sábado, 6 de junio de 2015

Cita CCXXXVIII: El pensamiento religioso


"El escalón posterior alcanzado por la humanidad tras el pensamiento mágico resulta bastante natural: se llega al pensamiento religioso. La religión no es más que una ordenación muy compleja de los conceptos que subyacen en el pensamiento mágico. Pero requiere unas condiciones muy diferentes, que se pueden resumir en la palabra civilización. El hombre ya no otorga atributos humanos a las fuerzas que controlan la naturaleza, sino que directamente las personifica, las convierte en seres concretos similares a nosotros. Sin ánimo de ser irreverente, lo que nos dice la historia es que el hombre creó a los dioses, no los dioses a los hombres. Pero el pensamiento religioso implica inventar una cosmogonía, es decir una historia del mundo completa, así como llenarla de valores morales. Es lo que se llama doctrina, y además hay que poder transmitirla, lo que requiere una escritura o al menos una amplia capacidad de transmisión oral con un lenguaje muy desarrollado y lleno de conceptos abstractos. Pasar del pensamiento mágico al religioso supone también la ordenación de los ritos, que ahora corren a cargo de personas concretas provistas de una especial conexión con los dioses, los sacerdotes, y de lugares específicamente dedicados al ritual, los templos. Todo ello nos habla de que el pensamiento religioso se desarrolló a las puertas de la civilización, entendida ésta como una estructura social compleja y dependiente de la tecnología que mantiene fórmulas culturales de convivencia. Y aquí hallamos las tres diferencias esenciales con el pensamiento mágico. Primero: la religión otorga una explicación total del mundo, ofreciendo respuestas concretas a los mayores misterios vitales. Segunda: el pensamiento religioso, a través de la fijación de los ritos, arrastra el surgimiento de unos valores morales complejos y socialmente reconocidos como necesarios, que implican algún tipo de castigo para quienes no los cumplan. Tercera: la aparición del chamán o sacerdote conlleva la ruptura de la igualdad social, en principio no en el sentido económico, sino de especialización de un sector pequeño de la población en la importante tarea de la comunicación con los dioses, lo que supone un mayor nivel de poder o influencia sobre el resto del colectivo."

La Sonrisa del Átomo y otras historias científicas sobre el Universo. Páginas 16 y 17. Jorge Bolivar. Almuzara. Córdoba, España - 2013.


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