miércoles, 31 de julio de 2019

Video 201: Los Gigantes del Cenepa

LOS GIGANTES DEL CENEPA

¡Victoria! ¡Victoria!
A los guerreros de nuestro Perú
Que ofrendaron su sangre y la vida
En defensa de su integridad

¡Victoria! ¡Victoria!
Para la amada y hermosa nación
Por la grandeza de la raza Inca y
La nobleza de su corazón

Gloria eterna a los defensores
Que volaron a la eternidad
En las alas de la roja y blanca
Cual flamencos del sueño inmortal

Sobre la sangre de los que cayeron
Al final de la lucha tenaz
Ojala que germine en el mundo
La semilla de unión y de paz

¡Victoria! ¡Victoria!
Y a sus gigantes del Cenepa
Defender nuestra soberanía
Con gratitud, heroísmo y valor

¡Victoria! ¡Victoria!
Del soldado peruano en acción
De un pueblo y su fuerza armada
Siempre unidos
Siempre alertas
Para arrojar a cualquier invasor

¡Victoria! ¡Victoria!
¡Por la gloria del Perú!

¡Viva el Perú!


martes, 30 de julio de 2019

Ciclo Grandes Films del Cine Frances "L'armée des Ombres": 31 de julio





L'armée des Ombres (1969)
Dir: Jean-Pierre Melville
 
Sinopsis: Philippe Gerbier es un ingeniero civil que ha entregado todos sus esfuerzos a la valerosa resistencia francesa, de la que es uno de sus máximos responsables. Pero llega el día en que la policía colaboracionista le captura, siendo retenido en un campo de concentración bajo atenta vigilancia. Tras un traslado logrará escapar improvisando una fuga relámpago. A partir de ese momento viviremos con su testimonio el día a día de la resistencia y sus dificultades ante el poderoso invasor.

Miércoles 31 de julio / 6:30 pm.
Audiovisuales UNSA 
San Agustín 106

Ingreso libre
 

P. Adolfo Franco, SJ: Comentario para el domingo 28 de julio

DOMINGO XVII del Tiempo Ordinario
Lucas 11, 1-13

Jesús enseña sobre la oración 

1 Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos:
—Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.
Él les dijo:
—Cuando oren, digan:
»“Padre,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Danos cada día nuestro pan cotidiano.
Perdónanos nuestros pecados,
    porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden.
Y no nos metas en tentación”.
»Supongamos —continuó— que uno de ustedes tiene un amigo, y a medianoche va y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues se me ha presentado un amigo recién llegado de viaje, y no tengo nada que ofrecerle”. Y el que está adentro le contesta: “No me molestes. Ya está cerrada la puerta, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada”. Les digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo, sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite.
»Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. 10 Porque todo el que pide recibe; el que busca encuentra; y al que llama, se le abre.
11 »¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará en cambio una serpiente? 12 ¿O, si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!»

El Evangelio de hoy nos da varias enseñanzas sobre la oración. La oración esa actividad tan esencial del ser humano, que podemos decir que el que no ora, tiene una carencia fundamental en su vida como ser humano. Y es que la fragilidad de nuestra vida, por el hecho de ser creaturas, sólo se consolida conectando nuestra debilidad con el ser Absoluto, con Dios. Además podríamos decir que sin comunicación con Dios seríamos como hijos huérfanos que no han conocido a su Padre. Un hombre que no ora es un huérfano perdido y sin hogar.

Y San Lucas empieza esta enseñanza de la oración poniéndonos delante a Jesús mismo orando. Esa es la principal enseñanza sobre la oración: Jesús orando es la lección que necesitamos. Su ejemplo es más eficaz que cualquier discurso que el evangelista San Lucas pudiera trasmitirnos. Jesús en comunicación con su Padre, esa es la mejor enseñanza de la oración. Y tanto es así, que el ver este ejemplo de Jesús orando, motiva a los apóstoles a pedirle que les enseñe a orar a ellos también.

Y Jesús enseña a sus discípulos a orar. Y les declara el Padre Nuestro. Y además les añade al final una enseñanza sobre la eficacia de la oración.

Decirle Padre a Dios, eso es orar. Establecer una comunicación de Padre a hijo y de hijo a Padre. La oración cristiana es eso. El decirle Padre a Dios de verdad, es manifestar amor. La oración sin amor no es oración. Incluso hay que decir que la oración en sí misma es un acto de amor, o no es nada. La oración con frecuencia ha sido vaciada de este su contenido esencial, que es el amor. Convertirla en peticiones, como se piden cosas en un expediente, eso no es orar de verdad. Si hay peticiones, deben surgir en un clima de afecto y de verdadero amor al Dios al que nos dirigimos; y por eso le llamamos Padre, porque lo sentimos y lo vivimos así. Orar es amar, antes que ninguna otra cosa.

Sentirse hijo y vivir como hijo, en relación con este Padre. Es no sólo una situación afectuosa, sino la toma de conciencia de nuestra necesidad de Padre. Uno mira a su interior, al estrato más profundo de su propio ser y descubre dos cosas: la propia fragilidad, el ser humano es un ser necesitado de apoyo en su misma esencia; y descubre además la procedencia de su propia naturaleza: yo, como ser, provengo de Dios. Es como descubrir el cordón umbilical de nuestra vida. Y sentimos que venimos de Dios, y que sin El no hay existencia. Dios nos ha engendrado como hijos, y eso lo tenemos marcado como huellas de nuestra personalidad. Orar es una necesidad que brota del sentimiento de nuestra pequeñez. Y por eso al orar decimos Padre. Y esta oración conecta nuestro ser más íntimo con el Padre. Y así seguimos recibiendo el alimento vital que necesita nuestro ser. La oración así se convierte también en el nexo que nos conecta con la fuente de la vida. Sin esa conexión nuestra vida va perdiendo energía, porque nuestro ser se alimenta del Padre que nos da la posibilidad de existir.

No simplemente llamamos a Dios Padre, y nos sentimos con El como hijos, sino que de verdad nos damos cuenta de que esa relación es necesaria, para nuestra vida misma. Y en ese nexo que se establece entre nosotros y Dios, por esa especie de enlace que se establece en la oración, le enviamos a El nuestra vida, nuestras aspiraciones, necesidades, nuestros ideales, nuestros actos de amor; y El a su vez nos sigue enviando su vida, su calor, su infinito amor, y sus mensajes. Es algo extraordinario pensar en la oración en esos términos: un canal de comunicación, y por ese canal va a Dios lo mejor de nosotros mismos, y viene a nosotros toda la riqueza de Dios. Eso es lo que Jesús nos enseña al enseñarnos que cuando oremos digamos Padre a Dios.

Y después, en este mismo párrafo San Lucas nos trasmite la enseñanzas de Jesús sobre la eficacia de la oración. Muchas veces se ha pensado en la eficacia de la oración, porque conseguimos las cosas que pedimos a Dios debidamente. Y es verdad, esto también se consigue muchas veces. Pero la eficacia de la oración está en lo último que dice este hermoso párrafo de San Lucas. Que Dios da el Espíritu Santo cuando se le pide algo. Y es que la oración, por sí misma es un enriquecimiento, se nos da como riqueza el Espíritu Santo, por el hecho mismo de orar. Aunque yo no pida nada, o aunque pida mucho; ya al orar estoy recibiendo el gran don de Dios que es el Espíritu Santo. Y lo recibo aunque mi oración sea un simple acto de presencia de Dios, un estar presente a El, sin decirle nada, sin abrir la boca. En cuanto me pongo en oración de verdad, el Espíritu Santo va llegando abundantemente a mi corazón. Esta es la principal eficacia de la oración. Así que esa frase del Evangelio: "pedid y se os dará" podríamos traducirla así: "orad y os llenareis del Espíritu Santo". Es el mayor bien que Dios Padre puede darnos como hijos.


Adolfo Franco, SJ

lunes, 29 de julio de 2019

Cita CDXLI: ¿Cuánto dinero costó la independencia del Perú?





La historia del Perú como república independiente es también la de nuestra deuda externa. Don José de San Martín y la expedición (en esos tiempos, ‘espedicion’) libertadora no llegaron al país como gesto puramente altruista de parte de los que integraban este ejército: había un batallón que mantener. El recién nacido gobierno nacional se endeudó para poder pagar el transporte y manutención de su artillería por al menos 22 años luego de la declaración de independencia, y esto considerando solo aquellas deudas que sí se reconocieron.

Ahora bien, no es que aquellos países que apoyaron la salida de los españoles hicieron fila una vez se dio la independencia para cobrar sus respectivos montos. Fueron, de hecho, más benevolentes de lo que serían muchos bancos hoy, como se evidencia en el Tratado Particular entre el Estado de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina) y el de Chile del año 1819:

Las cuentas del costo de la expedición libertadora y de la escuadra de Chile que la conduce […] se presentarán por los ministros o agentes de los gobiernos de Chile y de las Provincias Unidas al gobierno independiente de Lima, arreglando con él amigable y convenientemente las cantidades, plazos y términos de los pagos”.

Un dato del que poco se habla en los tiempos actuales es que Chile fue un país clave –y quizás el más importante- para la libertad del Perú. Según explica el historiador Eduardo Torres, buena parte de los recursos en dinero salieron de contribuciones forzosas de la élite chilena que el gobierno Bernardo O’Higgins ordenó desde 1813.

Otros países que apoyaron la causa fueron Argentina, la Gran Colombia y Reino Unido, este último sobre todo por su interés en que el poder de España se extinga de una vez. Y qué mejor forma de hacerlo que quitándole su colonia favorita. 

¿QUÉ ESTÁBAMOS PAGANDO?

No hay un número exacto respecto a la cantidad de personas que integraba el ejército libertador. Se estima que rondaba los 4.300, entre artillería, infantería y caballería. Así, San Martín y su ejército arribaron a territorio peruano en 1820 con el costoso objetivo de vencer a alrededor de 20.000 miembros del ejército realista.

Explica Carlos Contreras en El legado económico de la independencia del Perú, que la guerra se financió subiendo impuestos, con donaciones –obligadas y voluntarias– y préstamos. “El único estímulo a la producción desplegado por la guerra fue la demanda de vestuario militar en el sur, que sirvió para activar la producción textil en la región”.

Y es recién cuando acaba la guerra que el gobierno se da cuenta, en medio de un caos político y social, de la magnitud de la deuda que le esperaba.

De acuerdo al historiador Héctor Huerto, en su texto Apuntes para la historia de la deuda externa e interna en el Perú, una vez liberado del dominio español, en 1823 se reconoce un monto de 1’500.000 pesos como deuda hacia Chile en un documento llamado Tratado de Auxilio, que luego por intereses se convirtió en 4 millones (aunque empezamos a lidiar con el asunto solo en 1848).

Asimismo, se asume una deuda con la Gran Colombia por 5 millones de pesos y se acuerda con Simón Bolívar en pagarle otro millón por su participación en la campaña.

Pero el listado de los acreedores estaba lejos de acabar. Para sostener la independencia (los españoles siguieron causando problemas hasta 1824) el Perú pide entre 1822 y 1825 dos préstamos con el Reino Unido que sumaron alrededor de 166 millones de libras esterlinas (a valores del 2017).

Y a esto se le agrega la Capitulación de Ayacucho (1824), donde se busca forzar al Perú a que reconozca una deuda con el estado español contraída por culpa de la guerra. Los realistas acceden a dejar el territorio luego de tres siglos, pero no de manera gratuita. Para ser exactos, querían cobrar alrededor de 21 millones de pesos, según detalla Contreras.

No hay un estimado exacto sobre el monto que se le debía a personas naturales. Huerto lo estima en aproximadamente 14.200.000 de pesos. Y por esto, en 1825 se promulga una ley en la cual todos los bienes muebles e inmuebles del Perú podían ser usados para pagar a nuestros acreedores.

Para 1826, el Perú ya se había declarado en moratoria, y no volvió a mirar su bandeja de deudas hasta 1848. 

DÍAS DE DEUDAS 

Tomando en cuenta el peso en metales preciosos de la moneda de esa época y valorizándolo a los precios actuales, nos da como resultado una deuda total de US$784 millones (número aproximado, tomando en cuenta los 45,2 millones de pesos mencionados en el texto más los préstamos británicos). Es decir, nuestra independencia costó, aproximadamente, el 73% de lo que tiene planeado invertir el Ministerio de Defensa en mantener a todo su efectivo militar para el 2019.

La población peruana creció a un ritmo más lento durante la década que siguió a la hazaña de San Martín. La producción de recursos bajó, en contraste con la deuda externa, que además de su nacimiento, vivió su primer apogeo. Y como toda guerra, sea por independizarse o conquistar un territorio, sea hace tres siglos u hoy, la economía también se cuenta entre las víctimas.


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Podcast EstíoCast 44: Tres historias de la guerra fría con MiGs





Esto es Estíocast, la versión veraniega de Histocast. Nos llegan tres curiosas historias de MiGs durante la guerra fría de la mano de David (@DeividNagan). Os recordamos que nos podéis seguir a través de nuestra cuenta de twitter @histocast y en facebook.

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domingo, 28 de julio de 2019

Video 398: Lima 2019 | Ceremonia de Inauguración





¡Más de 1800 voluntarios en escena, 2350 vestuarios, un equipo de 17 nacionalidades, son solo algunos de los involucrados que le han dado vida a nuestra gran Ceremonia de Inauguración! Revive en este video lo mejor de la noche mágica que vivimos dándole inicio a los Juegos Panamericanos #Lima2019 #JugamosTodos 

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Cita CDXL: Conversaciones sobre el Perú por Carmen McEvoy





"En estas Fiestas Patrias mi pensamiento va hacia ellos y hacia los fiscales, jueces, periodistas, políticos probos y organizaciones civiles que como sus antecesores luchan por el Perú decente y grande al que millones de peruanos honestos aspiramos".

Julio es un mes muy especial para todos los peruanos, más aun para los que vivimos afuera y tenemos el inmenso privilegio de volver al terruño para celebrar las Fiestas Patrias, darnos un baño de cariño entre los nuestros y, como es mi caso particular, participar en eventos que se organizan por estas fechas. Entre ellos, la Feria Internacional del Libro de Lima, la que cada año nos sorprende por la creciente presencia de autores peruanos compartiendo su trabajo con miles de compatriotas ávidos de leerlo. Este año tuve la oportunidad de presentar dos libros, además de la gran satisfacción de participar en una mesa –organizada por la FIL y la Derrama Magisterial– en la cual se discutió el rol que jugaron los ilustrados peruanos en nuestra independencia. Para ello tuvimos como referente el ya clásico libro “Tres etapas en el desarrollo de la conciencia nacional” de Pablo Macera. Escrito hace sesenta y cuatro años, “Tres etapas”, que ganó un importante premio nacional, es un texto excepcional que no pierde su vigencia porque es la primera síntesis del denominado pensamiento precursor.

La monumental obra de Macera no solo cubre el análisis de un fenómeno que él y otros académicos llaman “ilustración peruana” sino que su enorme curiosidad lo llevará a transitar caminos inexplorados, estableciendo, de esa manera, las bases de la historia rural andina sin olvidar su fructífero recorrido por una variedad de expresiones artísticas de nuestra Amazonía. En el caso de su libro pionero, el autor parte de la premisa de que el Perú sí tuvo una contribución concreta a su independencia y la obra intelectual de personajes de la talla de Pedro Bravo de Lagunas, José Baquíjano y Carrillo, Victorino Montero que, así como los forjadores del “Mercurio Peruano” son prueba de ello. La aparición de una serie de autores individuales que a medida que el tiempo transcurre sientan los fundamentos para la cristalización de lo que el discípulo de Raúl Porras Barrenechea denominó la “generación del ‘Mercurio Peruano’” coincidió con la crisis del imperio español, carcomido por la competencia externa pero, también, por una corrupción incontrolable. Ante ella y ante los abusos de un sistema que al verse acorralado apeló a una violencia feroz, como ocurrió durante la represión contra Túpac Amaru y sus seguidores, se alzaron múltiples voces que buscaron salidas, sea a través de reformas económicas, políticas e incluso la potencialización de la cultura nativa, como es el caso de los mercuristas. Ciertamente, la gran contribución de Macera es dar crédito a un grupo de peruanos que, en medio de un mundo que inexorablemente caminaba a su disolución, ensayaron soluciones algunas veces brillantes y otras bastante extravagantes.

Macera, quien años después tomó distancia de su temprana obra de arqueología intelectual y por esos extraños virajes de la vida terminó atrapado en el laberinto de la perversa política peruana, nos ha legado un modelo fascinante que debiera ser discutido y reevaluado de cara a nuestro bicentenario. Aquel consiste en la respuesta que un grupo de pensadores peruanos –empezando por los precursores– dan a las sucesivas crisis que marcan y aún siguen marcando nuestro atribulado devenir histórico. El colapso del imperio español es un momento fundante para la conversación, con visos de denuncia, pero una similar riqueza conceptual –pienso en la noción de la voluntad popular propuesta por Baquíjano en el Elogio a Jaurégui– se verá radicalizada a partir de Manuel Gonzales Prada en adelante. Dentro de un contexto en que nuevos actores sociales ingresan al debate tomando incluso las calles para demandar por su legítimos derechos, es notable la repetición de los temas inaugurados por los ilustrados. Porque la evaluación que hace Victorino Paredes, quien solicita virreyes eclesiásticos para que no le roben al Estado, podría muy bien ser aplicada al Perú del siglo XXI. Especialmente cuando el autor de “Estado político del Perú” se refiere a los “gobiernos sin leyes, ministros relajados, tesoros con pobreza, fertilidad sin cultivo, sabiduría desestimada, milicias sin honor, ciudades sin amor patricio, la justicia sin templo” o “la integridad tenida por locura”. Por otro lado, el temprano nacionalismo económico de Bravo de Lagunas –subrayado por Emilio Romero– que se emparenta directamente con el de los pensadores decimonónicos trabajados por Paul Gootenberg en su excelente libro (“Imaginando el desarrollo”) muestran que la mirada hacia adentro define un análisis que cruza casi dos siglos de desventuras.

Macera, quien afirma que la llegada del pensamiento crítico colaboró en la socialización de un conjunto de ideas, entre ellas el de justicia que constituye hasta hoy nuestra gran falencia, sugiere una motivación de los ilustrados que yo considero fundamental relevar en estos tiempos de cinismo y desesperanza. Aparte de conformar un colectivo social que asume una “función intelectual” en tiempos de zozobra, los mercuristas, de acuerdo con Macera, obran por “amor al Perú” y así lo dejan ver a lo largo de toda su obra. Y si bien es cierto el peligro del utilitarismo ilustrado que puede derivar en exclusiones, como ocurrió con la aristocracia del saber herreriana que duró poco y nada, es reconfortante encontrar, y a mí también me ocurre en mis estudios del siglo XIX, una corriente de auténtico amor por el Perú y preocupación por su destino. Son los representantes a veces anónimos de esta tendencia, poco apreciada, los que dan la batalla a pesar de la magnitud de la tarea que bien sabemos es titánica. En estas Fiestas Patrias mi pensamiento va hacia ellos y hacia los fiscales, jueces, periodistas, políticos probos y organizaciones civiles que como sus antecesores luchan por el Perú decente y grande al que millones de peruanos honestos aspiramos.

Por: Carmen McEvoy

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CADENA DE CITAS

Olafo el Amargado (28-Julio-2019)



https://www.comicskingdom.com/hagar-the-horrible/2019-07-28



Hägar the Horrible —rebautizado en español como Olaf el vikingo u Olafo el Amargado— es una tira cómica creada por Dik Browne. Debutó en 136 periódicos de Estados Unidos el 4 de febrero de 1973. Dos años más tarde, el número de periódicos en los que aparecía había aumentado a 600. Su circulación siguió en aumento y en 2010 la tira apareció en 1900 periódicos de 58 países y en 13 idioma.

Dilbert (28-Julio-2019)



https://dilbert.com/strip/2019-07-28



Dilbert es el nombre de una tira satírica creada por Scott Adams que ha aparecido en los periódicos desde 1989, dando lugar a varios libros, una serie animada de TV y numerosos productos relacionados que van desde muñecos rellenos hasta helados. La trama de este cómic se desarrolla en el contexto de lo cotidiano para millones de empleados y oficinistas: políticas de oficina, jefes incompetentes, compañeros de trabajo molestos, asuntos sin sentido, juntas eternas, etc. El mismo tipo de cosas que la gente odia en su trabajo diario son las que provocan las carcajadas en Dilbert.

sábado, 27 de julio de 2019

Diccionario CCCXCVI: Barlovento

"Poco a poco el anteojo mostró que el desconocido barco, a juzgar por sus lanchas y los vigías de los palos, era un ballenero. Pero como se hallaba demasiado a barlovento y daba la impresión de estar en ruta hacia otros mares, el Pequod no podía confiar en alcanzarle. De modo  que el banderín fue izado, a ver qué respuesta daba."

Moby Dick. Tomo 2. Página 57. Herman Melville. Alfaguara. Buenos Aires, Argentina - 2008.


Barlovento


De barloa y -vento, a imit. de sotavento.

1. m. Mar. Parte de donde viene el viento, con respecto a un punto o lugardeterminado.

ganar el barlovento

1. loc. verb. Mar. Situarse dejando al enemigo u otra escuadra o buque asotavento y en disposición de poder arribar sobre él.

2. loc. verb. p. us. Aventajar a alguien en cualquier línea.


Fuente: Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición. 
 
LA CADENA DEL DICCIONARIO 

Libro: Criminología para ti





El mundo en el que vivimos es similar a una moneda. Todo tiene su contrario. Para un Dios tenemos un diablo. Para un blanco tenemos un negro. Para un alto tenemos un bajo. Para un gordo tenemos un flaco. La lista se puede tomar en infinita, y para ella tenemos también una finita.
Si en algo se caracteriza el ser humano es en la capacidad de exteriorizar su voluntad, generando una conducta. Conducta que pasa por el filtro de la ambivalencia que hemos mencionado: o pueda ser buena o puede ser mala. O puede ser legal e ilegal. Y en el devenir de lo ilegal, encontramos un delito.

El delito como manifestación de una voluntad exteriorizada, requiere de una explicación. Es allí donde encontramos una palabra que nos acompañará a lo largo de estos días, teniendo fe por supuesto, de que no decaerás en el intento de terminar de leer este libro. La palabra a la que me refiero es la criminología.

Puesta como todo un bicho raro en la bandeja de la carrera universitaria de derecho, la criminología ha sido despreciada, vapuleada, vilipendiada y hasta ignorada por mucho. Aquellos que lo hacen, generalmente es porque les quedan dudas, y no es prudente caminar por un sendero resbaladizo.

Lo que se pretende en estas líneas es hacerte ver que la criminología es tan divertida como la película que rentaste la última vez antes de comprar este libro. Y tan apasionante como el partido de futbol de tu equipo favorito. La criminología es eso. Es una ciencia que puede ser vista como un arte. El arte de entender el comportamiento de esos tantos que tú, se ven en la hora de decidir, y lamentablemente se inclinan hacia lo ilegal, hacia el delito. El arte de entender que hay intentos por explicar lo que acontece en esos robos y asesinatos que dibujan el periódico que acabas de leer hace poco. El arte de entender a las víctimas de esos mismos robos y asesinatos. El arte de entender por qué el que los cometió fue a parar a una Comisaria, para luego de ser remitido a una Fiscalía, pasar por el Despacho de un juez y dormir en una prisión.

Es de todo eso que está hecho nuestro viaje. Y no hay viaje sin pasajero. Tú eres el pasajero. Así que abróchate los cinturones y bienvenido a bordo. Lo único que necesitamos es tu complicidad y tus ganas de aprender. Si cuentas con ello, te presentamos ni más ni menos, a la criminología.

De la Presentación
Hugo de  Romaña Velarde

ÍNDICE
  • Prólogo
  • Presentación
  • Criminología
  • El delito de la criminología
  • El delincuente biológico
  • El delincuente psicológico
  • El delincuente psiquiátrico
  • El delincuente sociológico
  • Perfiles criminales
  • Victimología
  • Control social

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Autor(es): Hugo de  Romaña Velarde 
Editorial: Adrus
Páginas: 183
Tamaño: 
Año: 2016