sábado, 28 de noviembre de 2009

POESIA SEMANAL
Semana 15 – Año 1

JOAQUIN SABINA

Joaquín Ramón Martínez Sabina conocido artísticamente como Joaquín Sabina, es un cantautor y poeta español de éxito en países de habla hispana.

Ha publicado catorce discos de estudio, cuatro en directo y tres recopilatorios y colaborado con distintos artistas cantando dúos y realizando otras colaboraciones. En su faceta literaria ha publicado nueve libros con recopilaciones de letras de canciones o poemas publicados en el semanario Interviú.

En el año 2001 sufre un leve infarto cerebral que pone su vida en peligro, recuperándose unas pocas semanas más tarde sin sufrir secuelas físicas, pero el incidente influye en su forma de pensar y se ve inmerso en una importante depresión, lo que le lleva a abandonar los escenarios un tiempo. Tras superarla, publica su decimoctavo álbum, Alivio de luto (2005). El 17 de noviembre de 2009 publica Vinagre y rosas, su último álbum por el momento.

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DÉCIMAS ALMIDONADAS

Acabando disco estoy,
los acordes más idiotas
ponen alas en mis botas,
mañana, socio, ya es hoy.
No sé si vengo o si voy
pero le pongo una gota
de pasión a cada nota
que me queda por cantar
y, en agosto, a blasfemar
contra las bases de Rota.

Vente arriba, corazón,
que el invierno ha sido duro
y el tobogán del futuro
se anuncia color marrón.
La vida es una canción
que salta edades y muros
redimiendo al inseguro
y desarmando al que sabe
y la guitarra una llave
con un agujero oscuro.

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MAS INFORMACION

Web Oficial de Joaquín Sabina
Joaquín Sabina

domingo, 22 de noviembre de 2009

POESIA SEMANAL
Semana 14 - Año 1

EDGAR ALLAN POE (1809-1849)


Escritor estadounidense, cuentista, poeta, crítico y editor, unánimemente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto. Es considerado el padre del cuento de terror psicológico y del relato corto. Fue precursor asimismo del relato detctivesco y de la literatura de ciencia ficción, y renovador de la llamada novela gótica. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa, pero su importancia alcanza mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana, y, en mayor o menor medida, autores como Kafka, Lovecraft, Borges, etc.


EL CUERVO



I

En una noche pavorosa, inquieto

releía un vetusto mamotreto

cuando creí escuchar

un extraño ruido, de repente

como si alguien tocase suavemente

a mi puerta: «Visita impertinente

es, dije y nada más » .


II

¡Ah! me acuerdo muy bien; era en invierno

e impaciente medía el tiempo eterno

cansado de buscar

en los libros la calma bienhechora

al dolor de mi muerta Leonora

que habita con los ángeles ahora

¡para siempre jamás!


III

Sentí el sedeño y crujidor y elástico

rozar de las cortinas, un fantástico

terror, como jamás

sentido había y quise aquel ruido

explicando, mi espíritu oprimido

calmar por fin: «Un viajero perdido

es, dije y nada más ».


IV

Ya sintiendo más calma: «Caballero

exclamé, o dama, suplicaros quiero

os sirváis excusar

mas mi atención no estaba bien despierta

y fue vuestra llamada tan incierta...»

Abrí entonces de par en par la puerta:

tinieblas nada más.


V

Miro al espacio, exploro la tiniebla

y siento entonces que mi mente puebla

turba de ideas cual

ningún otro mortal las tuvo antes

y escucho con oídos anhelantes

«Leonora » unas voces susurrantes

murmurar nada más.


VI

Vuelvo a mi estancia con pavor secreto

y a escuchar torno pálido e inquieto

más fuerte golpear;

«algo, me digo, toca en mi ventana,

comprender quiero la señal arcana

y calmar esta angustia sobrehumana »:

¡el viento y nada más!


VII

Y la ventana abrí: revolcando

vi entonces un cuervo venerando

como ave de otra edad;

sin mayor ceremonia entró en mis salas

con gesto señorial y negras alas

y sobre un busto, en el dintel, de Palas

posóse y nada más.


VIII

Miro al pájaro negro, sonriente

ante su grave y serio continente

y le comienzo a hablar,

no sin un dejo de intención irónica:

«Oh cuervo, oh venerable ave anacrónica,

¿cuál es tu nombre en la región plutónica? »

Dijo el cuervo: «Jamás ».


IX

En este caso al par grotesco y raro

maravilléme al escuchar tan claro

tal nombre pronunciar

y debo confesar que sentí susto

pues ante nadie, creo, tuvo el gusto

de un cuervo ver, posado sobre un busto

con tal nombre: «Jamás ».


X

Cual si hubiese vertido en ese acento

el alma, calló el ave y ni un momento

las plumas movió ya,

«otros de mí han huido y se me alcanza

que él partirá mañana sin tardanza

como me ha abandonado la esperanza »;

dijo el cuervo: «¡Jamás! »


XI

Una respuesta al escuchar tan neta

me dije, no sin inquietud secreta,

«Es esto nada más.

Cuanto aprendió de un amo infortunado,

a quien tenaz ha perseguido el hado

y por solo estribillo ha conservado

¡ese jamás, jamás! »


XII

Rodé mi asiento hasta quedar enfrente

de la puerta, del busto y del vidente

cuervo y entonces ya

reclinado en la blanda sedería

en ensueños fantásticos me hundía,

pensando siempre que decir querría

aquel jamás, jamás.


XIII

Largo tiempo quedéme así en reposo

aquel extraño pájaro ominoso

mirando sin cesar,

ocupaba el diván de terciopelo

do juntos nos sentamos y en mi duelo

pensaba que Ella, nunca en este suelo

lo ocuparía más.


XIV

Entonces parecióme el aire denso

con el aroma de quemado incienso

de un invisible altar;

y escucho voces repetir fervientes:

«Olvida a Leonor, bebe el nepenthes

bebe el olvido en sus letales fuentes »;

dijo el cuervo: «¡Jamás! »


XV

«Profeta, dije, augur de otras edades

que arrojaron las negras tempestades

aquí para mi mal,

huésped de esta morada de tristura,

dí, fosco engendro de la noche oscura,

si un bálsamo habrá al fin a mi amargura »:

dijo el cuervo: «¡Jamás! »


XVI

«Profeta, dije, o diablo, infausto cuervo

por Dios, por mí, por mi dolor acerbo,

por tu poder fatal

dime si alguna vez a Leonora

volveré a ver en la eternal aurora

donde feliz con los querubes mora »;

dijo el cuervo: «¡Jamás! »


XVII

«Sea tal palabra la postrera

retorna a la plutónica rivera,»

grité: «¡No vuelvas más,

no dejes ni una huella, ni una pluma

y mi espíritu envuelto en densa bruma

libra por fin el peso que le abruma! »

dijo el cuervo: «¡Jamás! »


XVIII

Y el cuervo inmóvil, fúnebre y adusto

sigue siempre de Palas sobre el busto

y bajo mi fanal,

proyecta mancha lúgubre en la alfombra

y su mirada de demonio asombra...

¡Ay! ¿Mi alma enlutada de su sombra

se librará? ¡Jamás!


MAS INFORMACION


Edgar Allan Poe - Poemas

The Edgar Allan Poe Society of Baltimore

Edgar Allan Poe Museum

Relatos, fotos y textos sobre Poe de otros escritores


martes, 17 de noviembre de 2009

POESIA SEMANAL
SEMANA XIII, AÑO I


LEÓNIDAS LAMBORGHINI





Leónidas Lamborghini nació en Buenos Aires en 1927. Luego de abandonar la Universidad trabajó como tejedor y a partir de 1956 se dedicó intensamente al periodismo y a la poesía, por la cual recibió el rápido reconocimiento de escritores como Marechal, Juan L.Ortiz y Girondo. Se exilió en México con su familia entre 1977 y 1990, año en el que regresó a la Argentina. Su obra poética, una de las más originales y revulsivas de la literatura actual en lengua española, incluye títulos como Al público (1957), El solicitante descolocado (1971), Episodios (1980) y Odiseo confinado (Premio Boris Vian 1992). El conjunto de su obra recibió el Premio Leopoldo Marechal, en 1991. Un amor como pocos, publicada en 1993, es su única novela. Muere el 2009.


UNA FLOR EN LA TORMENTA

El perdido busca en la tormenta

un nombre para el Sin Nombre. y para probar

nombra un nombre.
El que en un esfuerzo interminable

aprendió a vivir sin nombre

aúlla su tormento

y se tambalea en el nombre

que para probar

nombró el perdido.

El Sin Nombre

se pierde en el nombre

para su ningún nombre. Y tambalea
en la tormenta de su aullar: perdido

en la tormenta

enseñando una flor nacida

del tormento de su esfuerzo interminable

para probarse Dios:

en la tormenta
buscando perdido

al que perdido lo pierde

nombrándolo así

con ese nombre.




MAS INFORMACION:



domingo, 1 de noviembre de 2009

POESIA SEMANAL
SEMANA XII, AÑO I


GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

(1837 - 1871)




Fue hijo del pintor José Domínguez Insausti, que se firmaba Bécquer por unos antepasados suyos llegados a Sevilla desde Flandes.


Nació en esta ciudad, quinto hermano de una familia de ocho varones y, siendo aún muy niño, quedó huérfano de padre y, poco después, también de madre. Fue recogido por su madrina, doña Manuela Monahay, una mujer muy culta. Después de tener que abandonar los estudios de náutica que había iniciado en Sevilla, se trasladó a Madrid. Allí colaboró en diversas revistas literarias y pasó muchas penurias económicas y de salud. Se enamoró de Julia Espín y Colbrandt, el gran amor de su vida, pero sin ser correspondido.



Se casó con Casta Esteban, con la que tuvo tres hijos, pero el matrimonio fracasó y se separaron, aunque se reconciliarían antes de la muerte del poeta. Bécquer consiguió algún trabajo estable, pero pronto fue cesado y continuaron sus muchos problemas. La muerte de su hermano Valeriano, con el que siempre estuvo muy unido, fue otro duro golpe para él. Murió prematuramente, rodeado de muy pocos, pero fieles amigos. Bécquer parece un hombre que hubiera nacido marcado por un destino adverso, bajo el signo de la carencia; por no tener, no tuvo ni tiempo de ver publicadas sus obras, ya que se editaron después de su muerte.


DEL SALÓN EN EL ÁNGULO OSCURO...


Del salón en el ángulo oscuro,

de su dueña tal vez olvidada,

silenciosa y cubierta de polvo,

veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,

como el pájaro duerme en las ramas,

esperando la mano de nieve

que sabe arrancarlas!

¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio

así duerme en el fondo del alma,

y una voz como Lázaro espera

que le diga «Levántate y anda»!