domingo, 1 de septiembre de 2024

Libro: Teogonia. El origen de los dioses. Colección Biblioteca Gredos

 


(II. 1-25)Comencemos nuestro canto por las Musas Heliconíadas, que habitan la montaña grande y divina del Helicón. Con sus pies delicados danzan en torno a una fuente de violáceos reflejos y al altar del muy poderoso Cronión. Después de lavar su piel suave en las aguas del Permeso, en la Fuente del Caballo o en el divino Olmeo, forman bellos y deliciosos coros en la cumbre del Helicón y se cimbrean vivamente sobre sus pies. Partiendo de allí, envueltas en densa niebla marchan al abrigo de la noche, lanzando al viento su maravillosa voz, con himnos a Zeus portador de la égida, a la augusta Hera argiva calzada con doradas sandalias, a la hija de Zeus portador de la égida, Atenea de ojos glauocecos, a Febo Apolo y a la asaeteadora Ártemis, a Poseidón que abarca y sacude la tierra, a la venerable Temis, a Afrodita de ojos vivos, a Hebe de áurea corona, a la bella Dione a Eos al alto Helios y a la brillante Selene, a Leto, a Jápeto, a Cronos de retorcida mente, a Gea, al espacioso Océano, a la negra Noche y a la restante estirpe sagrada de sempiternos Inmortales. Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto mientras apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón. Este mensaje a mi en primer lugar me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida: "¡Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan solo! Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad." Así dijeron las hijas bienhabladas del poderoso Zeus. Y me dieron un cetro después de cortar una admirable rama de florido laurel. Me infundieron voz divina para celebrar el futuro y el pasado y me encargaron alabar con himnos la estirpe de los felices Sempiternos y cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final. Mas, ¿a qué me detengo con esto en torno a la encina o la roca?

Musas Heliconíadas de Teogonía

 

La Teogonía (del griego Θεογονία Theogonía; lit. ‘origen de los dioses’) es una obra poética escrita por Hesíodo. Contiene una de las más antiguas versiones del origen del cosmos y el linaje de los dioses de la mitología griega.​ Es una de las obras clave de la épica grecolatina, sustentado en el hecho de que, en la Biblioteca de Alejandría, Hesíodo tenía al menos cuarenta manuscritos de sus obras.2​ Se discute si debe fecharse en el siglo VIII o en el VII a. C. 

La obra está construida a partir de géneros poéticos preexistentes que hasta el momento habían pertenecido a la tradición oral en Grecia: cosmogonías, teogonías, genealogías, catálogos y mitos de sucesión. Los tres primeros géneros pueden aparecer fundidos, vertebran la obra y están ordenados con un criterio aproximadamente cronológico. Los mitos de sucesión, a pesar de que pueden ser considerados como digresiones dentro de los bloques genealógicos, le dan sentido a toda la obra.

 

HESÍODO

(Ascra, hoy Palaioppanagia, actual Grecia; segunda mitad del siglo VIII a.C.) Poeta griego. Después de Homero, es el más antiguo de los poetas helenos, y durante buena parte del siglo XIX la crítica llegó a dudar de su existencia real, aunque ésta parece fuera de toda duda en la actualidad.  

La familia de Hesíodo estableció su residencia en Beocia, procedente de Cumas (Eolia), lugar de origen de su padre. Poco se sabe de su vida; parece que fue fundamental en ella la enemistad con su hermano Perses a causa de la herencia paterna, tema al que aludió en su obra Los trabajos y los días. Muerto su padre, Hesíodo se estableció en Naupaktos, donde pasó su juventud al cuidado de un rebaño de ovejas y llevando la vida plácida y sencilla de los campesinos griegos.

Los actuales especialistas sitúan como contemporáneo de Homero a Hesíodo, pero su poesía, muy alejada del estilo épico y grandioso de la de Homero, está destinada a instruir más que a exaltar. Se sabe también que en Calcis (Eubea) participó en un concurso de aedos y obtuvo la victoria. Murió al parecer en Ascra y sus cenizas se conservaron en Orcómono, donde se le rindieron honores como a un fundador de la ciudad.

Muchas de las obras que durante la Antigüedad se le atribuían, como los poemas sobre arte adivinatorio La ornitomancia, Los versos mánticos y Las explicaciones de los prodigios, no son realmente suyas. Lo que parece probado con seguridad es que fue el autor de Los trabajos y los días, de la Teogonía, que explica el origen del universo y la genealogía de los dioses, y de los cincuenta y cuatro primeros versos del Escudo de Heracles.

Junto con las de Homero, las obras de Hesíodo se convertirían en parte del corpus fundacional de la cultura griega, gracias a su labor de sistematización del conjunto de mitos heredados y al inicio de su interpretación en un sentido moral y práctico. La cultura griega se caracterizaría en todo momento por la compleja relación que mantendría con el conjunto de concepciones mitológicas y religiosas de sus propias tradiciones, tanto para rechazarlas como para reverenciarlas, aunque siempre extraería de allí sus más fecundas intuiciones.

 

MÁS INFORMACIÓN

 

Autor(es): Hesíodo

Editorial: Gredos

Páginas: 

Tamaño: 14,5 x 22 cm.

Año: 2022