En el programa de esta semana, y en clave de tertulia, analizamos qué consecuencias puede tener para nosotros el confinamiento, tanto desde el punto de vista médico como psicológico. ¿Qué podemos hacer para minimizar las consecuencias negativas? Hablamos con durante el programa con Diego Urbina, Ingeniero Aeroespacial de la ESA que participó en el programa MARS 500 en el que 6 personas se confinaron voluntariamente durante 520 días para simular una misión tripulada a Marte. Todo ello de la mano de Ignacio Crespo, María Picó y Miguel Porvén.
Hägar the Horrible —rebautizado en español como Olaf el vikingo u Olafo el Amargado— es una tira cómica creada por Dik Browne. Debutó en 136 periódicos de Estados Unidos el 4 de febrero de 1973. Dos años más tarde, el número de periódicos en los que aparecía había aumentado a 600. Su circulación siguió en aumento y en 2010 la tira apareció en 1900 periódicos de 58 países y en 13 idioma.
Dilbert es el nombre de una tira satírica creada por Scott Adams que ha aparecido en los periódicos desde 1989, dando lugar a varios libros, una serie animada de TV y numerosos productos relacionados que van desde muñecos rellenos hasta helados. La trama de este cómic se desarrolla en el contexto de lo cotidiano para millones de empleados y oficinistas: políticas de oficina, jefes incompetentes, compañeros de trabajo molestos, asuntos sin sentido, juntas eternas, etc. El mismo tipo de cosas que la gente odia en su trabajo diario son las que provocan las carcajadas en Dilbert.
Mario Vargas Llosa, a sus 83 años, es el último premio Nobel de literatura vivo de América Latina. El periodista de BBC Mundo Juan Carlos Pérez Salazar conversó con el escritor peruano sobre la vejez, a propósito de un evento sobre el tema que se realizó en la Fundación Nobel en Madrid en mayo de 2019. Vargas Llosa es el último exponente de una generación literaria prodigiosa que -de alguna manera- va de Borges, Carpentier y Onetti a él, pasando por Octavio Paz, Juan Rulfo, Guillermo Cabrera Infante, Gabriel García Márquez o Julio Cortázar. Una generación que cambió no solo la literatura latinoamericana, sino mundial.
El 28 de marzo, Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 cumple un año más de vida. Conmemorando esta fecha, Kevin Zavaleta te cuenta de qué tratan las 19 novelas publicadas por el escribidor. Recordemos que, al igual que el género novelístico, Vargas Llosa ha escrito piezas de teatro, cuentos y ensayos. Un datalle de este video es que las portadas que se muestran son las primeras ediciones de los libros mencionados.
REPRESENTACIONES CULTURALES Y DISCURSOS POLÍTICOS EN LA ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA
"Rolando Rojas retorna, a partir de nuevas metodologías, fuentes y
argumentos, a un momento fundamental en la historia del Perú: las
guerras de independencia y las visiones que los hombres tenían del
nacimiento del Perú moderno. La república imaginada abrirá debates sobre
las imágenes que los diferentes grupos sociales tenían del Perú en la
temprana república y la lucha que desencadenaron para realizar esas
visiones."
Charles Walker, University of California, Davis.
"La república imaginada es una lectura crítica e inteligente de un
periodo fundacional de nuestra historia. Cubre un vacío importante en la
historiografía nacional sobre cómo los liberales imaginaron la
construcción de la nación en el siglo XIX. Es un libro de indispensable
lectura.
Carlota Casalino, Instituto Seminario de Historia Rural Andina
"La república imaginada aporta, sin caer en anacronismos históricos, a
la comprensión de las maneras en que los criollos pensaron, anhelaron y
temieron la república. El libro rastrea, a partir de la
autorrepresentación de los criollos y su visión de los indios y los
sectores populares, cómo las élites criollas legitimaron su autoridad y
recrearon relaciones jerárquicas con los subalternos."
Cristóbal Aljovín, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
CONTENIDO
Agradecimientos
Introducción
La autorrepresentación criolla
Disputas entre patriotas “extranjeros” y limeños
Incas sí, indios también. Las representaciones sobre los indios
Entre la redención y la coerción. Las representaciones del mundo popular
A modo de conclusión. Re-imaginando la nación liberal
Los autores y el equipo Anagrama se suman a #YoMeQuedoEnCasaLeyendo compartiendo lectura. Se pueden "comprar" de forma gratuita (Costo 0.00) cinco libros de su catálogo en las principales tiendas de ebooks. Extraordinarias lecturas para acortar distancias.
(Gran Bretaña, 1606-1687) Poeta inglés nacido en Coleshill, cerca de Amersham, Buckinghamshire. Estudió en la Universidad de Cambridge, fue miembro del Parlamento británico, y durante el reinado de Carlos I apoyó al principio y se opuso más tarde a los parlamentaristas en las luchas que desembocaron en la guerra civil. En 1643, estuvo involucrado en una conspiración monárquica contra el Parlamento, conocida como el Waller's Plot. Como consecuencia de ello fue arrestado, multado y desterrado de Inglaterra, aunque se le permitió regresar en 1651, después de que firmara la paz con su primo lejano, Oliver Cromwell. Continuó ejerciendo de parlamentario hasta que se retiró en 1677. Waller es un autor crucial en la historia de la poesía en lengua inglesa debido a su original uso del pareado heroico. La claridad de su estilo fue muy apreciada por los poetas, también ingleses, John Dryden y Alexander Pope. Muchos de sus poemas, como ¡Ve, encantadora Rosa!, uno de los más famosos poemas líricos de la literatura inglesa, había estado circulando desde unos veinte años antes de la publicación de sus Poemas en 1645. Otra de sus famosas composiciones Saint James Park fue editada en 1661. En 1664 se publicaron sus obras completas.
Aquello que ciñó su delgada cintura ataré yo en mi frente alborozada; ni un solo rey negara su corona para hacer con sus brazos lo que pudo ese cinto. Era la esfera extrema de mi cielo, la cerca que guardó a mi ciervo lindo; mi alegría y mis cuitas, mi amor y mi esperanza giraban en su círculo. Angosto espacio. Pero allí vivía cuanto en el mundo existe de bondad y hermosura. Me den lo que este cinto aprisionaba y quiten lo demás que el sol, rodando, alumbra.
"Universalmente se reconoce a la familia de la que descendía nuestro biografiado como una de las de más rancia estirpe. Por tanto, no es extraño que el origen de este apellido se pierda en la oscuridad de los tiempos. Hace muchos millones de años, el país que hoy se llama España bullía con los fermentos de la Creación. Pasaron siglos; apareció la vegetación; donde hay vegetación, ha decretado la Naturaleza que haya también conejos; y, dondequiera que hay conejos, quiere la Providencia que haya perros. Todo esto es irrefutable. Pero empiezan las dudas y las dificultades en cuanto nos preguntamos por qué se llamó spaniel al perro que cazaba al conejo. Algunos historiadores afirman que cuando los soldados cartagineses desembarcaron en España, gritaron a una: Span! Span!, porque veían salir a los conejos, como flechas, de entre la maleza. Todo el país rebosaba de conejos. Y span en cartaginés significa «conejo». Por eso llamaron al país Hispania, o tierra de conejos; y a los perros, a quienes se descubrió casi al mismo tiempo persiguiendo a los conejos, se les llamó spaniels o perros conejeros.
Muchos se contentarían con esta explicación; pero la verdad nos obliga a añadir que existe una escuela científica sustentadora de una opinión diferente. La palabra Hispania, según los eruditos, nada tiene que ver con la voz cartaginesa span. Hispania deriva de la palabra vasca españa, que significa «límite» o «frontera».
Siendo así, hemos de desterrar de nuestra imaginación los conejos, la maleza, los perros, los soldados… y todo ese cuadro romántico tan agradable; y debemos suponer sencillamente que al spaniel se le llama spaniel porque España se llama Spain en inglés. En cuanto a la tercera escuela arqueológica, cuya teoría es que los españoles llamaron a sus perros favoritos con un nombre derivado del vocablo españa por el otro sentido etimológico que puede tener —«peñascoso, tortuoso»— y precisamente por tener los spaniels unas características diametralmente opuestas… Todo eso resulta demasiado caprichoso para ser tomado en serio."
Flush es un cocker spaniel de orejas largas, cola ancha y unos «ojos atónitos color avellana». A los pocos meses de su nacimiento es regalado a la famosa poetisa Elizabeth Barrett, convirtiéndose en su compañero inseparable y, posteriormente, en el cómplice de sus amoríos con el poeta Robert Browning. Virginia Woolf relató la historia del perro de Elizabeth Barrett con rigor biográfico, consiguiendo una de las obras más deliciosas de la literatura contemporánea.
Quedarse encerrado en casa puede ser
desafiante. Cuando viví en la Estación Espacial Internacional durante
casi un año, no fue fácil. Cuando me iba a dormir, seguía en el trabajo.
Cuando me despertaba, aún estaba en el trabajo. Volar en el espacio tal
vez es el único empleo al que no puedes renunciar.
Sin
embargo, aprendí varias cosas durante el tiempo que pasé allá que me
gustaría compartir porque están a punto de volverse útiles de nuevo,
ahora que nos encerraremos en casa para ayudar a detener la propagación
del coronavirus. A continuación, algunos consejos para vivir en
aislamiento, de parte de alguien que ya lo ha hecho.
Sigue un horario
En
la estación espacial todo mi tiempo estaba agendado, desde el momento
en que despertaba hasta la hora de ir a dormir. A veces eso incluía una
caminata espacial que podía durar hasta ocho horas; en otras ocasiones,
se trataba de una tarea de cinco minutos, como echar un vistazo a las
flores experimentales que estaba cultivando en el espacio. Verás que
seguir un plan te ayudará a ti y a tu familia a adaptarse a un entorno
laboral y hogareño distinto. Cuando regresé a la Tierra, extrañé la
estructura que esto me proporcionaba y después me pareció difícil vivir
sin esta organización.
Toma pausas
Cuando
estás viviendo y trabajando en el mismo espacio durante muchos días, el
trabajo puede invadir toda tu vida si lo permites. Cuando vivía en el
espacio, tomaba pausas de manera deliberada porque sabía que estaría ahí
durante un largo periodo, justo como la situación en la que ahora
estamos. Toma tiempo para realizar actividades divertidas: me reunía con
colegas de la tripulación para ver películas por la noche, con todo y
botanas, y vi todas las temporadas de Juego de tronos dos veces.
Además, no olvides incluir en tu calendario una hora constante para ir a
dormir. Los científicos de la NASA estudian de cerca el sueño de los
astronautas cuando estamos en el espacio, y han descubierto que la
calidad del sueño se relaciona con la cognición, el estado de ánimo y
las relaciones interpersonales, que son esenciales para superar una
misión en el espacio o una cuarentena en casa.
Sal de tus cuatro paredes
Una
de las cosas que más extrañaba mientras estaba en el espacio era poder
salir. Después de estar encerrado en un espacio pequeño durante meses,
en verdad comencé a anhelar la naturaleza: el color verde, el olor de la
tierra fresca y la sensación del sol cálido en mi rostro. El
experimento con flores se volvió más importante para mí de lo que jamás
habría imaginado. A mis colegas les gustaba reproducir una y otra vez
una grabación con sonidos de la Tierra, como los de las aves, el que
hacen los árboles cuando los agita el viento e incluso el de los
mosquitos. Eso me transportaba de regreso a la Tierra, aunque a veces me
daba palmadas en las orejas para espantar a los mosquitos imaginarios.
Para un astronauta, salir es una misión
peligrosa que requiere días de preparación, así que aprecio que, en
nuestro dilema actual, puedo ir al exterior en cualquier momento que
desee a dar un paseo o hacer una excursión sin necesidad de un traje
espacial. Las investigaciones han demostrado que pasar tiempo en la
naturaleza es benéfico para nuestra salud mental y física, pues es
ejercicio. No necesitas ejercitarte dos horas y media al día, como lo
hacen los astronautas en la estación espacial, pero moverte una vez al
día debe ser parte de tu horario de cuarentena (tan solo mantente al
menos a dos metros de los demás).
Necesitas un pasatiempo
Cuando estás encerrado en un espacio pequeño necesitas un escape que no sea el trabajo ni el mantenimiento de tu entorno.
A
algunas personas les sorprende enterarse de que llevé libros al
espacio. La distracción silenciosa que te proporciona un libro físico
—que no te alerta de ninguna notificación ni te da la posibilidad de
abrir otra pestaña— es invaluable. Muchas librerías pequeñas ahora están
ofreciendo entregas de pedidos a domicilio o en tu auto, lo cual
significa que puedes apoyar a un negocio local y, a la vez, asegurarte
un tiempo de desconexión, que es muy necesario.
También puedes
practicar un instrumento (acabo de comprar un entrenador digital de
guitarra en internet), hacer manualidades o algún otro proyecto de arte.
Los astronautas se toman tiempo para hacer todo esto mientras están en
el espacio. (¿Recuerdas la famosa versión que hizo el astronauta
canadiense Chris Hadfield de “Space Oddity” de David Bowie?).
Escribe un diario
La
NASA ha estado estudiando los efectos del aislamiento en los humanos
durante décadas, y un descubrimiento sorprendente ha sido el valor de
escribir un diario. A lo largo de mi misión de un año, me tomé el tiempo
de escribir sobre mis experiencias casi todos los días. Si te das
cuenta de que solo estás registrando los sucesos de todos los días (que,
en este contexto, quizá sean repetitivos), mejor intenta describir lo
que estás experimentando a través de tus cinco sentidos o escribe sobre
tus recuerdos. Aunque no termines escribiendo un libro basado en tu
diario, como hice yo, escribir sobre lo que pasa en tus días te ayudará a
poner tu experiencia en perspectiva y te permitirá ver en retrospectiva
más tarde lo que ha implicado este momento único en la historia.
Toma tiempo para estar en contacto
Incluso
con todas las responsabilidades de servir como comandante de una
estación espacial, jamás me perdía la oportunidad de tener una
videoconferencia con amigos y familiares. A los científicos les parece
que el aislamiento es dañino no solo para nuestra salud mental, sino
también para nuestra salud física, especialmente para nuestro sistema inmune.
La tecnología hace que sea más fácil que nunca mantenerse en contacto,
así que vale la pena apartar tiempo para conectarse con alguien todos
los días. Podría ayudarte a combatir los virus.
Escucha a los expertos
He
descubierto que la mayoría de los problemas no son tan difíciles como
la ciencia espacial; sin embargo, cuando sí lo son, debes asesorarte con
expertos. Vivir en el espacio me enseñó mucho sobre la importancia de
confiar en los consejos de las personas que sabían más que yo sobre
ciertos temas, ya fuera ciencia, ingeniería, medicina o el diseño de la
increíblemente compleja estación espacial que me mantenía con vida.
En
particular en un momento desafiante como el que estamos viviendo ahora,
debemos buscar el conocimiento de los que más saben al respecto y
escucharlos. Las redes sociales u otras fuentes que no verifican sus
datos pueden difundir desinformación de la misma manera en que un
apretón de manos transmite un virus, por lo que es necesario buscar
fuentes confiables de hechos, como la Organización Mundial de la Salud y el Centro de Recursos sobre Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.
Todos estamos conectados
Vista
desde el espacio, la Tierra no tiene fronteras. La propagación del
coronavirus nos demuestra que lo que compartimos los seres humanos es
mucho más poderoso que lo que nos mantiene alejados, para bien o para
mal. Todas las personas están inevitablemente interconectadas, y cuanto
más nos unamos para resolver nuestros problemas, mejor estaremos.
Uno
de los efectos secundarios de ver la Tierra desde la perspectiva del
espacio, por lo menos para mí, es sentir más compasión por los demás.
Por más indefensos que nos sintamos encerrados en casa, siempre hay
cosas que podemos hacer: he visto a personas que les leen a los niños
mediante llamadas de video, que donan su tiempo y su dinero a
organizaciones de beneficencia en internet y que hacen mandados para los
ancianos o los vecinos con sistemas inmunes debilitados. Los beneficios
para el voluntario son tan grandes como para las personas que reciben
la ayuda.
El Gobierno chino informó hace tres días que, por primera vez en más de tres meses, no se habían registrado nuevos casos locales. Junto a esto revelaron que si registraron 39 nuevos casos, pero provienen de fuera del país. El régimen quiere así transmitir la idea de que el problema en China está ya encauzado e incluso cerca de su solución. Todo lo contrario de lo que sucede en Europa, donde sólo Italia, España, Alemania y Francia acumulan ya más de 140.000 casos y cerca de 10.000 fallecidos. En Estados Unidos las cosas han empeorado sustancialmente. El país es ya el tercero del mundo en casos confirmados con más de 40.000, solo por detrás de Italia y la propia China. En Pekín han decidido tomarse un respiro y pasar a la ofensiva. Desde hace días se muestran muy cooperativos con el resto de países, especialmente los europeos. Han comprometido envíos de material médico, lo que en Europa no se ha recibido mal del todo, pero si en EEUU ante lo que parece un lavado de cara del régimen que no sólo se quiere hacer perdonar errores pasados, sino que podría terminar culpando al resto del mundo de una crisis que se originó en su país.
“Yo solía decirle a mi personal que me trajera poetas como directivos porque los poetas
son nuestros pensadores sistémicos originales. Miran los entornos más
complejos y reducen la complejidad a algo que pueden entender”. Cuando
leí que un empresario afirmaba en The New York Times que todo alto mando
debería ser un poeta,
me llené de optimismo. ¿Acaso al fin la gente está comprendiendo que la
poesía es el más completo suplemento vitamínico para el organismo
humano ávido de significado?
Es obvio. El Perú es la última rueda del coche en comprensión lectora en Latinoamérica y hay demasiada gente que no está leyendo poesía en el Metropolitano.
Asumo que quien lee estas líneas está preocupado por el presente y el
futuro de sus hijos. En un sistema oscurantista, la realidad está
escrita entre líneas. Los últimos gobiernos sabotearon el sentido de
comunidad, movieron cielo y tierra para vender el cielo y la tierra,
mientras los peruanos cubríamos nuestras escasas posesiones con rejas y
ventanas reflectantes. Nos acostumbraron a la corrupción y
quisieron hacernos indiferentes al dolor ajeno. “No es mi problema. Que
ellos se arreglen. Yo cuido lo mío”. Cada vez estoy más segura de que la
misión de los poetas en este planeta es estimular la empatía a través de la poesía; por ello, esta palabra va a repetirse en esta página, como una lluvia que fecunda el desierto.
Una lectura múltiple de la realidad
Está probado que la poesía modifica
nuestra estructura de pensamiento, como la religión o el Facebook, pero
para bien: expande nuestra comprensión y multiplica nuestra lectura de
la realidad. Como todo, la realidad es un texto que puede ser leído, y
la poesía nos permite leerla en varios sentidos, con imagen y sonido.
No hay duda de que el lenguaje estructura nuestro mundo, entonces ¿por qué leerlo al pie de la letra? Científicos monitorearon
a voluntarios mientras leían poesía, y comprobaron que las áreas del
cerebro correspondientes a las emociones y sensaciones se activaban como
si estuvieran viviendo lo expresado en los versos. Y esta transferencia
de experiencias ejercita la empatía. A mí la poesía me transformó y no hay vuelta atrás: me sensibilizó al
punto de sentir que todo es alegre y triste en el fondo, que todo está
vivo, y pierdo mucho tiempo evacuando hormigas. “Hombre soy; nada humano
me es ajeno” es una frase que repite mi padre y a mí me suena a
invocación. La “gran transformación”, el respeto y la tolerancia
requieren ponerse en los zapatos del otro, sobre todo del que no tiene
zapatos. Eso es posible gracias a las neuronas espejo, las artífices de la empatía y la buena onda. Todos las tenemos, pero algunos las reprimen.
Y,
para los pequeños de la casa, la imaginación descontrolada es el atajo
para comprenderlo todo, para descubrir, encontrar, inventar. La lectura
de poesía en los primeros años estimula el desarrollo del
pensamiento abstracto, nos induce a percibir las conexiones invisibles y
las relaciones posibles entre hechos, ideas y seres. La tecnología nos
permite ver imágenes de alta fidelidad del espacio y la naturaleza, pero
la visión humana es cada vez menos fiel a la naturaleza y más limitada.
Cuando un niño comprende que el tiempo es oro y el Perú un
mendigo sentado en un banco de tiempo, el mundo se descubre pleno de
significados, y su subjetividad e imaginación, claves para
desentrañarlo. Cuando Novalis escribió que “la poesía es la
religión natural de la humanidad”, no solo se refería a que la
conciencia encarna en el lenguaje, sino también a que cada ser humano es
portador de una verdad y un misterio, y puede escribir su propio
evangelio, regalarnos su visión del universo.
Ven abandona la horquilla sobre la que te sostienes el altavoz tempranero por el que calla el canto inocente el parlante que apaga la proyección de tu sombra cuando quieres cruzar portales
Comparte tu fe pero también tu hartazgo extendido en los almanaques de fotos secas así comprenderás la balanza sobre la que te recuestas para mirarte para conjurar la arcada dando saltos para proyectar los árboles al cielo
Traduce algún signo siempre a tu placer recóndito al cuadro que has hecho de tu nacimiento y sabrás el momento justo de tu pecho abriéndose con su lengua indómita
Y ahí será encenderás otra vez la antorcha infinita
"El sonido es una vibración en ondas concéntricas del aire, como las ondas que se propagan sobre el agua lisa cuando una piedra cae en ella. Cada material vibra con una longitud de onda distinta, y el oído humano distingue así el origen y la calidad de los sonidos, el metal de un llamador en una puerta, el roce o el golpe de unos pasos sobre los peldaños de una escalera, el timbre preciso de una voz. Pero otras ondas sonoras cruzan el aire sin que yo pueda percibirlas, aunque las captan las membranas infinitamente más sensibles del oído de un perro o de un gato o el de un murciélago. Los murciélagos empezarán a volar cuando haya oscurecido un poco más y no quede suficiente luz para que vuelen y cacen los vencejos. Gritos agudísimos, alaridos incesantes atravesarán el silencio igual que habrá toda clase de seres moviéndose por la oscuridad en la que yo no veo nada. Las ondas de radio que lanza al aire una emisora ascienden hasta chocar con la ionosfera y rebotando en ella vuelven a la Tierra y por eso pueden ser atrapadas por los receptores. Pero algunas escapan al espacio exterior y podrán continuar viajando por él durante cientos o miles o millones de años y quizás acaben siendo captadas por aparatos de escucha creados por los habitantes de planetas lejanos. Ondas sonoras viajan por el espacio entre la Tierra y la Luna, entre la Luna y la Tierra, uniendo el centro de control espacial de Houston y la nave Apolo, transmitiendo imágenes borrosas, voces humanas distorsionadas por la lejanía, latidos de corazones. El rumor crece en la plaza, bajo mis balcones, se multiplica en voces de alarma y golpes de llamadores, queda sumido unos instantes bajo el escándalo de una sirena de ambulancia. ¿Y si también estos sonidos que yo oigo ahora viajaran tan ilimitadamente como la luz o las ondas de radio y en algún lugar muy lejano y en un punto remoto del futuro un receptor muy sensible pudiera captar y reconstituir las voces, los pasos, los ruidos cotidianos que llegan hasta mí desde el fondo de esta casa, los que se repiten cada día en la plaza? Una máquina dotada de la capacidad de registrar los ecos más débiles, los residuos de las ondas más lejanas, las grabará en cintas magnéticas en las que quedarán registrados todas las voces de los muertos, todos los sonidos que nadie ha oído desde hace muchísimo tiempo, y que parecían borrados del mundo. Así captan los telescopios la luz que brilló hace millones de años en estrellas extinguidas. La claridad que dora en este momento de la tarde las ventanas más altas y las gárgolas de la Casa de las Torres y los tejados de la plaza de San Lorenzo ha tardado ocho minutos en llegar aquí desde el Sol. Las voces que escucho parecen llegar desde mucho más lejos, hasta que de pronto los chirridos de neumáticos, los golpes de las puertas metálicas al abrirse y cerrarse, las órdenes gritadas, se imponen en el presente y reclaman mi atención. La máquina de los sonidos será una Máquina del Tiempo que permitirá viajar a las distancias más remotas del pasado. En un laboratorio de paredes blancas y asépticas del año 2000 ingenieros con uniformes muy ajustados al cuerpo auscultan los sensores conectados a antenas parabólicas capaces de captar las ondas sonoras más débiles, que luego reconstruyen los computadores para convertirlas de nuevo en voces humanas. Así han captado los astrónomos el fragor de fondo de la explosión que dio lugar al universo hace quince mil millones de años: así es como captan ahora mismo las antenas de las estaciones de seguimiento situadas en lugares altos y desérticos del mundo las señales que envían los astronautas desde la Luna: el momento en que el módulo lunar pilotado por Armstrong y Aldrin se ha separado del módulo de mando, disponiéndose a iniciar el descenso: los latidos del corazón y el rumor del aliento del astronauta Collins, quien durante las próximas veinticuatro horas va a permanecer solo."
El viento de la Luna. Página 224-226. Antonio Muñoz Molina. Seix Barral. Lima, Perú - 2006.