"En cada caso, para la elección del lugar donde se iba construir el sitio, los planificadores inkas consideraban una serie de factores qude debían respetarse y resolverse, como el abastecimiento de agua bebible, de irrigación, los elementos existentes y contextuales de la geografía sagrada y las futuras obras de ingeniería de consolidación como muros de contención y andenes entre otras.
En estos campos, también se tenía presente la forma previa de la geografía sagrada. Esta tenía que presentar condiciones de base, que permitiesen pensar que con las construcciones futuras se podía amoldar la forma de algún animal sagrado.
En el lugar donde se apreciaba esta forma imaginaria, luego se construirían edificaciones que actuaban como 'miradores'.
Al igual como se hace hoy, los inkas proyectaban un diseño que empezaba amoldándose con construcciones que iban reflejando la forma volumétrica y funcional pensada. Debieron usarse modelos a escala que supervidados por el inka.
El resultado no violenta dramáticamente el territorio, sino muestra una armonía acorde con su forma de relacionarse con la geografía sagrada".
Machu Picchu y Ollantaytambo. Nuevo enfoque sobre el diseño y la forma. Página 92-99. Mg. Arq° C. Enrique Guzmán. Revista Arkinka. Número 191 / Octubre 2011. Lima, Perú.