domingo, 2 de junio de 2024

Libro: La isla del tesoro. Grandes novelas de aventura

 

 

Y el viejo marino
llegó a la posada del «Almirante Benbow»

El squire Trelawney, el doctor Livesey y algunos otros caballeros me han indicado que ponga por escrito todo lo referente a la Isla del Tesoro, sin omitir detalle, aunque sin mencionar la posi ción de la isla, ya que todavía en ella quedan riquezas enterradas; y por ello tomo mi pluma en este año de gracia de 17... y mi memoria se remonta al tiempo en que mi padre era dueño de la hostería «Almirante Benbow», y el viejo curtido navegante, con su rostro cruzado por un sablazo, buscó cobijo para nuestro techo.

Lo recuerdo como si fuera ayer, meciéndose como un navío llegó a la puerta de la posada, y tras él arrastraba, en una especie de angarillas, su cofre marino; era un viejo recio, macizo, alto, con el color de bronce viejo que los océanos dejan en la piel; su coleta embreada le caía sobre los hombros de una casaca que había sido azul; tenía las manos agrietadas y llenas de cicatrices, con uñas negras y rotas; y el sablazo que cruzaba su mejilla era como un costurón de siniestra blancura. Lo veo otra vez, mirando la ensenada y masticando un silbido; de pronto empezó a cantar aquella antigua canción marinera que después tan a menudo le escucharía:

«Quince hombres en el cofre del muerto... ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Y una botella de ron!»

con aquella voz cascada, que parecía afinada en las barras del cabrestante. Golpeó en la puerta con un palo, una especie de astil de bichero en que se apoyaba, y, cuando acudió mi padre, en un tono sin contemplaciones le pidió que le sirviera un vaso de ron. Cuando se lo trajeron, lo bebió despacio, como hacen los catadores, chascando la lengua, y sin dejar de mirar a su alrededor, hacia los acantilados, y fijándose en la muestra que se balanceaba sobre la puerta de nuestra posada.

Primeros párrafos de La isla del tesoro

 

Tras estas páginas sigue una historia de barcos y corsarios, de mapas del tesoro y riquezas. Hubo una época en la que los piratas eran temidos en alta mar. Con banderas negras y calaveras, sus barcos surcaban los mares en busca de fortunas y atravesaban su daga en aquellos que trataran de interponerse en su camino. Eran feroces y salvajes, y no obedecían ninguna ley. Jim Hawkins es un chico normal que trabaja ayudando a sus padres, hasta que un día se ve envuelto en una aventura fascinante que jamás hubiera imaginado. No tiene otra opción: debe embarcarse a bordo de la Hispaniola en busca del tesoro. Porque ¿qué hubieras hecho tú si un hombre grande, con coleta y una cicatriz que le cruza la mejilla te revelara el lugar donde se encuentra un mapa del tesoro?

 

ROBERT LOUIS STEVENSON

Robert Louis Balfour Stevenson (Edimburgo, o Escocia, 13 de noviembre de 1850 - Vailima, cerca de Apia, isla de Upolu, Samoa, 3 de diciembre de 1894) también conocido como Robert L. Stevenson o R. L. Stevenson fue un novelista, cuentista, poeta y ensayista británico. Su legado, incluido en el postromanticismo, es una vasta obra que incluye crónicas de viaje, colecciones de relatos y novelas de aventuras e históricas, así como lírica y ensayos tan curiosos como Apología del ocio (1876) o Moral laica (1897). Se lo conoce principalmente por ser el autor de algunas de las historias fantásticas y de aventuras más clásicas de la literatura como La isla del tesoro o, la novela de aventura Secuestrado, la novela histórica en la tradición del también escocés Walter Scott (La flecha negra, El señor de Ballantrae) y la popular novela de horror El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, dedicada al tema de los fenómenos de la personalidad escindida y que puede ser clasificada como novela psicológica de horror. Varias de sus novelas y cuentos continúan siendo populares y algunos de estos han sido adaptados más de una vez al cine y a la televisión, principalmente del siglo XX. Fue importante también su obra ensayística, breve pero decisiva en lo que se refiere a la estructura de la moderna novela de peripecias. Fue muy apreciado en su tiempo y siguió siéndolo después de su muerte. Tuvo influencia sobre autores como Joseph Conrad, Graham Greene, G. K. Chesterton, H. G. Wells, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.

 

MÁS INFORMACIÓN

 

Autor(es): Robert Louis Stevenson

Editorial: Salvat

Páginas: 

Tamaño: 17 x 24 cm.

Año: 2024