jueves, 16 de febrero de 2012

Poeta 124: Robert Frost


ROBERT FROST

 
 


Poeta norteamericano nacido en San Francisco en 1874. Al terminar estudios básicos en Darthmouth College de New Hampshire, ingresó  a la Facultad de Derecho de la Universidad de  Harvard carrera que suspendió en 1899 debido a problemas de salud. En 1912, buscando un mejor futuro, viajó con su familia a Inglaterra  donde permaneció tres años en los cuales publicó su primera colección de poemas "La voluntad de un muchacho" en 1913. De regreso a Norteamérica apoyado por amigos poetas como Ezra Pound, adquirió gran fama y fue reconocido como uno de los grandes poetas de su país, con trabajos como "Intervalos en la montaña"  en 1916, "New Hampshire" en 1923, "El arroyo que fluye al oeste" en 1928, "Una cordillera de más allá" en 1936, "Máscara de la razón" en 1945  y "En el calvero" en 1962. Recibió el premio Pullitzer en cuatro ocasiones. Falleció en Boston en 1963



EL CAMINO NO ELEGIDO

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.

Alto en el bosque en una noche de invierno

Me imagino de quién son estos bosques.
Pero en el pueblo su casa se encuentra;
no me verá parada en este sitio,
ante sus bosques cubiertos de nieve.

Mi pequeño caballo encuentra insólito
parar aquí, sin ninguna alquería
entre el halado lago y estos bosques,
en la noche más lóbrega del año.

Las campanillas del arnés sacude
como si presintiera que ocurre algo…
Sólo se oye otro son: el sigiloso
paso del viento entre los copos blandos.

¡Qué bellos son los bosques, y sombríos!
Pero tengo promesas que cumplir,
y andar mucho camino sin dormir,
y andar mucho camino sin dormir.

Versión de Agustí Bartra

 
MAS INFORMACION