jueves, 5 de noviembre de 2020

Letra 413: Mentiras Piadosas de Joaquín Sabina

JOAQUÍN SABINA

Joaquín Ramón Martínez Sabina (Úbeda, Jaén; 12 de febrero de 1949), conocido como Joaquín Sabina, es un cantautor, poeta y pintor español. Ha publicado diecisiete discos de estudio y siete en directo y colaborado con distintos artistas cantando dúos y realizando otras colaboraciones. Los álbumes en directo son grabaciones de actuaciones en las que ha intervenido en solitario o junto con otros artistas: La mandrágora (1981), junto a Javier Krahe y Alberto Pérez; Joaquín Sabina y Viceversa en directo (1986), junto a la banda Viceversa; Nos sobran los motivos (2000); y Dos pájaros de un tiro (2007) junto a Joan Manuel Serrat. Se estima que ha vendido más de diez millones de discos y también ha compuesto para otros artistas como Ana Belén, Andrés Calamaro o Miguel Ríos, entre otros. En su faceta literaria ha publicado nueve libros con recopilaciones de letras de canciones o poemas publicados en el semanario Interviú. En 2001 sufrió un leve infarto cerebral que puso su vida en peligro, recuperándose unas pocas semanas más tarde sin sufrir secuelas físicas, pero viéndose inmerso en una importante depresión, lo que le llevó a abandonar los escenarios un tiempo. Durante su retiro, publicó Dímelo en la calle (2002), al que seguiría su decimoctavo álbum, Alivio de luto (2005), cuyas canciones reflejan cómo influyó el incidente en su forma de pensar. Consiguió tres discos de platino por Vinagre y rosas (2009)​ y uno de oro por Lo niego todo (2017)​, sus últimos discos hasta el momento.

 

MENTIRAS PIADOSAS

Cuando le dije que la pasión por definición no puede durar
como iba yo a saber que ella se iba a echar a llorar.
No seas absurdo, me regañó, esa explicación nadie te la pidió
así que guardatela, me pone enferma tanta sinceridad.

Y así fue como aprendí que en historias de dos conviene a veces mentir
que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor.

Yo le quería decir que el azar se parece al deseo
que un beso es sólo un asalto y la cama es un ring de boxeo,
que las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan
se marchitan cuando las toca la sucia rutina.

Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera
contarle que el universo era más ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real no una color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas.

Y las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan
se marchitan cuando las toca la sucia rutina.

Y cuando por la quinta cerveza le hablé de esa chica
que me hizo perder la cabeza estalló,
vas a callarte de una vez por favor.

Y así fue como aprendí que en historias de dos conviene a veces mentir
que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor.

 

 

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