waldemar Espinoza y en la arqueología admiro a Julio C. Tello y al maestro Luis Lumbreras Salcedo.

21. ¿Cuáles son los últimos trabajos que ha publicado?

Estoy contribuyendo con muchos artículos y obras sobre la arqueología del Complejo El Brujo, Sobre los Moche, y la arqueología regional del norte del país. Además, estoy escribiendo sobre otros temas como por ejemplo el curanderismo prehispánico y la medicina tradicional.

22. ¿Cree usted que se ha perdido el interés por la historia?

Definitivamente, cada vez perdemos raciocinio sobre lo que fuimos y de dónde venimos, y todo esto debido a la invasión de toda una estructura mental externa, que cada vez nos desvaloriza como propios y nos pone como extraños, sin saber que somos el producto de una cultura milenaria, muy rica en conocimientos, ciencia, arte, tecnología etc. Estamos ahora viviendo la llamada globalización, que por un lado es necesaria de acuerdo al ritmo de vida que llevamos, pero por otro lado, es una limitación para sentir y vivir con nuestro pasado, porque vemos ahora el futuro de otra manera. De todas maneras, pienso que el Estado debe reforzar de sobremanera las estrategias e instrumentos necesarios para invertir en la educación de todos los peruanos y tratar de recuperar nuestra identidad que cada día lo estamos perdiendo insospechadamente.

23. ¿Qué nos falta para poder cimentar nuestra Identidad Nacional?

Nos falta autoestima y amor por todo nuestro acervo y valores culturales.

24. ¿Cómo quiere ser recordado?

Quiero ser recordado como un profesional que ha entregado toda su vida a la arqueología peruana, en especial de la costa norte del Perú. Soy consciente que falta mucho por hacer y contribuir con el conocimiento histórico que nos legaron nuestros ancestros.

25. ¿Qué es lo más gratificante en su trabajo como arqueólogo?

Lo más gratificante en mi trabajo como arqueólogo son los hallazgos constantes que hago y que tengo que darle trascendencia a partir de su estudio o investigación para orgullo de todos los peruanos.

26. ¿Qué mensaje le daría a las nuevas generaciones de estudiantes universitarios?

El mensaje es que se sientan orgullosos y respetuosos de nuestro grandioso pasado del que tenemos mucho que aprender para realizar un tiempo presente más comprensible y así construir un futuro diferente; que ellos sientan en sus venas nuestra gran historia, admirada por el mundo entero.