lunes, 8 de abril de 2024

Libro: Anarqueto y Quintino por Fico Molina

 

 

La historia de Anarqueto y Quintino

Cuando regresé a mi ciudad natal Arequipa, después de haber estado residiendo en Alemania Federal en el año de 1972, me encontraba totalmente despistado y buscando trabajo. Había intentado en varios sitios y no encontraba nada, hasta que por fin, por intermedio de un amigo conseguí una chamba en el Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS), que era el sistema que apoyaba al gobierno del general Juan Velasco Alvarado y con cuya política me sentía identificado. Allí empecé como diseñador gráfico y a la vez entré a colaborar con el diario Correo que acababa de ser estatizado.

En la oficina de difusión de SINAMOS conocí a un gran escritor, Edmundo de los Ríos, que también acababa de llegar de México, nos hicimos patas, me divertían sus ocurrencias y su forma de trabajar, que combinaba el trabajo con la diversión.

Una vez, los estudiantes universitarios se declararon en huelga e iniciaron una marcha con dirección a la Plaza de Armas vociferando contra el gobierno e iban a pasar por las oficinas donde trabajábamos, al enterarnos trancamos las puertas, con el temor de entrarán a las oficinas, mientras Edmundo y yo nos ocultamos en la oficina de atrás. Edmundo me propuso lanzar arengas, empezamos a gritar con todas nuestras fuerzas, y luego un silencio sepulcral de varios minutos, hasta que escuchamos que los compañeros de trabajos muertos de miedo con las caras pálidas abrieron la puerta y preguntaron con voz temblorosa, ¿por dónde habían entrado los manifestantes?, al escucharle nos matamos de risa.

Otra vez saliendo del trabajo y pasando por la iglesia de la Compañía, se le ocurrió hincarse frente a la puerta y dijo en voz alta: ¡Gracias Dios mío por haberme dado ese don de escribir cosas tan lindas! Ya que Casa de las Américas lo había premiado por su novela Los juegos verdaderos y también otra novela, Los locos caballos colorados que también pudo haber sido premiada, pero el jurado el premio lo declaró desierto, ante el enfado de Edmundo.

Paseando por el centro de la ciudad notamos que un turista se había pasado la luz roja del semáforo, al percatarse del hecho el policía de tránsito, lo mando estacionarse a un lado con intenciones de multarse; para eso Edmundo, (Anarqueto) se fue directo al policía a echarle la bronca. ¿Cómo es posible que no perdone el despiste de un turista?, el policía asombrado le dijo al turista que continuara su camino y a Anarqueto le dijo que quedaba detenido y que lo acompañara a comisaría. El policía empezó a escribir su parte y Anarqueto murmuró que le estaba haciendo la competencia. Ya en la oficina el mayor comisario le recriminó a Edmundo diciendo que había entorpecido su trabajo y el mayor comisario le preguntó en donde trabajaba; y Edmundo dijo: En SINAMOS señor; a lo que el policía contesto: Entonces puede irse, aquí no ha pasado nada. De la que se libró.

Anarqueto como buen anarquista no tenía DNI, cuando se le pedía su identificación el mostraba un recorte de periódico donde aparecía su nombre y sus éxitos como escritor. En ese entonces pululaba por la ciudad un personaje con traje y corbata con un maletín en la mano que asombraba con sus ocurrencias y que la gente lo tenía por loco, se llamaba Quintino. Me fijé en él y pasó a ser fuente de inspiración para la tira cómica y le cambie el nombre por Tintin tintinorium; era todo un personaje, solía ocupar el siento de las autoridades en los eventos y conferencias, y la única forma de sacarlo era comunicarle que a la salida estaban repartiendo salteñas gratis. También era el primero en levantar la mano cuando un conferencista preguntaba si alguien tendría una inquietud. Quintino se enteró que lo estaba usando en la tira cómica y me exigía que lo invitase a almorzar en compensación por su protagonismo; así si estaba lucido. En su maletín coleccionaba todos los recortes de la tira cómica.

Una vez hubo en la universidad una asamblea de estudiantes de la Federación Universitaria de Arequipa (FUA) y como siempre Quintino se ubicaba en primera fila; el debate era acalorado y llegaban los insultos; hasta que alguien pidió un moderador y Quintino levantó la mano. Lo ubicaron en la mesa directiva, empezó su perorata y llamando lacayos a los estudiantes que tenían que arrodillarse ante el dios Quintino, al escuchar eso lo echaron en medio de las risotadas.

Algunas veces me costaba dar con la idea y había un compañero de trabajo, Guillermo Rosas, que me ayudaba con sus ocurrencias. Sus anécdotas merecen escribir un libro, aquí solo hago una reseña de tremendo personaje.

Espero que disfruten de la lectura de estas tiras, rescatadas de mis archivos, que luego de 50 años vuelven a ser publicadas.

Fico Molina

 

FICO MOLINA

Cuando nací un 26 de Enero de 1944 en Arequipa Perú, los médicos se quedaron sorprendidos y según ellos constataron que yo era la mejor prueba, de que el ser humano no descendía sino “ascendía” al MONKEY. Tal fue mi cabreo que me propuse en ese entonces que mi vida iba a ser demostrar todo lo contrario.

 En la escuela ya me dedicaba a pintarrajear a compañeros y profesores, menuda paliza recibí cuando al profesor de dibujo lo pinté con cara de orangután. Cuando terminé la escuela me propusé estudiar arquitectura, fracasé en el intento pues lo único que hacía era pintar monigotes.

 Luego mis padres me enviaron a Alemania, estudie 2 años en la escuela de arte de Mainz, allí los alemanes me trataron de convencer de que el cerdo era superior al MONKEY, porque al menos de el se hacían jamones y salchichas. Al fin de cuentas mis caricaturas gustaron en el diario “Wiesbadener Tagblatt” donde estuve colaborando durante 2 años. Viajé a Berlin y empecé a pintar todas las caras iguales, me arrepentí y llegué a descubrir que cada persona era un mundo diferente.

De regreso al Perú me dediqué a pintar comics y caricaturas para los diarios “El Pueblo y “Correo” en mi ciudad natal, y realicé una exposición de caricaturas personales.Regrese a España en 1974, de paso por Barcelona y Torremolinos, luego en Ibiza viví 7 años y en Tenerife 2, donde fui galardonado con el “Segundo Premio del Concurso Internacional de la Caricatura” con motivo del Quinto Centenario del Descubrimiento de América.

Desde 1987 radico en el más grande paraiso conocido por el ser humano, en LANZAROTE – ISLAS CANARIAS, haciendo reir a los turistas que vienen aquí a disfrutar del sol, queriendo demostrar que el MONKEY pinta caricaturas. En los años 2000 y 2001 participé en la convención anual de Caricaturistas de todo el mundo, organizado por la NCN en San Diego y en Atlanta EEUU. Fui premiado con el “Segundo y Tercer premio” en la clasificación de Caricaturas a Color. En 2002 fui invitado por “Al Bayan Press” quienes organizaron el Segundo Forum de caricaturistas del mundo, realizado en Dubai – Emiratos Arabes, donde recibí un “Certificado al mérito”.

Fico Molina

 

MÁS INFORMACIÓN

 

Autor(es):  Jorge Molina Moumenn

Editorial: Del autor

Páginas: 44

Tamaño: 21 x 14 cm.