viernes, 15 de diciembre de 2023

Libro: El viejo y el mar

 

 

Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber pescado los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salao, lo cual era la peor forma de la mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana. Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con su bote vacío, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de harina y, arrollada, parecía una bandera en permanente derrota.

Primeras líneas de El viejo y el mar

 

Santiago, aunque todo el mundo lo llama El viejo. es un pescador de avanzada edad, que lleva 84 días sin conseguir pescar nada. Un buen día por la mañana, decide salir solo al mar, donde por fin, un enorme merlín (pez vela similar al pez espada) pica el anzuelo no sin dar batalla antes de ser capturado definitivamente. La lucha con el pez dura tres días, en los que Santiago recuerda su vida pasada. En su mente resuenan los tiempos en que la suerte estaba de su lado, y era capaz de conseguir una gran pesca. También recuerda a Manolin, un joven que le había estado ayudando hasta hace poco a pescar. Los padres de aquel muchacho le prohibieron salir de pesca con el viejo, debido a la mala racha que este había conseguido en el oficio. Sin embargo, el joven siempre estaba dispuesto a ayudarle cuando fuese necesario, puesto que, fue Santiago quien lo instruyó en la pesca desde que Manolin tenía cinco años.

 

7 VALIOSAS LECCIONES QUE NOS OFRECE «EL VIEJO Y EL MAR»

Se paciente y nunca te rindas.

El protagonista, Santiago, al iniciar el relato, lleva 84 días sin pescar nada. Aún así, ha salido a faenar día tras día. No tira la toalla y tiene la esperanza de que algún día próximo, pescará alguna pieza. Es Tenaz. No abandona y una vez fija sus objetivos, no hay nada, ni nadie, que le haga dejarlos.

«Pudiera dejarme ir a la deriva(…) y dormir y echar un lazo al dedo gordo del pié para ver si pican. Pero hoy hace ochenta y cinco días (que no pesco) y tengo que aprovechar el tiempo«.

Haz el trabajo bien hecho

Poco a poco, Santiago va realizando las acciones lo mejor que puede dentro de cada situación, por mucho que la probabilidad de éxito sea pequeña. Ya sea disponer el sedal, cuidar su salud o cambiar de postura sobre el bote realiza cada acción con cuidado, eficiencia y reflexionando sobre los efectos que puede tener.

«Yo los mantengo con precisión. Lo que pasa es que ya no tengo suerte, Pero prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto».

La experiencia es importante.

En este punto he decidido no incluir ninguna cita. Esto es así, por que la experiencia es la suma que se extrae de todos los actos del protagonista. Ya sea la técnica que emplea, saber interpretar las brisas marinas, reconocer los diferentes peligros del mar o saber orientarse. Todo ello, son conocimientos que ha ido obteniendo a partir de la experiencia de sus años de marinero.

Céntrate en el presente

Muchas veces pasamos nuestro tiempo lamentándonos por aquello que no hicimos en el pasado, por aquello que pudimos haber hecho. Pero eso no tiene solucción. Lo que si que podemos hacer, es centrarnos en el problema presente y atajarlo. Mientras hacemos eso, debemos centrar toda nuestra atención en ello y no crear expectativas.

«Piensa en esto; piensa en lo que estás haciendo. No hagas ninguna estupidez». «Debiste haber traído muchas cosas (…). Pero no las has traído, viejo. Ahora no es el momento para pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay».

Prioriza

Si tenemos unos objetivos claros, podemos establecer que es importante y que no. Que es urgente y que no lo es. de esta manera, priorizar es fundamental cuando nos enfrentamos a cualquier problema. Santiago deja de lado muchas cosas, pero no todo aquello que es necesario para obtener su objetivo final.

«Habré perdido 200 brazas de cordel catalán y los anzuelos y alambres, Eso puede ser reemplazado. Pero este pez, ¿Quién lo reemplaza? Si engancho otros peces, pudiera soltarse.

Se humilde: enfréntate cada vez al problema cómo la primera vez

El protagonista acepta su «mala suerte». No se esconde detrás de su Ego y acepta toda la ayuda que le proveen. Cuando se hace a la mar, lo hace desde una posición de respeto y así actúa delante de los retos que se le presentan.

«El millar de veces que lo había demostrado no significaba nada. Ahora lo estaba probando de nuevo. Cada vez era una nueva circunstancia y cuando lo hacía no pensaba jamás en el pasado».

Conócete a ti mismo

Por último, el relato nos enseña que debemos conocernos. Santiago conoce sus fortalezas y debilidades. Sabe cuando tiene que guardar sus energías y cuando gastarlas. Igualmente, sabe sus puntos flacos y sus fortalezas.

» Recuerda dormir (…). Oblígate a hacerlo e inventa algún modo simple y seguro de atender a los sedales (…) podría pasarme sin dormir (…), pero sería demasiado peligroso»

 

Fuente: https://jaimearmada.wordpress.com

 

ERNEST HEMINGWAY

Ernest Miller Hemingway (Oak Park, Illinois, 21 de julio de 1899-Ketchum, Idaho, 2 de julio de 1961) fue un escritor y periodista estadounidense, uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX.

Su estilo sobrio—que él denominó la teoría del iceberg—tuvo una gran influencia sobre la ficción del siglo XX, mientras que su vida de aventuras y su imagen pública le trajeron la admiración de las generaciones posteriores. Hemingway escribió la mayor parte de su obra entre mediados de la década de 1920 y mediados de la década de 1950. Ganó el Premio Pulitzer en 1953 por El viejo y el mar y al año siguiente el Premio Nobel de Literatura por su obra completa. Publicó siete novelas, seis recopilaciones de cuentos, dos ensayos y una obra de teatro. Póstumamente se publicaron tres novelas, cuatro libros de cuentos y tres ensayos. Muchos de estos son considerados clásicos de la literatura de Estados Unidos.

Hemingway fue criado en Oak Park, Illinois. Después de cursar la escuela secundaria, trabajó durante unos meses como reportero del Kansas City Star, antes de irse al frente italiano, donde se alistó como conductor de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial y en donde conoció a Henry Serrano Villard, de quien se hizo amigo. En 1918, fue gravemente herido y regresó a casa. Sus experiencias en la guerra sirvieron de base para su novela Adiós a las armas (1929).

En 1921 se casó con Hadley Richardson, la primera de cuatro esposas. La pareja se mudó a París, donde trabajó como corresponsal extranjero y asimiló la influencia de los escritores y artistas modernistas de la comunidad de expatriados, la «generación perdida» de la década de 1920. La primera novela de Hemingway, Fiesta, fue publicada en 1926. Tras su divorcio de Hadley Richardson en 1927, Hemingway se casó con Pauline Pfeiffer. La pareja se divorció después de que Hemingway regresara de la guerra civil española, que cubrió como periodista, y que fue la base de su novela Por quién doblan las campanas (1940). Con su tercera esposa, Martha Gellhorn, se casó en 1940. Se separaron cuando conoció a Mary Welsh en Londres, durante la Segunda Guerra Mundial. Estuvo presente como periodista en el desembarco de Normandía y la Liberación de París.

Poco después de la publicación de El viejo y el mar en 1952, Hemingway se fue de safari a África, donde estuvo a punto de morir en dos accidentes aéreos sucesivos que lo dejaron con dolores y problemas de salud gran parte del resto de su vida. Hemingway mantuvo residencias permanentes en Cayo Hueso, Florida, en la década de 1930, y en Cuba, en las décadas de 1940 y 1950. En 1959 compró una casa en Ketchum, Idaho, donde se suicidó el 2 de julio de 1961 a los 61 años.


MÁS INFORMACIÓN


Autor(es): Ernest Hemigway

Editorial: Dodi

Páginas: 112

Tamaño: 14,8 x 20,6 cm.

Año: 2020