Las teorías conspirativas se extienden por Internet a una velocidad vertiginosa. Y encuentran un público que cree en ellas. Científicos investigan por qué hay personas que tienden a considerar conjeturas disparatadas como verdaderas.
En escasos veinte años, Internet ha cambiado radicalmente nuestra forma de pensar. Ningún otro medio ha logrado manipular tanto la conducta humana. Internet puede ser una bendición, pero también una maldición.
Opiniones que se difunden sin filtros y sin pruebas por la red reciben el mismo crédito que contenidos periodísticos cuya veracidad ha sido constatada. Inspirándose en el bestseller de Gérald Bronner «La democracia de los crédulos», este reportaje analiza la predisposición natural de nuestro cerebro a creer mitos conspirativos absurdos. ¿Según qué principios y patrones funcionan estos mitos? Y, si el cerebro es tan fácilmente influenciable, ¿tienen entonces oportunidad de prevalecer los hechos y los conocimientos frente a las creencias?
Fuente: DW Documental
MÁS INFORMACIÓN
- Cita DI: ¿Consumir alimentos alcalinos protege del Covid-19?
- Video 452: 10 bulos sobre el coronavirus
- Cita DVI: No hay medicina milagrosa contra el coronavirus y otras enfermedades | Alto a las ‘fake news’
CADENA DE CITAS
- Antes - Video 474: Ushuaia, ¿la ciudad más austral del mundo?
- Después - Video 476: South Pole | Antarctic Silence