Una de las órdenes ejecutivas que Donald Trump firmó el mismo día que volvió a la Casa Blanca estuvo destinada a cambiar el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América. El republicano adoptó la medida para “honrar la grandeza de Estados Unidos. El problema es que este accidente geográfico que cubre más de 1,6 millones de km2 no solo bordea el sur de EE.UU., sino también el litoral de México y Cuba. De hecho, el golfo ha llevado el mismo nombre durante más de cuatro siglos y el origen de su denominación se remonta a los aztecas.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, no tardó en rechazar la decisión de Trump y le recordó que su orden ejecutiva solo tiene validez dentro de EE.UU., pues el Golfo de México es una “denominación aceptada y registrada históricamente” por la Organización Hidrográfica Internacional, de la cual ambos países forman parte.
México también arremetió contra Google luego de que el gigante de Internet aceptara renombrar en sus servidores el nombre del golfo de México como lo dispuso Trump. Sheinbaum incluso ha pedido a Google incluir en su buscador mapas de la “América mexicana”, como se denominaba en el siglo XVII al actual territorio de Estados Unidos y Canadá.
Monte Denali o Monte McKinley
Trump también ordenó que el Monte Denali, el pico más alto de Estados Unidos ubicado en Alaska, vuelva a ser llamado Monte McKinley, en honor al presidente William McKinley (1987-1901). McKinley nunca pisó Alaska, pero era admirado por un buscador de oro de la zona, quien usó el nombre del mandatario para referirse al monte en un artículo del diario “New York Sun” en 1897.
La denominación se mantuvo desde entonces, pero el estado de Alaska solicitó el cambio a Denali, su nombre nativo, en 1975. Tras 40 años de papeleo, en el 2015, el entonces presidente Barack Obama aprobó una orden del Departamento del Interior para cambiar el nombre a Denali. De vuelta al presente, varios grupos nativos de Alaska y legisladores del estado ya han mostrado su oposición a la decisión de Trump.
Mar de Japón o mar del Este
Si bien los cambios de nombres ordenados por Trump obedecen a una decisión unilateral, existen zonas geográficas que tienen más de una denominación debido a causas históricas o políticas. El cuerpo de agua entre Japón y la península de Corea es una zona a la que los japoneses se refieren como el mar de Japón, mientras que los coreanos afirman que se ha llamado mar del Este durante siglos.
De un lado, Tokio señala que el mar de Japón es el único nombre aceptado internacionalmente en cartografía. Del otro, Seúl defiende que el nombre mar de Japón se volvió común después de que Corea quedó bajo dominio japonés, en 1929, y que hoy es un recordatorio de un pasado colonial. La Organización Hidrográfica Internacional aceptó el nombre de mar de Japón después de que Japón se anexionara Corea.
En la actualidad, la mayoría de los mapas que se usan en todo el mundo, excepto los de Corea del Sur y del Norte, utilizan exclusivamente el término mar del Japón. La ONU reconoció ese nombre como término geográfico estándar en el 2004.
Mar del Sur de China con distintos nombres
El mar del Sur de China, comúnmente conocido como el Mar de China Meridional en el mundo angloparlante, también es objeto de disputa. Se trata de una masa de agua que se extiende a lo largo de 3,5 millones de km2 que baña las costas de Brunei, China, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam y que es objeto de varios reclamos territoriales y marítimos.
Si dos países difícilmente se ponen de acuerdo, con seis el problema es mucho mayor. No sorprende que las naciones involucradas usen nombres como mar de Filipinas Occidental o mar del Sudeste Asiático para reivindicar sus posturas. Beijing, que reclama “derechos históricos” sobre casi el 90% de la masa líquida, lo llama mar del Sur.
Golfo Pérsico o Golfo Arábigo
Otra masa de agua cuyo nombre está en disputa es la que Irán y gran parte del mundo llaman Golfo Pérsico, nomenclatura usada desde el siglo XVI. Sin embargo, muchas naciones de Medio Oriente, entre ellas Arabia Saudita, rechazan esa denominación y prefieren usar Golfo Arábigo.
Este golfo de 251.000 km2 de superficie ubicado al sur de Irán, anteriormente Persia, ha sido durante mucho tiempo una fuente de tensión en una región que ya tiene fuertes discrepancias. Para evitar avivar las escaramuzas, Estados Unidos usa el Golfo Pérsico para asuntos oficiales. La ONU utiliza el mismo término.
El gobierno de Irán amenazó con demandar a Google en el 2012 por la decisión de la compañía de no etiquetar el cuerpo de agua en absoluto en sus mapas.
Río Grande o río Bravo
El golfo de México no es la primera disputa de este tipo entre Estados Unidos y el país azteca. Una zona geográfica clave es el río que desde 1848 marca la frontera entre Texas y los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Mientras México lo llama río Bravo, para Estados Unidos es el río Grande.
Este caudal natural que se extiende a lo largo de unos 3.000 km es el quinto río más grande de Norteamérica y el vigésimo cuarto más grande del planeta. Es una de las rutas más utilizadas por inmigrantes para cruzar irregularmente a EE.UU.
Según Fundación del Español Urgente (Fundéu), el Diccionario geográfico universal, de Guido Gómez de Silva, señala que el nombre que se debe usar es río Bravo o río Bravo del Norte y que la denominación Rio Grande es la empleada en inglés. En esa lengua se prescinde de la tilde.
Cisjordania o Judea y Samaria
Las diferencias en torno a los territorios que ocupan israelíes y palestinos son antiguas y muy complejas. Una de las denominaciones que más debate causa es la que se da a la zona conocida internacionalmente como Cisjordania ocupada. Se trata de un territorio que está en disputa con zonas palestinas y asentamientos israelíes.
Cisjordania es un nombre que se arraigó durante el período en que el territorio estuvo ocupado por Jordania (1948-1967). El Estado hebreo llama a este lugar Judea y Samaria, por su nombre bíblico.
Islas Malvinas o islas Falkland
Ubicadas en el océano Atlántico Sur, en el extremo sudeste de América del Sur, las islas Malvinas son un territorio británico de ultramar, pero Argentina reclama su soberanía desde 1833.
El archipiélago, al que Gran Bretaña llama islas Falkland, fue objeto de una guerra entre ambos países en 1982. Las fuerzas argentinas desembarcaron en las islas para reclamar el territorio, pero luego de 74 días los británicos recuperaron el control total.
En el 2013, los habitantes de las islas votaron por seguir siendo un territorio del Reino Unido.
Fuente: https://elcomercio.pe
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