sábado, 23 de marzo de 2024

Libro: Observación de la Tierra desde el espacio. Una ventana para conocer el mundo en el que vivimos. Un paseo por el cosmos

 

 

Desde el año 1957, el lanzamiento de ingenios espaciales que orbitan la Tierra nos ha proporcionado una visión sin precedentes de nuestro planeta en su conjunto. Con el transcurso del tiempo, los satelites se han convertido en herramientas indispensables para conocer, catalogar y monitorizar los diferentes fenómenos naturales, así como vislumbrar la estructura interna de la Tierra, además de servir de ayuda en la gestión de los distintos y valiosos recursos que ofrece nuestro planeta. Del mismo modo, nos están permitiendo comprender un fenómeno que supone una amenaza potencial para la vida en la Tierra: el calentamiento global, en cuya evolución nuestra especie está jugando un papel activo.


SATÉLITE ARTIFICIAL

En el contexto de los vuelos espaciales, un satélite es un objeto que ha sido puesto en órbita intencionadamente. Estos objetos se llaman satélites artificiales para distinguirlos de los satélites naturales, como la Luna de la Tierra. El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanzó el primer satélite artificial, el Sputnik 1. Desde entonces, alrededor de unos 8.900 satélites han sido lanzados por más de 40 países. Según una estimación hecha en 2018, unos 5000 permanecen en órbita. De ellos, unos 1900 estaban operativos, mientras que el resto ha cumplido con su vida útil y se han convertido en basura espacial.

Los satélites se utilizan para muchos propósitos. Entre las modalidades más frecuentes se incluyen a los satélites de observación terrestre tanto civiles como militares, satélites de comunicaciones, satélites de navegación, satélites meteorológicos, observatorio espaciales. Las estaciones espaciales y las naves espaciales en órbita también son satélites. Más de una docena de sondas espaciales han sido situadas en órbita alrededor de otros cuerpos celestes y han pasado a ser satélites artificiales de la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, un cometa, el Sol y unos cuantos asteroides. Las órbitas de los satélites varían considerablemente en función de la finalidad del satélite. Las más usadas son la órbita baja terrestre donde se ubica el 63% de los satélites operativos y la órbita geoestacionaria donde está el 29%.

Los satélites pueden funcionar independientemente o como parte de un sistema más grande, ya sea mediante una formación de satélites o a través de una constelación de satélites. Una lanzadera espacial es un cohete que coloca un satélite en órbita y, por lo general, despegan desde una plataforma de lanzamiento en tierra. Algunos se lanzan desde un submarino o una plataforma marítima móvil, aunque también se puede hacer a bordo de un avión. Los satélites suelen ser sistemas semiindependientes controlados por ordenador. Los subsistemas satelitales están a cargo de muchas tareas, como la generación de energía, el control térmico, la telemetría, el control de altitud, la instrumentación científica, la comunicación, etc.

 

MÁS INFORMACIÓN

 

Autor(es):  Oscar Augusto Rodríguez Baquero es comunicador científico especializado en vuelos espaciales e impulsor del Museo Español del Espacio (MEE).

Editorial: RBA

Páginas: 156

Tamaño: 16 x 23,5 cm

Año: 2021