domingo, 16 de agosto de 2009

POESIA SEMANAL
SEMANA IV, AÑO I


KONSTANTINOS CAVAFIS (1863-1933)



Poeta griego, una figura fundamental de la literatura griega del siglo XX. Nació en Alejandría (Egipto), donde pasó la mayor parte de su vida. Autocrítico implacable, muchas veces afectado por su propia heterodoxia, Cavafis publicó poco durante su vida. Rechazaba los valores tradicionales del cristianismo, la ética heterosexual, el nacionalismo y el patriotismo. Cavafis creó un estilo personal, algo solemne y arcaico, mezclado con el griego de su época. En sus versos se integran la historia helenística y bizantina con asuntos contemporáneos, como ocurre en dos de sus poemas más conocidos, 'El dios abandona a Antonio' e 'Ítaca', escritos en 1911.

La obra de Cavafis empezó a conocerse fuera de Grecia a través de las referencias del estudio de E. M. Forster sobre Alejandría, Alejandría: Historia y guía (1923). Desde 1930 su influencia fue importante no sólo en los jóvenes griegos, sino también en escritores extranjeros, y a partir de esta época los escritos críticos sobre su obra se multiplican. Un nuevo empuje de la obra de Cavafis tuvo lugar con la publicación del Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell (1957-1960).

ITACA



Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.