YAHYA KEMAL BEYATLI
(1884-1958) Dominó el árabe, el persa y el francés, estudió en París y
fue diputado en el Parlamento y embajador en Polonia, España y Pakistán.
Traduje dos poemas suyos con Solimán Salom, y esto tiene una historia…
Sus poemas se publicaron en revistas y no aparecieron en libro hasta
después de su muerte. Cantor incansable de Estambul, ciudad que
presenta bajo el prisma simbolista, envuelta en una atmósfera muy
parecida a la que hemos visto dominaba en los versos de Ahmet Hashim.
DANZA EN ANDALUCÍA
Castañuelas, mantón y rosa. Todo el ímpetu de la danza en el jardín…
Esta noche del deseo, tres veces carmesí es Andalucía…
La mágica canción de amor florece en miles de bocas.
Esta noche, España repica en las castañuelas con alegría.
Como un giro de abanico nacen sus repentinas vueltas,
Sus quiebros de cintura, su desvelar y velar con coquetería…
Nuestros ojos ya solamente desean ese color carmesí.
Esta noche a oleadas está España en el mantón de Manila.
Su pelo con picardía hace rizos en la frente,
En su pecho, de las rosas de Granada bandolera, la más bonita.
Una copa dorada en cada mano, en cada pecho el sol,
Esta noche toda España entregada late en su rosa encendida.
En plena danza hace una pausa y vuelve a bailar, como si andara,
Da un giro con la cabeza y, como si matara, mira.
Piel de flor, labios de brasa, ojos de carbón, delineados…
El diablo tienta a besarla cien veces y a estrecharla contra el pecho.
Por el mantón que deslumbra, por la rosa que enamora
Y por las exaltantes castañuelas, nace un “olé” de cada seno.
Castañuelas, mantón y rosa. Todo el ímpetu de la danza en el jardín…
Esta noche del deseo, tres veces carmesí es Andalucía…
La mágica canción de amor florece en miles de bocas.
Esta noche, España repica en las castañuelas con alegría.
Como un giro de abanico nacen sus repentinas vueltas,
Sus quiebros de cintura, su desvelar y velar con coquetería…
Nuestros ojos ya solamente desean ese color carmesí.
Esta noche a oleadas está España en el mantón de Manila.
Su pelo con picardía hace rizos en la frente,
En su pecho, de las rosas de Granada bandolera, la más bonita.
Una copa dorada en cada mano, en cada pecho el sol,
Esta noche toda España entregada late en su rosa encendida.
En plena danza hace una pausa y vuelve a bailar, como si andara,
Da un giro con la cabeza y, como si matara, mira.
Piel de flor, labios de brasa, ojos de carbón, delineados…
El diablo tienta a besarla cien veces y a estrecharla contra el pecho.
Por el mantón que deslumbra, por la rosa que enamora
Y por las exaltantes castañuelas, nace un “olé” de cada seno.
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