domingo, 3 de septiembre de 2023

Libro: El hombre es un gran faisán en el mundo

 

 

Con la garganta encogida cierro el libro. Es liviano, no tiene muchas páginas, y su tapa dura de color verde me ha acompañado varios meses en la estantería y solo tres días en la mano. Miro mi reloj. Aún tengo tiempo, por lo que abro de nuevo el tomo y me pongo a releer fragmentos. Con un lapicero y con el cuidado que tendría una madre con un hijo enfermo, empiezo a subrayar algunos párrafos y buscó en ellos las respuestas a varias preguntas. Releo prácticamente las primeras 50 páginas y me doy cuenta de lo ausente que había estado cuando me enfrente a ellas. Tengo muchas dudas, demasiadas. No me queda más remedio que rendirme ante la maestría y escuchar.

Primera pregunta. Querido libro, ¿a qué familia perteneces?

Reflexión. Me había enfrentado a El hombre es un gran faisán en el mundo de Herta Müller como si fuera una novela más, ahora entiendo que se debe leer con la pausa y la atención que exige un poemario. Encuadrar este texto en uno de los tres géneros literarios (por no decir cuatro) es complejo. Es cierto que está escrito en prosa, pero no se puede obviar la carga poética de muchos de sus fragmentos, que hace que por momentos el texto se encuentre más cercano a la lírica. Además, su estructura fragmentaria permite perfectamente que se aborde su lectura como si de un libro de relatos se tratara. Y claro, esa tensión constante que tiene cada palabra, propia de los géneros breves en los que nada sobra y todo parece faltar, es contraria a la habitual extensión de las novelas.

Así y todo, cuando uno concluye la novela se da cuenta de que existe un hilo argumental perfectamente construido, percibe el cambio sufrido por los personajes y sueña con ese pequeño pueblo similar a una manzana verde y apetitosa, pero que por dentro ha sido devorada por los gusanos. Se hace así muy difícil encuadrar la obra de Herta Müller dentro de un género u otro. Si se pusieran en una balanza los diferentes rasgos, en mi opinión se inclinaría más el plato de la narrativa, aunque comprendería perfectamente que otra persona defendiera lo contrario. Para entenderlo en el mundo hispanohablante, lo más sencillo sería comparar la obra con Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, ya que este libro ha generado los mismos quebraderos de cabeza. 

Segunda pregunta. ¿Por qué me cuentas lo que me cuentas?

Reflexión. A primera vista, el cuerpo me pide decir que se trata de un libro que narra la venganza, una venganza histórica contra los alemanes que quedaron atrapados en Rumanía tras los grandes conflictos bélicos del siglo XX. ¿O no? También puede ser un retrato de la podredumbre humana, de su capacidad de corromperse con la facilidad que se pudre una fruta en verano y la rapidez con la que que se marchita una flor. Todo esto se narra en El hombre es un gran faisán en el mundo, pero en el fondo resiste un mensaje mucho más profundo: el de la esperanza. Porque tampoco sería ilógico pensar que la novela aborda el mundo de los sueños y de las aspiraciones. Eso sí, con el eterno dilema ético y moral de no saber cuál es límite de la deuda que adquiriremos para cumplirlos.

Tercera pregunta. ¿Quién te ha creado?

Reflexión. La respuesta parece sencilla. Herta Müller dirá rápidamente alguno. La escritora que muy pocos conocían cuando ganó el Nobel en 2009, responderían otros. Sí, exacto, la narradora rumana que escribe en alemán. Todos tendrían razón y, sin embargo, ninguno habría dado con la respuesta correcta, porque El hombre es un gran faisán en el mundo ha sido creado por los relatos domésticos de una generación reprimida o, mejor dicho, por lo que Unamuno definió como las «intrahistorias» de mujeres y hombres, cuyos nombres y apellidos ya nadie recuerda. Es por ello la novela una crónica social relatada con la precisión de una maestra. Al menos eso es lo que me ha contado a mí el libro. Si no me creen, pregúntenle.

Después de todas estas respuestas, solo me quedaba una duda: dónde se había escondido aquella genial escritora todos esos años, por qué no había sabido nada de ella, qué leches habían estado haciendo los editores todos este tiempo. Por una vez, y sin que esto sirva de precedente, agradezco al jurado del Premio Nobel de Literatura la valentía de premiar a Müller. Gracias a ellos su voz pasó a ser comercial y el gran público ha podido disfrutar en todo el globo de su impecable pluma. Tampoco me puedo olvidar de quienes me lo hicieron llegar como regalo, del librero que les aconsejó, de la editorial que apostó por la autora, de la genial traducción de Juan José del Solar, de…

Fuente: https://lamilanabonita.com

Por:

 

El hombre es un gran faisán en el mundo es el perturbador retrato de la desintegración de una comunidad germánica asentada en una Rumanía rural, atrapada en una atmósfera opresiva de insólita dureza. Sus páginas vuelven a plasmar la intensa calidad literaria de Herta Müller, ya revelada en su libro de relatos En tierras bajas (Siruela, 1990 y 2007), que despertó un gran interés en la crítica dentro y fuera de Alemania. Con trazos rotundos y descarnados, Müller esboza la historia de un pueblo y sus habitantes, reflejando su desesperanza cotidiana, sus conflictos, supersticiones y sueños, en un relato transformado en poesía gracias a la viveza de sus imágenes, al ritmo y la modulación de su prosa.

 

El hombre es un gran faisán en el mundo, de Herta Müller 

El hombre es un gran faisán en el mundo (1986), de Herta Müller, es una novela que reafirma continuamente el paso del tiempo. Año tras año, los caminos de tierra y los molinos polvorientos crujen en medio de la nieve y se derriten cuando llega la primavera. Windisch lo sabe, y lleva años contando los días, viendo las plantas florecer y marchitarse —en una cadencia incontrolable e impredecible, a merced del guardia nocturno—, esperando que se autorice su salida de ese lado del muro. Windisch también ve los cambios en las personas, especialmente en su hija y en su mujer.

Esta novela corta con el silencio vacío del presente. Las imágenes surrealistas que construye crean una historia de vida que se contradice conforme avanzan las páginas. Los personajes pueden sentirse lo suficientemente libres un día o gradualmente perder la esperanza y recoger el hastío. Como faisanes, los hombres tienen alas; pero no tienen hacia dónde volar. 

Las mujeres toman un rol importante en la novela. A pesar del panorama violento que se les presenta, no pueden dejar de ser madres y mujeres de otros. Pero hay un espacio en medio para las hijas —a quienes en el libro les llaman por su nombre, a diferencia de sus madres, que se reducen a “la mujer de…”—, que gozan de una libertad que podría compararse con la de las mariposas. Es esta libertad que les permite la perseverancia.

Estas comparaciones con la naturaleza también son una constante en la novela. “La rana de tierra”, por ejemplo, es un capítulo que tiene una de las transmutaciones más surrealistas del libro. A través de las páginas se encuentran hombres que son hilos negros y mujeres que son flores, pero en “La rana de tierra” la línea es más delgada. Los ojos de la mujer de repente son los de la rana y distinguir entre ambas es complicado. La rana parece tener un poder hipnotizante, ingenioso, y no deja de recordarnos que: “El hombre perdona y la mujer miente”.

Entre tantos seres vivos y muertos, la naturaleza también se apropia de este hastío polvoriento.  El suelo trepa, cubre, el suelo parece tener vida y también espera la muerte. Las orugas se arrastran, hay jardines llenos de animales muertos y un manzano que se come a sí mismo. Como el hombre y la mujer, la naturaleza se encuentra a merced de las calamidades climáticas, del ambiente que rompe y deshoja árboles. Y, a pesar de su fortaleza, no puede ganarle al tiempo: ¿Qué se hace con los monumentos cuando el tiempo rompe toda historia?

Fuente: http://gaceta.cusur.udg.mx

Por: Melisa Munguía

 

HERTA MÜLLER

(Nițchidorf, Timiș, Rumania, 17 de agosto de 1953) es una novelista, poetisa y ensayista alemana. Estudió Literatura Rumana y Alemana en la Universidad del Oeste de Timisoara, formando ya entonces parte de un grupo de escritores defensores de la libertad de expresión en el régimen del dictador Ceaucescu.

Trabajó como traductora en una empresa de ingeniería, de la que fue despedida por no colaborar con la policía secreta. Se ganó la vida dando clases de alemán y trabajando en parvularios, hasta que en 1987 se exilió a Alemania, concretamente a Berlín. Ha sido profesora invitada en varias universidades, y residente en la de Berlín. Ha obtenido numerosos premios, y es miembro de la Academia alemana de Lengua y Literatura.

Su posición siempre ha sido crítica a la situación en Rumanía tras Ceaucescu; también ha escrito sobre la Alemania tras la caída del muro, analizando el pasado de la RDA. Sus libros y ensayos reflejan la opresión y sus consecuencias en las personas, así como la situación de los exiliados como ella misma. Ganadora del Premio Nobel de literatura en el año 2009

 

MAS INFORMACION

 

Autor(es): Herta Müller

Editorial: Siruela

Páginas: 128

Tamaño: 14,5 x 21 cm

Año: 2009