sábado, 11 de septiembre de 2010

Hernández


LUIS HERNÁNDEZ


Luis Hernández (1941-1977) fue dueño de una sensibilidad exacerbada, de una formación literaria y artística, musical en especial, poco común; un personaje que, como la cosa más natural del mundo, escogió la poesía como vehículo de expresión propio. Es un caso excepcional de dedicación adolescente a la poesía, en esto no tiene parangón con ningún otro escritor peruano, salvo tal vez con el Martín Adán de La casa de cartón. Cierto es que admiramos en Melgar o en Heraud, la precoz madurez de sus logros expresivos, pero, viéndolo bien, lo que llama la atención en ellos es la no adolescencia de su expresión artística, la adultez literaria en artista jóvenes. Hernández, en cambio, es el homo ludens de la poesía peruana. Tiene suficiente información y sensibilidad para el trabajo serio y en ese sentido de recogimiento habría que interpretar sus hermosos versos: "Solitarios son los actos del poeta / como aquellos del amor y de la muerte", pero no es eso lo que interesa más: él sabe como ninguno captar el chisporroteo del instante, lo artístico de lo deleznable, naturalmente alejado de las leyes de la euritmia, pero sin el propósito evidente de transgredirlas y sin ningún afán de llamar la atención sobre sus actos. En ese sentido su actividad literaria es adolescente porque es despreocupada, porque no le importan nunca los cánones literarios vigentes y por que tampoco tiene esa crispación infantil propia de tantos otros, ni el cuidadoso equilibrio de los artistas mayores. De Hernández se ha publicado Orilla (1961); Charlie Melnik (1962); Las constelaciones (1965); Vox horrísona (1978); Obra poética completa (1983).

Desde 1965 hasta sus muerte (1977), Hernández se desatendió de la idea de publicar su poesía en un libro. Simplemente escribía con plumones de variados colores y obsequiaba sus versos a las personas que apreciaba. El sentido oculto de esa decisión está en lo que se podría llamar "la desacralización del libro", que supone a su vez "la desacralización del autor".


HISTORIA DE LA MUSICA

Hay compositores sin pelo:
Prokofieff, Schimberg, Hindemirh
Hay compositores con pelo: Grieg, Liszt, Lennon.
De otros no se sabe
Pues usaban su peluca
Bach, Häendel, Lully
Pero lo terrible
Es el enigma nórdico:
Sibelius ,
Que en algunos discos
Tiene el cabello largo
Y en otros
Tan sólo una sonrisa.


ANTES


Espero que tu generación
Silbe alguna vez
Preludio al atardecer de un fauno
Al salir de un cinema;
Cuando, luego de creer en el mundo
Crean en el artista,
Libre y confuso
Como todo quien canta

Barranca avenida Eguren


MAS INFORMACION