jueves, 8 de octubre de 2020

Poeta 546: Amante de las flores de Louise Glück

LOUISE GLÜCK

Louise Elisabeth Glück (Nueva York, 1943) es una poeta estadounidense en lengua inglesa. Se licenció en 1961 por la George W. Hewlett High School en la ciudad de Hewlett, Nueva York. Posteriormente asistió al Sarah Lawrence College en Yonkers (Estado de Nueva York), y a la Universidad de Columbia. En 1993, ganó el Premio Pulitzer de poesía por su poemario The Wild Iris (El Iris Salvaje). Ha recibido también el National Book Critics Circle Award por Triumph of Achilles (La victoria de la Aquiles), el Premio de la Academia Americana de Poetas por Firstborn (El Primogénito), así como numerosas becas Guggenheim. En este momento vive en Cambridge, Massachusetts, y desarrolla actividades de docencia en el departamento de lengua inglesa del Williams College en Williamstown, Massachusetts. De forma paralela, imparte clases en la Universidad de Yale y fue profesora invitada en la Universidad Industrial de Santander. Fue la duodécima poeta laureada (2003-2004) por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. El día 8 de octubre del 2020 recibió el Premio Nobel de Literatura.


AMANTE DE LAS FLORES

En nuestra familia, todos aman las flores.

Por eso las tumbas nos parecen tan extrañas:

sin flores, sólo herméticas fincas de hierba

con placas de granito en el centro:

las inscripciones suaves, la leve hondura de las letras

llena de mugre algunas veces…

Para limpiarlas, hay que usar el pañuelo.

 

Pero en mi hermana, la cosa es distinta:

una obsesión. Los domingos se sienta en el porche de mi madre

a leer catálogos. Cada otoño, siembra bulbos junto a los escalones de ladrillo.

Cada primavera, espera las flores.

Nadie discute por los gastos. Se sobreentiende

que es mi madre quien paga; después de todo,

es su jardín y cada flor

es para mi padre. Ambas ven

la casa como su auténtica tumba.

 

No todo prospera en Long Island.

El verano es, a veces, muy caluroso,

y a veces, un aguacero echa por tierra las flores.

Así murieron las amapolas, en un día tan sólo,

eran tan frágiles…


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